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Norman Cook: «La música electrónica estimula el cerebro»

El músico, uno de los más populares de la escena electrónica, actúa en el Motor Circus Festival, en el Puerto de Santa María, junto a Iggy Pop

Norman Cook / Fatboy Slim
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El músico, uno de los más populares de la escena electrónica, actúa en el Motor Circus Festival, en el Puerto de Santa María, junto a Iggy Pop

Encarnó la época de la hegemonía de la electrónica, cuando el género se convirtió en el gusto dominante y los grupos de guitarras embarrancaron. Norman Cook perteneció a The Housemartins, un grupo de rock con carga ideológica, pero lo dejó para ser el Fatboy Slim, el DJ de la fiesta, uno de los más populares de Reino Unido, y hoy una institución tras los platos. Este fin de semana se presenta en Motor Circus, un evento ligado al campeonato del Mundo de Motociclismo que tiene el muy apetecible cartel del citado junto a Iggy Pop.

–Cuando comenzó había muy pocos DJ, pero ahora hay miles. ¿Qué diría que le hace diferente o especial?

–Creo que, al haber actuado en bandas, desde el comienzo aprendí un poco sobre el trabajo del escenario, el entretenimiento y la percepción del estado de ánimo del público... Puede que hoy en día haya mejores DJ que yo, pero ellos no pueden levantar la mirada de los botoncitos y los reguladores de la mesa de mezclas, nunca miran al público. Yo aprendí que lo más importante es entretener a la gente.

–¿Diría entonces que es un DJ de vieja escuela?

–Desde luego, soy de la más vieja que haya (risas). A ver, soy viejo por edad, pero tienes razón en que también soy «antiguo», si lo quieres llamar así, en el sentido de que hago referencias en mis sesiones a discos clásicos, a la historia de la música electrónica. Me encanta ver a los chicos jóvenes en la pista preguntándose: «Wow, ¿qué es eso?», y alucinando con temas que tienen ya casi tres décadas pero que no conocen.

–Hace años que no saca disco ¿No le interesa ya como concepto?

–Lo cierto es que no lo estaba, pero en los últimos tiempos he vuelto un poco a preocuparme y trabajar en ello. No te oculto que después de 30 años haciéndolos pierdes el interés por ellos. He vuelto a recuperar la curiosidad gracias a equipos viejos de electrónica, de esos de aficionado. Porque una vez que apareció el ordenador, todo perdió la emoción para mí. Podías comprar un portátil, un programa, y se hacía solo. Hace poco he publicado un single y, quién sabe, puede que termine un disco. Como oyente, también me he aburrido de escuchar álbumes. Los oigo completos cuando siento una inagotable pasión por alguno, pero ya raramente sucede.

–Cuando compone un tema, como el último «single», ¿le preocupa conseguir un hit?

–Si todavía me preocupase, nunca sería capaz de acabar una canción. Cuando eres joven, eres arrogante, estás confiado en ti mismo, te sientes muy gallito, capaz de un éxito mundial. Y después se te pasa

–¿Cómo se plantea su carrera?

–Pues lo único que realmente quiero hacer es una banda sonora de una película, pero tienen que darse las circunstancias: una historia que encaje con la música que hago y un director dispuesto. Creo que todo lo que deseaba hacer ya lo he conseguido.

–Tuvo el privilegio de actuar en la ceremonia de de los Juegos Olímpicos de Londres, que para mí fue una forma de reconocimiento a la música electrónica por parte de las máximas instancias británicas. ¿Cómo se sintió?

–Muy, muy orgulloso. No estoy orgulloso demasiado a menudo de Reino Unido, y de los británicos, porque tomamos decisiones que... bueno, ya me entiendes, de las que no puedo estar de acuerdo, como dejar la Unión Europea. Vaya estupidez, el Brexit, pero... dejemos ese tema. Aquella noche fue para mí un orgullo ser inglés. Me sentí así por los buenos juegos que organizamos, y también por mi condición de artista y de DJ. Fue un honor que nunca antes nos habían reconocido. Y como fui el único, respresenté a mis compañeros de generación.

–¿Diría que la música electrónica es simplemente hedonista o puede difundir un mensaje político, ser ideológica?

–No diría que ideológica, sino más bien algo subversivo por su contenido surreal. Para mucha gente, la electrónica estimula el cerebro. Es una música que no apela a las caderas, sino a la mente.

–¿Y su profesión? ¿Ha tenido consecuencias negativas en su vida personal?

–No, realmente. Soy afortunado. He podido tener una carrera larga, y eso no es frecuente. Los grupos de música se van de gira durante una temporada y después vuelven a casa. Un DJ trabaja todos los fines de semana del año, pero hoy en día puedo estar el lunes por la mañana llevando a mis hijas al colegio. Bueno, aunque los lunes, si puedo, prefiero que no... (risas).

–¿Cómo será su sesión en España?

–Bueno, he preparado algunas cosas, pero si te soy sincero, estoy un poco confuso acerca de este bolo... puede que me dieran mal la información...

–Es un pequeño festival con Iggy Pop.

–Ah, bueno, pues con eso es suficiente. Es amigo mío, hemos trabajado antes y es un héroe para mí, así que será un placer compartir escenario con él.

Dónde: Polideportivo Municipal. Puerto de Santa María.

Cuándo: Mañana, 16:00 horas.

Cuánto: 39,95 euros.