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Crítica de libros

Los libros de la semana: Vidas apasionantes

Siri Hustvedt narra una historia entre la realidad y la ficción y que roza el thriller

Los libros de la semana: Vidas apasionantes
Los libros de la semana: Vidas apasionanteslarazon

Esta semana, las críticas de libros nos llevan a vidas apasionantes. María del Mar Arnús analiza la vida del arquitecto Sert, Whitney Scharer sorprende con una espléndida ópera prima sobre Lee Miller y Nathan Ward recorre la existencia de Dashiell Hammett. Sin olvidar que la nueva novela de Siri Hustvedt narra una historia entre la realidad y la ficción y que roza el thriller.

«Ser(t) arquitecto»

María del Mar Arnús

Anagrama

293 páginas,

23,90 euros

(e-book: 9,99)

Reconstruyendo a Sert; por Jesús Ferrer

María del Mar Arnús analiza la vida del arquitecto que, desde los años 30, revolucionó lo rural, eliminó el lujo y creó basándose en la luz. Junto a la biografía destacamos en esta doble página otras dos obras sobre sendas vidas apasionantes, las de Lee Miller y Dashiell Hammett.

Es bien sabido que profesionales, científicos, artistas o escritores de amplio prestigio internacional, aun siendo reconocidos en su propio país, caen con el paso del tiempo en un cierto semiolvido y su figura viene a requerir una renovada actualización, el documentado recordatorio crítico que mantenga su creativa vigencia. Bien pudiera ser el caso del arquitecto y urbanista Josep Lluís Sert (Barcelona, 1902-1983), cuya obra resulta fundamental en la concepción de una modernidad, el racionalismo funcional, que gravita con singular fuerza sobre nuestro presente estético. Con el intencionado título de «Ser(t) arquitecto», María del Mar Arnús (Badalona, 1945), historiadora y crítica de arte, ha recuperado su figura con esta excelente biografía que aúna el rigor académico con la testimonial cercanía personal que le confiere el ser sobrina política del biografiado.

Una geografía virgen

Se inicia el libro con la fascinación que en los 30 le provocará al joven arquitecto el paisaje de Ibiza y sus modestas construcciones rurales; junto a sus compañeros del Gatepac (Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), señero colectivo generacional, recorrerá una geografía virgen donde las austeras viviendas, perfectamente integradas, respondían a la medida de lo humano, lejos de cierto pretencioso monumentalismo urbano. Así resumiría Sert esta iniciática experiencia: «Una construcción geométrica simple, una arquitectura sin estilo y sin arquitecto, una dignidad ejemplar, un reposo para los ojos y para el espíritu». Volvería a la isla años después (y allí está enterrado), con decisivos encuentros con Camus, Alberti, María Teresa León o Michel Leiris.

Queda bien definido el perfil ilustrado y humanista del genial arquitecto, así como su compromiso civil al lado de los proyectos culturales y políticos de la II República, que le llevaría a un exilio estadounidense donde fundará la Cátedra de Diseño Urbano en la Universidad de Harvard. Se detalla su implicación en la representación española en la Exposición Internacional de París en 1937 y en el mítico edificio de su pabellón, así como su viaje a Moscú en 1934 que, aún manteniendo cierto respeto por la URSS, le provocará un acentuado desengaño. Y resulta esencial el componente familiar; nacido en el seno de la alta burguesía industrial catalana, sobrino del pintor Josep Maria Sert, y su matrimonio con Ramona Longas, Moncha, que resultará decisivo por el implicado apoyo de esta en la tarea profesional de su marido. Recorremos sus variadas amistades: Léger, Picasso, Pau Casals y, sobre todo, Miró, con quien compartiría, afectos aparte, la noción del esencialismo expresivo y la funcionalidad minimalista. Y por supuesto sus más reconocidas y asumidas influencias: Walter Gropius, la Bauhaus y, de modo determinante, Le Corbusier, a quien conocerá a raíz de una conferencia de este en la Residencia de Estudiantes; ambos mantendrán durante años una intensa colaboración profesional y un amistoso reconocimiento mutuo al integrar Sert en su obra aquel criterio del maestro por el que una casa debía parecer un palacio y un palacio semejar una casa, y que completaba con este aserto: «La arquitectura es un poema construido con la ayuda de muchos técnicos». Resulta así innegable el carácter artístico de esta disciplina, que hará manifestar a nuestro biografiado: «Como muchos arquitectos, en el fondo soy un pintor».

