Viajes

Núremberg, el mercadillo más auténtico

Desde mediados del siglo XVI, la ciudad imperial bávara compone en su casco histórico un espectáculo único durante el mes de diciembre

Núremberg, el mercadillo más auténtico
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Núremberg se ha erigido en los últimos años en uno de los destinos navideños más reconocidos de Europa. El aroma a vino caliente con especias embriaga cada rincón del casco viejo durante el Adviento, cuando la ciudad se viste de rojo y oro con su histórico mercadillo navideño, que se prepara con minucioso detalle ya desde el verano. La Plaza del Mercado –que data de 1349– congrega decenas de puestos en los que el turista tan sólo tiene que dejarse llevar de nuevo a la infancia rodeado de juguetes de madera, artesanía, muñecos hechos con pasas e higos, figuras de galleta y manjares como el elisenlebkuchen («pastel de la vida», denominado así por el carácter afrodisiaco de la canela). El vino blanco seco de Franconia, junto al jengibre –una joya de la región que nació en los monasterios del siglo XV–, completan un abanico de sabores y olores único al que no le falta una especialidad protegida: la salchicha Nürnberger (o nuremburguesa). Bajo el amparo de la Comisión Europea, junto a productos tan renombrados como el prosciutto di Parma o el champagne, la salchicha propia de la región cuenta con el aroma especiado de la mejorana y un grosor exacto que las leyendas explican que era el necesario para pasar por las cerraduras de las prisiones y los mesones durante la noche.

Al tradicional mercadillo navideño del centro neurálgico se le han ido sumando con los años las calles adyacentes, que son surcadas por un carruaje amarillo que recuerda al antiguo servicio postal de la que es la segunda ciudad de Baviera (sólo por detrás de Múnich). Los más pequeños cuentan incluso con un «hermano menor» del mercadillo principal, con carruseles y atracciones.

Engalanado con un vestido blanco y dorado, largos rizos rubios y una corona de oro, el Ángel de Núremberg es ya el símbolo del Mercado de Navidad desde hace décadas. Se trata de una estudiante local que representa a la ciudad en sus más de 170 visitas a residencias de ancianos, guarderías, instituciones para discapacitados y hospitales. Con el trato de una auténtica celebridad local, el Ángel de la Navidad atiende a los medios de comunicación y hasta hace de «embajador» en el extranjero. En Chicago se expone cada año un modelo de mercadillo a imagen y semejanza del de Núremberg y que es inaugurado por el Ángel del año anterior.

El año de Wagner

Núremberg dirá adiós a 2012, el «año del arte», para entregarse en 2013 a la figura del compositor Richard Wagner con múltiples eventos en el Teatro del Estado. Y es que, si por algo se distingue la región –además de la gastronomía– es por su amor a la cultura. No en vano, se trata de la cuna de Alberto Durero, el artista más famoso del Renacimiento alemán y autor de algunos de los autorretratos más célebres de la historia. La que fuera su casa, al pie del castillo, es ahora un museo tan apreciado por los habitantes locales que fue lo primero en reconstruirse al término de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual el 90 por ciento de los edificios quedaron reducidos a escombros. Un episodio funesto en la historia de la ciudad, que albergaba durante el nazismo jornadas que reunían hasta a un millón de alemanes y que, al término de la guerra, fue elegida –por ser zona americana y por las instalaciones penitenciarias junto al castillo– como sede para los juicios a la cúpula nazi. El célebre tribunal ha perseguido al nombre de la ciudad desde entonces, pero a la sombra de esta triste vitola Núremberg ofrece al viajero una de las vistas más auténticas de la antigua Centroeuropa.

La ciudad del juguete

Núremberg es considerada la capital del juguete, al menos en cuanto al mercado europeo. De hecho, en febrero, la ciudad acoge la mayor feria anual del sector del Viejo Continente. Además de la larga tradición de la región en juguetes de madera y soldados de plomo, a tan sólo 12 kilómetros, en la localidad de Zirndorf, el visitante dispone del plan perfecto con los más pequeños en la que es la sede mundial de Playmobil. Allí encontrará un parque temático en homenaje a los célebres «clicks».

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