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TEATRO

Crítica de 'Mihura, el último comediógrafo': Lo clásico rejuvenece

El joven dramaturgo Adrián Perea rinde homenaje a Miguel Mihura y lo convierte en protagonista de en una función que puede verse al mismo tiempo como una muy buena comedia autobiográfica

Escena de la obra "Mihura, el último comediógrafo" Jesús UgaldeNave 10. Matadero

Por medio de un juego metateatral con varias capas, el joven dramaturgo Adrián Perea rinde homenaje a Miguel Mihura y lo convierte en protagonista de en una función que puede verse al mismo tiempo como una muy buena comedia autobiográfica que el propio autor de ‘Carlota’ hubiera escrito.

La estructura dramática es la siguiente: un autor está escribiendo y ensayando una obra sobre cómo se gestó "Tres sombreros de copa" y sobre las concomitancias entre la vida real de Mihura y los personajes de esta comedia. En esa obra matriz, aparecen los actores de la compañía, los personajes de la ficción del autor madrileño a los que tienen que dar vida, algunos personajes relacionados con la biografía de Mihura e incluso aparece el propio Mihura, desdoblándose para verse a sí mismo de joven, desde la madurez, y exponer, a modo de narrador, algunos aspectos relacionados con su vida. El trabajo de dramaturgia es, sin duda, digno de aplauso por su arrojo, su ingenio y su complejidad. Demasiada complejidad, quizá, porque queda algo confusa la relación que se establece entre el personaje del autor en el presente y el personaje de Mihura narrador, que acaba por fagocitarlo todo. Si este es, supuestamente, una creación de aquel, hubiera sido conveniente marcarlo y clarificarlo más en algunas escenas.

Escena de la obra "Mihura, el último comediógrafo'Jesús UgaldeNave 10. Matadero

En la dirección, Beatriz Jaén ha dispuesto que la acción transcurra la mayor parte del tiempo en la parte del teatro oculta a los ojos del espectador, es decir, entre bastidores, y ha sacado muy buen partido al humor que destilan algunas situaciones diseñando algunas escenas clásicas de comedia de puertas, pero vistas desde atrás, que pueden recordar a la memorable obra de Michael Frayn ‘Noises Off’ -traducida aquí en alguna ocasión como ‘Por delante y por detrás’-.

En cuanto a las interpretaciones, todos despliegan con eficacia su talento para la comedia, pero cabe destacar esta vez a Kevin de la Rosa en un tipo de trabajo para el que tiene una gracia natural fuera de lo común.

  • Lo mejor: Hay ingenio, sentido del humor y descaro; y resulta bonito y esperanzador, además, ver a un equipo artístico tan joven homenajeando a un autor como Mihura.
  • Lo peor: La función es innecesariamente larga, y falta un poco de ritmo en algunas escenas del último cuarto.