Irónica perspicacia histórica

Quedan claros los principios del movimiento Nueva Arquitectura: supresión del lujo y la ostentación, soberanía urbana del peatón, máximo predominio de la luz natural y preponderancia del trabajo en equipo. Se pormenorizan sus destacadas construcciones, como la remodelación del Mas Juny en la Costa Brava o la Casa Bloc, ejemplo de asequible vivienda obrera en los 30; sus proyectos a lo largo de toda Hispanoamérica o la embajada de EEUU en Bagdad. Sert tendría siempre muy en cuenta la arquitectura de la antigüedad clásica y su aspiración a un canon armónico, que tanto recuerda al lema que presidía la Academia platónica: «Nadie pase sin saber Geometría», como ciencia de las dimensiones proporcionadas a la condición humana.

Colaboró con entusiasmo al regreso del Guernica de Picasso durante la Transición y sus palabras al respecto, citadas en esta biografía, son una muestra de su irónica perspicacia histórica: «Si en el Café Flore, en París, en plena guerra, nos hubieran dicho que el Guernica volvería a España con una monarquía, con un presidente de gobierno que se llamaría Calvo-Sotelo, con un cura como director del Museo del Prado, con la Guardia Civil custodiando el cuadro y con Dolores Ibárruri, la Pasionaria, presente en los actos de la inauguración, hubiéramos creído que se trataba de otra broma surrealista de Luis Buñuel». Este libro ofrece un completo retrato del Sert profesional, del íntimo y renovador, a través de sus escritos, correspondencia, testimonios de colegas, familiares y amigos, con los que el lector logra hacerse una cabal idea de su fascinante obra y personalidad.

Sobre la autora

Reconocida historiadora y crítica de arte que ha estudiado la obra del pintor Josep Maria Sert y comisariado diversas exposiciones. Imparte seminarios sobre arte contemporáneo en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y ha escrito el manifiesto «Gaudí en alerta roja» (2008), entre otras publicaciones.

Ideal para...

Adentrarse en la obra y personalidad de un arquitecto muy valorado como miembro del racionalismo funcionalista de la Nueva Arquitectura. Es, además, un fascinante recorrido por las corrientes estéticas del siglo XX.

Un defecto

Se dan innecesarias repeticiones conceptuales sin que ello, no obstante, merme en absoluto su interés. Se trata de datos reinterpretados con intención aclaratoria, pero obviables en favor de la agilidad lectora.

Una virtud

La extraordinaria amenidad narrativa, el fluido ritmo argumentativo y la claridad conceptual con que se conjuga el rigor académico, la cercanía familiar de la autora, sus percepciones críticas y la documentación aportada. Un ensayo, en suma, de inmejorable ritmo expositivo

Puntuación: 10

NOVELA

«La edad de la luz»

Whitney Scharer

SALAMANDRA

396 páginas,

20 euros

(e-book: 13,99)

Lee Miller, la mujer que Man Ray utilizó; por Sagrario Fernández-Prieto

Whitney Scharer sorprende con una espléndida ópera prima sobre la fotoperiodista

Lee Miller tenía veintidós años y era una belleza que había trabajado como modelo para «Vogue» cuando apareció en el excitante París de los años 30, la ciudad del surrealismo, las fiestas en las que el alcohol nunca se acababa y el jazz era la banda sonora. Llevaba siempre encima una vieja máquina de fotos cuyo funcionamiento desconocía, pero tenía la firme intención de convertirse en fotógrafa. Poco después de su llegada conoció al fotógrafo y director de cine Man Ray, cuyos retratos eran solicitados por el «todo París» y que aceptó enseñarle el oficio. El amor surgió enseguida con una feroz efervescencia que marcó con celos tanto amorosos como profesionales una relación absorbente y destructora.

