Teatro
Crítica de 'Viaje hasta el límite': La desconocida veta teatral de Martín-Santos ★★★☆☆
La celebración en 2024 del centenario del escritor ha dado sustanciosos frutos que todavía no hemos terminado de recoger
Autoría: Luis Martín-Santos. Dirección: Eduardo Vasco. Intérpretes: Ernesto Arias, Lara Grube, Agus Ruiz, Eva Trancón, Luis Espacio e Iván López-Ortega. Teatro Español, Madrid. Hasta el 8 de junio.
La celebración en 2024 del centenario del escritor Luis Martín-Santos ha dado sustanciosos frutos que todavía no hemos terminado de recoger. Uno de ellos es la recopilación, quizá definitiva, de sus obras completas, tarea que ha emprendido la editorial Galaxia Gutenberg y que implica la publicación de su teatro, totalmente desconocido hasta ahora.
Entre las seis obras dramáticas que dejó escritas el autor de ‘Tiempo de Silencio’ (dos de ellas incompletas), Eduardo Vasco, director del Teatro Español, ha escogido para subir a las tablas una curiosa pieza titulada 'Viaje hasta el límite' y fechada en 1953. Se trata de una tragedia existencialista -bastante poética en su lenguaje por momentos- que habla de la codicia y del escaso poder que tiene el dinero para abrirnos las puertas de la felicidad si no logramos limpiar antes nuestras propias miserias morales.
Martín-Santos enmarca la obra en el microespacio del hogar de una familia de la alta burguesía. El padre, interpretado por Ernesto Arias, es un empresario que se encuentra postrado en una silla de ruedas, víctima de una enfermedad aparentemente incurable. Es un hombre adusto y difícil, casado en segundas nupcias con una mujer más joven y atractiva, interpretada por Lara Grube, a la que recrimina su falta de amor hacia él. Tampoco mantiene buenas relaciones con su hijo, a quien da vida Luis Espacio y al que acusa poco menos que de ser un inútil a la hora de ganarse la vida. La entrada en acción de un amigo del hijo, un tipo sin muchos escrúpulos en cuya piel se mete Agus Ruiz, y que quiere estafar al padre y seducir a la madre, desatará un conflicto entre todos ellos que llevará finalmente al padre a desasirse de todos sus bienes tratando de hallar así algo de verdad en los seres que le rodean y en su propia existencia.
Se ha señalado como gran referente del teatro de Luis Martín-Santos a Eugene O´Neill. Parece probable, incluso, que el título de ‘Viaje hasta el límite’ esté inspirado en el ‘Largo viaje hacia la noche’ del autor estadounidense. Pero yo diría, atendiendo a esta función en particular, que O’Neill es más realista y psicologista, mientras que Martín-Santos es más simbólico y, en cierto modo, más filosófico. Al menos en algunas escenas, porque es verdad que otras sí quedan muy pegadas al realismo. Y precisamente es ese desajuste de códigos -que viene dado en la puesta en escena por el propio texto, por el propio lenguaje del autor- lo que perjudica la consistencia de la historia y, por ende, su verdad teatral. Pero eso no es óbice para apreciar la complejidad y el vigor de algunos personajes, el trabajo de un estupendo elenco -en el que esta vez destaca especialmente Lara Grube- y la acostumbrada elegancia de Vasco en la dirección.
- Lo mejor: El trabajo de Lara Grube para dejar ver el alma compleja y ambigua de su personaje, el más interesante de todos.
- Lo peor: Produce cierto desconcierto la alternancia, en una misma escena, de un lenguaje más o menos naturalista con otro decididamente poético con el que nada tiene que ver.