Barcelona

Pere Gimferrer: «Se puede hablar de Puigdemont, pero no forzosamente en un poema escrito ahora»

Pere Gimferrer: «Se puede hablar de Puigdemont, pero no forzosamente en un poema escrito ahora»
Pere Gimferrer: «Se puede hablar de Puigdemont, pero no forzosamente en un poema escrito ahora»larazon

Pere Gimferrer es conocido especialmente por su obra poética, pero es también un excelente editor desde hace años.

Pere Gimferrer es conocido especialmente por su obra poética, pero es también un excelente editor desde hace años. A él se le debe, por ejemplo, la primera edición en España de «El público» y «Comedia sin título», dos obras teatrales de Federico García Lorca que aparecieron en 1978 en Seix Barral. Ayer, el nombre del autor granadino volvió a seguir al del poeta y académico, esta vez porque es el ganador del XIV Premio de Poesía Federico García Lorca, según el jurado, por la «universalidad» de su obra, además de ser un «renovador constante». En su despacho de la editorial, en la séptima planta del Edificio Planeta en Barcelona, parecía que el retrato de Vicente Aleixandre que hay en una de sus estanterías llenas de libros le sonreía feliz tras saber que el barcelonés era ganador del premio.

–¿Se esperaba ganar un premio de poesía como el Federico García Lorca-Ciudad de Granada?

–Nunca me planteo cuál pueden darme.

–¿Qué representa ganar un premio que lleva el nombre de este poeta?

–Antes déjeme hablarle de un aspecto que me interesa resaltar. No me acuerdo, naturalmente, de todos los premiados, pero bastantes son amigos míos y poetas que aprecio, como Paco Brines, Caballero Bonald y María Victoria Atencia. Sobre lo que me pregunta, Lorca es un poeta que siempre me ha interesado muchísimo. El segundo poema, uno de los más conocidos, de mi libro «Arde el mar», llevaba una cita de «Poeta en Nueva York»: «Las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros». Y he hablado muchas veces de él, tanto en prosa como en verso. Por ejemplo, también vuelvo a él en «Alma Venus».

–¿Qué le ha aportado?

–Es uno de los primeros poetas de espíritu contemporáneo. Juntamente con alguno más, como Alberti y Aleixandre, con él descubrí la contemporaniedad de la poesía. Me ha influido mucho y eso es por una razón. Lorca es uno de los pocos que cumple aquello que me dijo un día Cabral de Melo: que el poeta puede decir cosas no concebibles, pero nunca nada que no sea visualizable. Eso es algo que Lorca cumple al pie de la letra, incluso cuando parece que no lo cumple. Le pongo un ejemplo de «Poeta en Nueva York»: «Tu violencia granate sordomuda en penumbra». Eso es visualizable y no es un concepto abstracto. Lo sigo leyendo y tengo muchas ediciones, como las primeras de «Poeta en Nueva York» y «Bodas de sangre» .

–También ha sido su editor.

–Sí porque, como sabe, conocí mucho a Rafael Martínez Nadal. Edité «El público», que hasta ese momento no había aparecido en edición normal sino una realizada por Nadal en Oxford con Gustavo Gili.

–Este premio es por el conjunto de su carrera, no por un libro concreto. ¿Haría balance?

–Es que no es el primero que me dan. También he recibido el Nacional de las Letras, el Reina Sofía y el Octavio Paz, todos por el conjunto de mi carrera.

–Lo que sí es cierto es que es la primera vez que el galardón recae en un autor en lengua catalana.

–Sí, pero tengo una parte extensa en castellano y otra, aunque no tanto, en italiano. Por otro lado, todos sabemos de la relación de Lorca y Cataluña, algo que ya está sobradamente explicado y de lo que existen muchos libros, incluso uno en el que colaboré.

–Lorca, en su tiempo, sirvió como puente entre culturas.

–Recuerdo que J.V. Foix, a quien imagino que usted quizá no conoció personalmente, tenía en su casa un dibujo que Lorca hizo durante su estancia en Barcelona.

–¿Se ve como un puente entre culturas, entre lenguas?

–Mi caso es un poco especial porque escribo en tres o cuatro lenguas: catalán, castellano, italiano e, incluso, alguna cosa en francés. Me refiero en poesía. ¿Formo parte de la literatura catalana? Sí, pero eso es tan verdad como también en italiano y en francés, aunque bastante en castellano y catalán.

–¿No se siente embajador de una literatura?

–No, no lo veo así. Pero esa pregunta también serviría para cuando fui nombrado académico o cuando me dieron el Nacional de las Letras, el Reina Sofía o el Octavio Paz. No es tan extraño que un poeta escriba en varios idiomas... Bueno, tal vez lo sea ahora, aunque no lo era en una época anterior.