Llama la atención que Whitney Scharer haya elegido una historia tan compleja, tanto por los protagonistas como por la época, para escribir su primera novela. Aunque la relación Ray-Miller sea el centro de la historia aparecen aquí personajes como Picasso, Mayakovsky o Breton entre otros. Además, alterna los tiempos para seguir a Lee Miller durante la Segunda Guerra Mundial, cuando sus imágenes de la Alemania destruida y del campo de exterminio de Dachau conmovieron al mundo entero.

Hay en el libro una evidente fascinación por Lee Miller que la misma autora explica al final. Surgió en la visita a una exposición de Massachusetts sobre Man Ray y Lee Miller. Las fotografías de Miller, tanto las que ella hizo como las que Miller le hizo a ella, impactaron tanto a Scharer que se sumergió durante dos años en una investigación de la que surgió esta novela que ella misma califica como «ficción histórica». Hay en este tipo de obras un trasfondo histórico bien documentado sobre el que se inventan escenas y situaciones que resulten plausibles y Scharer lo consigue con creces.

Comienza con una Lee Miller mayor y alcoholizada, salta a su llegada a París y va haciendo incursiones en los años de la guerra alternando la imagen de una Lee Miller joven y atractiva con la de una corresponsal de guerra con un uniforme mugriento. Una buena estructura que muestra su evolución desde que dejó a Ray y comenzó a hacer sus fotos sola y sin la posibilidad de que el famoso artista las firmara. Y es que Man Ray, sin duda genial, se aprovechó de las brillantes ideas de Miller.

Bolsillos llenos de imágenes

Hay aquí mucho de reivindicación de una mujer que fue ciertamente amada, pero también utilizada en unos tiempos en los que muchos pensaron que sus mejores fotografías pertenecían a Ray. Todo eso cambió durante la guerra y algunas de las mejores páginas pertenecen a esa época: inolvidable el momento en que Miller analiza las posibilidades fotográficas de la liberación de Dachau. El lector debe esperar para entender las relaciones con los hombres de Lee Miller, marcadas por un terrible hecho de su infancia. Pero una vez terminado el libro la poderosa imagen que viene a la mente es la de una fotógrafa de guerra con los bolsillos repletos de rollos de película que explotarán como granadas ante los ojos del mundo.

Sobre la autora

Withney Scharer imparte talleres de escritura creativa en Boston. Ha publicado numerosos relatos en revistas, y «La edad de la luz» es su primera obra.

Ideal para...

conocer unos personajes y una época fascinantes: a Man Ray y Lee Miller en el París de los años treinta.

Un defecto

Ninguno. Es un libro de lectura amena lleno de vida y emociones.

Una virtud

Las impagables descripciones de técnicas fotográficas que entusiasmarán a los aficionados de esta materia.

Puntuación: 9

BIOGRAFÍA

«Un detective llamado Dashiell Hammett»

Nathan Ward

RBA

248 páginas,

19 euros

Hammett detective por azar; por Toni Montesinos

A Dashiell Hammett solo le bastaron un par de años –de 1929 a 1931– y unas pocas obras –entre esas fechas, «Cosecha roja», «El halcón maltés» y «La llave de cristal»– para llegar a lo más alto en la literatura de su tiempo, agradando además al público más diverso, recibiendo los elogios de los críticos, abriendo las puertas a otros colegas para la creación de una nueva novela detectivesca. Por lo demás, se dedicaría a publicar cuentos en las revistas de la época en los veinte y a firmar guiones para Hollywood. Y luego, el silencio literario casi absoluto hasta una muerte que tal vez no esperaba tan tardía, en 1961, a los sesenta y seis años, pues la enfermedad y el alcoholismo le habían acompañado fielmente desde la juventud. Nathan Ward recorre esa existencia, pero poniendo el acento en el escritor que antes fue investigador privado, en «Un detective llamado Dashiell Hammett» (traducción de Eduardo Iriarte), desde los veinte y pocos, cuando contestó a un anuncio de prensa.

