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Arte

La Royal Academy de Londres se rinde ante 4.000 años de arte español

Las obras de la Hispanic Society, la mayor colección de arte español del mundo fuera de España, se expone en el icónico espacio británico hasta abril

El norteamericano Archer Huntington tenía doce años cuando, en su primer viaje a Europa, descubrió en Liverpool el libro que iba a cambiarle la vida, «Los gitanos en España», del escritor y viajero británico George Borrow, traducido luego por Manuel Azaña. El joven Huntington se enamoró de España. Y también de los museos. «Me gustaría vivir en uno», escribió en su diario. Creó su primer proyecto estando aún en el colegio recortando obras de arte de periódicos y revistas que luego puso en siete pequeñas cajas de madera convertidas en «galerías». Y casi un cuarto de siglo después –habiendo heredado la fortuna de su padre industrial, y mucho antes de que existiera el Guggenheim o el Frick– consiguió darle ya la forma definitiva inaugurando en 1909 la Hispanic Society, en pleno Manhattan, donde se ha acabado reuniendo la mayor colección de arte español fuera de España.

La compilación de 150 de estas obras atesoradas durante más de un siglo se exponen a partir del sábado en la icónica Royal Academy of Arts en lo que se ha presentado en el Reino Unido como una de las citas culturales más importantes de 2023. No faltan los grandes: Goya, El Greco, Zurbarán, Velázquez. De éste último hay un retrato dulce y fascinante de una niña que podría haber sido su nieta. Se trata quizá de una de las imágenes más conmovedoras de la muestra.

Pulcramente organizada por orden cronológico, no deja de ser un auténtico esplendor del «tótum revolútum» de la historia del arte español, con Huntington como único nexo de unión. Todo presentado sobriamente contra paredes de color azul oscuro, la exposición es majestuosa y enérgica. Hay manuscritos iluminados, atlas, cartas navales e incluso cálices. El millonario, hijo de un magnate del ferrocarril, supo asesorarse bien y elegir mejor las piezas que constituirían su colección. Aunque las elecciones estaban guiadas por un criterio muy personal, la concepción que él mismo tenía de España.

El mecenas estadounidense jugó un papel clave en la carrera de Joaquín Sorolla. Se exhibe por primera vez el boceto elaborado por el artista valenciano con acuarela en papel de estraza, antes de ponerse a trabajar en la gran obra que le encargó Huntington: «Visions of Spain» («Visión de España»), los catorce grandes paneles con varias de las regiones de España. Aunque la serie no ha podido ser trasladada a Londres, sí se exponen dos cuadros tan simbólicos como «Idilio en el mar» o «Después del baño».

Énfasis en la era colonial

Sólo un tercio de las piezas son cuadros. Y es precisamente fuera de la obra pictórica donde se pueden encontrar algunas de las joyas de la Hispanic Society, que no se exhiben habitualmente en Nueva York y en su mayoría sólo se pueden visitar mediante cita previa. Es el caso de un mapamundi que Juan Vespucio (sobrino de Amerigo Vespucci) elaboró en 1526. La colección de la Hispanic Society fue expuesta en el Museo del Prado en 2017. Aunque, tal y como explica el comisario Per Rumberg, se ha cambiado el planteamiento. «Se mantiene en sus dos terceras partes. Hemos eliminado algunos de los documentos históricos que se exhibieron en Madrid para concentrarnos más en las obras de arte. No hemos incluido la serie de retratos del siglo XIX que resultaban más interesantes para el público español. Hemos dedicado una galería expresamente a Goya y hemos puesto énfasis, con tres galerías, en las expresiones artísticas del mundo hispánico de América Latina en la era colonial», matiza. La exposición estará en la capital británica hasta el próximo mes de abril.

[[H2:La «mujer del pueblo» que retrató Goya]]

El retrato de la duquesa de Alba de Goya es una de las joyas de la exposición. La retratada había enviudado recientemente de don José Álvarez de Toledo, marqués de Villafranca. Luce un traje negro de maja e indica una inscripción a sus pies. Probablemente estuvo de acuerdo en mostrarse con atuendo de estilo plebeyo, como «una mujer del pueblo». El maestro guardó en su estudio, muchos años tras la muerte de María Teresa de Silva, la imagen de la aristócrata española.