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Víctor Erice: "Si acepto que la película es un testamento, solo me queda el museo de cera, la jubilación o el cementerio" | Festival de San Sebastián

El director recibirá el Premio Donostia en el Festival de San Sebastián, coincidiendo con el estreno en salas de su nueva película: "Cerrar los ojos"
Víctor Erice: "Si acepto que la película es un testamento, solo me queda el museo de cera, la jubilación o el cementerio" | Festival de San Sebastián
Víctor Erice: "Si acepto que la película es un testamento, solo me queda el museo de cera, la jubilación o el cementerio" | Festival de San SebastiánFESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

San Sebastián Creada:

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Bien decía el gran Andrés Montes que moscatel no solo era un tipo de vino, si no también un estado de ánimo. Así, moscatel, y con gafas de sol oscuras cual viejo rockero, se ha presentado el director Víctor Erice en la sala de prensa del Kursaal donostiarra. El director de "El espíritu de la colmena" y "El sur" recibirá de las manos de Ana Torrent el primer Premio Donostia a un realizador vasco, hito histórico que coincide con el estreno en cines de "Cerrar los ojos", su primer largometraje de ficción en casi 30 años.
Moscatel, y atacando a los "mass media" -robándole de paso la expresión a los mismos noventa en los que estrenó su último filme comercial-, Erice comenzó a responder tan taciturno como adelantaba su higiene postural. Un maestro, un micrófono y cientos de preguntas, tras apenas explicar en un par de entrevistas su nuevo trabajo, casi enmiendas emocionales más que una promoción al uso. "El arte como misión para sanar fue la reivindicación de uno de los más grandes artistas vascos", alcanzó a decir el director antes de que le embargara la emoción recordando a su buen amigo Jorge Oteiza, fallecido en 2003. Los aplausos corrieron la cortina de lo emotivo hasta lo estrictamente contextual.
El cineasta Víctor Erice en el 71 Festival de Cine de San Sebastián
El cineasta Víctor Erice en el 71 Festival de Cine de San SebastiánJuan HerreroEFE
"De mi mundo, solo quedan las pantallas cinematográficas. Hoy las películas se producen, realizan y distribuyen de una manera completamente distinta. Es otro mundo, que yo llamo el mundo del audiovisual. Solo queda la sala. Y como reserva. Lo que sobrevive es la sala, y una verdadera película reclama como medio natural absoluto la sala cinematográfica. Hoy, las grandes corporaciones tienen una tendencia a apoderarse de todas las ventanas, y eso incluye no solo la televisión, si no las tabletas y los móviles, pero con eso se pierde el proyecto del cine, el verlo como un acto de contemplación", explicó crítico Erice, sobre una muerte de la experiencia compartida que tiene mucho que ver con su sentida, lánguida y melancólica última película.
Y siguió, sobre esa misma pulsión nostálgica que invade la película y que, por momentos, ha parecido invadir su carrera: "Me van a perdonar, pero desconfío de la leyenda épica sobre mí. Como cineasta, como parte importante de la promoción de la película, se cuentan las cosas de una manera en la que no me reconozco. No me reconozco porque he vivido las cosas en otra frontera. La leyenda épica está muy bien como elemento publicitario, porque cuenta con sugerir que hace treinta años no hago una película cuando considero películas mis cortos o mis instalaciones. Fuera del marco del audiovisual, donde solo se contemplan los largometrajes, hay mira. Verdadera mira. No comparto esa retórica que se difunde en los mass-media sobre esta película como algo testamentario", se embaló el director.
Pero no terminó ahí su declaración, en todo momento respetuosa pero ensombrecida por una sensación de reivindicación que la sala de prensa, rendida en alabanzas y comentarios más que preguntas: "Si yo acepto lo testamentario, solo me quedarían tres salidas: el museo de cera, la jubilación o el cementerio", bromeó antes de que el auditorio se rompiera en aplausos. Y continuó: "Comprenderán ustedes que me resista. Ya lo dijo John Ford en "El hombre que mató a Liberty Valance": lo que hay que imprimir es la leyenda", completó.