La Agencia Pinkerton

Ese comienzo tan azaroso acabaría por marcar su vida y al fin y a la postre su mirada literaria. «Para un hombre joven cuya instrucción formal había terminado apenas unos meses después de empezar secundaria, la Agencia Pinkerton ofrecía una educación única que él siguió complementando en las bibliotecas públicas. No hay indicios de que ya en 1915 quisiera escribir, pero la agencia contribuyó a formar al escritor en que se convirtió del mismo modo que si hubiera estado trabajando en un periódico», apunta Ward al comienzo. Luego, se dedica de forma apasionante a desgranar algunos de los casos en que Hammett colaboró, su trabajo en diversas ciudades, muy especialmente San Francisco, y también su vida personal, con sus relaciones personales y su descendencia, entre la que destaca la escritora Lillian Hellman, y su decisión de participar en la Gran Guerra.

Sin embargo, la tuberculosis le obligaría a abandonar el ejército menos de un año después; lo volvería a intentar en 1942, pero sería destinado muy lejos de donde se luchaba contra Hitler, en unas islas cercanas a Alaska. Con gran tino narrativo y exponiendo bien el contenido de su obra literaria, Ward aborda la trayectoria de un autor que, después de publicar «El hombre delgado» (1934) –la serie cinematográfica que rodó la Metro Goldwyn Mayer; a partir de esa obra le convirtió en un hombre rico–, se manifestó en contra de la guerra de Corea y padeció seis meses de prisión, en 1951, por no atestiguar en el Civil Rights Congress contra cuatro comunistas acusados de conspiración gubernamental.

Sobre el autor

Nathan Ward es periodista y escritor. Entre sus obras destaca «Dark Harbor: The War for the New York Waterfront»

Ideal para...

conocer la faceta de la que se nutrió uno de los grandes exponentes de la novela negra

Un defecto

Quizá el autor se podría haber extendido más en las últimas etapas

Una virtud

El cuadernillo de fotografías que incluye

Puntuación: 10

BEST-SELLER NACIONAL

«La red púrpura»

ALFAGUARA

432 páginas,

19,90 euros

(e-book: 9,99)

Un mal chiste de Tarantino; por Lluís Fernández

Carmen Mola no se corta con los detalles y el suspense en su nueva y exagerada novela

En el peritexto de «La red púrpura», se advierte que Carmen Mola es el pseudónimo de una escritora enigmática, pero su heterónimo suena a guasa. Lo mismo que la novela. Una elaboración muy lograda de una operación comercial cuyo objetivo es escribir una novela de intriga de éxito homologable a los best-seller internacionales. Se requiere pericia y conocimiento del género policíaco: mucha intriga, suspense, violencia a raudales y una trama sujeta a todos los elementos imprescindibles para encandilar al lector y vender libros. Nada le gusta más a éste que ser deslumbrado y suspender la incredulidad pese a la falta de realismo y verosimilitud de «La red púrpura». Carmen Mola no se corta recombiando los elementos más populares de la intriga: hay hasta un émulo de Hannibal Lecter al que se recurre sin dar más explicaciones.

Si el objetivo se logró con creces en «La novia gitana», en esta obra se viene abajo por estirar como un chicle una trama que solo podía continuar exacerbando los tópicos folletinescos del relato y aumentando la violencia extrema hasta caer en el gore, su forma de parodia.