–¿Los galardones lo animan a seguir escribiendo?

–Un premio siempre anima y me hace ver que lo que he escrito ha valido la pena, pero no sé lo que escribiré.

–A raíz de la concesión del premio, la Fundación José Manuel Lara ha anunciado que publicarán su próximo poemario.

–Es correcto. Está un poco lejos su publicación porque será el año que viene. Se titula «Las llamas» y está formado por 22 poemas de pocos versos, pero muy largos. Trata, sobre todo, del amor y el paso del tiempo, pero también de la vida y la muerte. Se abre con una cita de Shakespeare, curiosamente del Soneto 22, pero eso es una coincidencia. Son poemas bastantes densos, de versos libres.

–Muchas veces, estoy pensando en sus últimos libros de poemas, se ha filtrado la realidad.

–En éste no demasiado. Lo que sí hay es mucha cosa intertextual, citas de otros poetas que no identifico, pero que se pueden reconocer. Hablo de memoria, pero están Garcilaso, Góngora... Estos poemas fueron escritos entre octubre y marzo. También tengo empezado un libro en catalán del que solamente he escrito un poema.

–Esta época convulsa que hemos vivido en Cataluña...

–En ese tiempo que usted me dice no me he dedicado a escribir poesía.

–La compleja situación actual , ¿da para un poema? ¿No le tienta escribir sobre esto?

–No, no. Tal vez porque en algún poema anterior ya había tratado esta temática, aunque en aquel momento se mostraba de manera diferente a lo que pasa ahora.

–¿No le dedicaría un poema a Carles Puigdemont?

–No sé si dedicar es la palabra. Es un personaje del que se puede hablar, pero no forzosamente en un poema escrito ahora. En «No en mis días» y «Alma Venus» hay poemas que tocan la actualidad, pero no es algo que me pase siempre. En el caso de «Las llamas» no tiene ningún sentido porque es un libro muy centrado en temáticas individuales y personales.

–Usted es editor de Eduardo Mendoza...

–Y de García Lorca.

–Sí, y esta semana hemos sabido que Mendoza publicará un ensayo sobre Cataluña.

–Lo que ha hecho es lo que le interesaba hacer, aunque él dice que no se posiciona con ninguno de los dos bandos porque no se identifica con ellos. Pero yo no he escrito nada de esta naturaleza. Los poemas de «Las llamas» fueron realizados en otro momento, con una problemática distinta.

–¿Y usted se identifica con alguno de esos dos bandos de los que habla Mendoza?

–Yo lo veo desde una perspectiva más histórica. Si me pregunta mi opinión le diré que entiendo que se quiera repetir lo que hizo Pau Claris en 1640, independientemente de la valoración de lo que hizo. Lo que no entiendo es que se quiera repetir el 6 de octubre de 1934. Pau Claris, y poca gente lo sabe con exactitud, proclamó la república catalana, pero inmediatamente nombró conde de Barcelona a Luis XIII. Es decir, Cataluña fue independiente de España, pero no de Francia durante diecinueve años.

–Volvamos a la literatuta. Hace tiempo que no tenemos nada del Gimferrer prosista.

–Ese está en estos momento en «stand by» porque estoy dedicado a la poesía, aunque leo prosa. Ya veremos.

–Como ensayista, ¿existe algún tema que le gustaría trabajar?

–Sí, pero hay que concentrar los esfuerzos, y ahora los estoy concentrando en la poesía. Dicho esto, lo que más he leído últimamente es filosofía, pero eso no quiere decir que vaya a escribir filosofía.

–Usted es un lector compulsivo. ¿Qué ha leído últimamente?

–Muchas cosas. En el último mes y medio las lecturas han sido bastante variadas. Por ejemplo, «Berta Isla», de Javier Marías; la nueva novela de Le Carré en inglés y que en España se titulará «El legado de los espías»; también una novela anterior de Le Carré, «Single & Single», en inglés, y del que en una nueva lectura he descubierto cosas que no sabía... ¿Qué más he leído? Ah, sí, prepárese: a Giambattista Vico. También «El siglo de la revolución», de Fontana; «El noi del Maravillas» de Lluís Llach –y que es una novela muy interesante– y he releído «El sentido trágico de la vida», de Unamuno, un libro que todavía hoy me sigue pareciendo que es excelente.

–¿Releerá a Federico García Lorca después de haber recibido este premio?

–Es que me lo sé de memoria, tanto la poesía como el teatro. Se lo podría recitar ahora.