Pistola de un solo tiro

Que la novela sea un constructo discursivo que desafía en exceso la verosimilitud es un problema inherente al género policíaco: relato estereotipado de la realidad que solo busca ser coherente consigo mismo. El problema es que es una pistola de un solo tiro. Seduce mientras se construye, pero salta por los aires cuando se desvanece el fulgor y aparecen en carne viva los estilemas del folletín, que, al evidenciarse, amenazan todo relato policíaco constreñido por la convención. Ver cómo avanza el folletín aquí es un espectáculo que debe maravillar a su autora por la fascinación que crea la congruencia. De repente, esa «red profunda» aparece como el Instagram de los criminales de tres al cuarto. Una red de perversos, con su jerarquía que va del «yonqui» al prohombre, y cuyo parecido con la Mano Negra da risa. Los secuestros de niños y niñas para saciar el ansia criminógena de pervertidos del «snuff» en la red es una fantasía más propia de la pornografía del terror «splatter» que una realidad plausible. Las siete chicas tuertas, de chiste de Tarantino. La lucha a muerte de menores secuestrados en una plaza de toros, justificados como desafueros de la posguerra civil española, con un malvado marqués terrateniente andaluz, remiten a la falsa corrida franquistas en Badajoz del General Yagüe, con sus 4.000 milicianos asesinados. Cuando no, a los caníbales españoles de T. Williams en «De repente, el último verano».

Si el lector supera una intriga tan desaforada, seguramente disfrutará con esta novela repleta de violencia y situaciones que desafían toda lógica. A «La red púrpura» no le falta ningún ingrediente sensacionalista de la nueva tendencia criminal posmoderna europea. Solo tiene que suspender el juicio crítico, abandonarse al crimen injustificado, gozar de las exageraciones del folletín y sufrir con las tribulaciones de una madre a la que le robaron su niño y le devuelven un asesino. ¿Se puede pedir más?

sobre la autora

Se desconoce la identidad de Carmen Mola. Se niega a darse a conocer, por lo que tampoco existen fotos, y lo único que conocemos de ella –a partir de su definición «oficial»– es que es de Madrid, donde vive con su familia. Bajo este pseudónimo, Mola presenta la segunda entrega de la exitosa obra «La novia gitana», un mejunje editorial con gran repercusión internacional

ideal para...

aquellos lectores amantes de las novelas policíacas gore y extremas

un defecto

Recurrir a todos los clichés del género

una virtud

La desvergüenza con la que su autora maneja los estilemas de la novela policíaca sin miramientos ni ningún tipo de pudor puntuación: 7

NOVELA

«Beckomberga. Oda a mi familia»

Sara Stridsberg

Nórdica

370 páginas,

22,50 euros

Lúcidas mentes enfermas; por S. Fernández-Prieto

El primer contacto con esta novela es como un fuerte e intenso impacto que descompone, desconcierta y atrae a partes iguales. La faja de la cubierta informa de que ha ganado el Premio de Literatura de la Unión Europea en 2015 y este galardón, unido al hecho de que el protagonista se trate de un histórico hospital psiquiátrico de Estocolmo y que su prosa sea entrecortada y poética a partes iguales, hace que su lectura se convierta en una experiencia imborrable. Su director, Edvard Winterson, es un médico peculiar que algunas noches sube en su coche a varios pacientes y se los lleva de fiesta a la ciudad, para que fuera del hospital los conviertan de nuevo en seres humanos. Entre ellos está Jimmie, cuya hija, Jackie, pasa mucho tiempo con él porque su madre se ha ido de viaje. Allí conoce a Sabina y a Paul, del que se enamora. A veces llegan al hospital jovencitas que nadie reclama y allí envejecen. Es un lugar ajeno del que nadie quiere salir vivo.

Como si la escritura se convirtiera en un personaje más de Beckomberga, las palabras se entrecortan y la lectura parece transitar entre una bruma tan densa que hace difícil la respiración, como si quien escribe estuviera tan lejos de «lo sano» como los pacientes. Stridberg se adentra en ese hospital que conoció en su niñez poniéndose abierta y sinceramente en el lugar de los personajes de una forma tan intensa que unas veces asusta y otras desagrada, pero siempre emociona. Caras marcadas por tormentos invisibles, seres que imaginan el paraíso en la profundidad de unas aguas oscuras, niños que duermen en un frío jardín abrazados bajo un abrigo, pacientes con la mano en el pecho para que nadie les vea el corazón que sienten tan grande que les parece una deformación. A veces, conversaciones en las que la lucidez se cuela en una mente enferma: «¿Tú por qué crees que estás tan triste, Jim?», pregunta el director. Y el paciente responde: «¿Por qué estás tú tan contento, Edward? El mundo está roto ahí fuera».

Cientos de historias olvidadas

Interesante y sociológicamente revelador, además de un respiro de racionalidad, es la descripción arquitectónica del complejo psiquiátrico con sus pabellones y sus jardines, una hermosa construcción de principios del siglo XX diseñada al detalle para que los pacientes siempre fueran visibles. Un hospital para cuidar a los enfermos psiquiátricos o quizá un centro para liberar de ellos a sus familias. En el invierno de 1995 se cerró el último pabellón de Beckomberga. Entre sus muros quedaron cientos de historias de fragilidad, tristeza y soledad. Un libro, sin duda, necesario e inolvidable.

sobre la autora

Dramaturga sueca nacida en 1972. Fue miembro de la Academia que otorga el Nobel. Renunció a su puesto tras los escándalos de 2018

ideal para...

lectores con especial sensibilidad e interesados por los temas psiquiátricos

un defecto

Ninguno que resulte reseñable

una virtud

El lenguaje poético, lleno de emoción

puntuación

10

ENSAYO

«El sueño de Leibniz»

Juan Arnau

Pre-textos

186 páginas,

20 euros

Leibniz, sin educación sentimental; por J. Ferrer

No resulta extraño encontrar, desde la dedicación a la filosofía, una deriva narrativa caracterizada por el afán especulativo, el tono ensayístico y la teorización hipotética. En nuestra más cercana tradición, pensadores como Ferrater Mora, García Calvo, Rafael Argullol o Fernando Savater se han servido del género novelístico como reflexivo método de conocimiento de la realidad sin dejar de lado una excelencia literaria. Es el caso también de Juan Arnau (Valencia, 1968); licenciado en Astrofísica, experto en la cultura hindú, apasionado de las mentalidades orientales, sus diversos saberes han confluido en ficciones filosóficas como «El efecto Berkeley» (2016), a la que ahora cabe añadir «El sueño de Leibniz», una historia que parte del figurado hallazgo del diario manuscrito de G.W. Leibniz (1646-1716), quien nombrara como «mónadas» a unas inmateriales unidades de conciencia universal.

Es esta una extensa reflexión alegórico-biográfica donde destaca la admiración hacia el mundo grecolatino, el antidogmatismo como fundamento, la importancia de los fenómenos físicos y una visión optimista y equilibrada de la realidad: «Ciencia de la alegría: armonizarse con lo que nos rodea». Todo ello inmerso en una abstracta cavilación, reivindicando la «razón onírica», un creativo ensueño de la disertación conceptual y los interrogantes metafísicos. Viajero y sedentario a la vez, infatigable lector de autodidacta juventud, Leibniz se entrevista con destacados alquimistas, políticos, aristócratas e intelectuales, en un atractivo friso sobre las inquietudes de su tiempo. Muestra aquí la ficcionada autorreferencialidad y los variados aspectos de sus vivencias, salvo la educación sentimental, obviada en un deliberado intento de cerebral racionalismo pensante. Novela filosófica, dietario especulativo y escritura ensayística conforman un logrado artefacto narrativo.

NOVELA

«Recuerdos del futuro»

Siri Hustvedt

SEIX BARRAL

416 páginas,

21 euros

Aquella flaca rubia de Minnesota; por Ángeles López

Siri Hustvedt narra una historia entre la realidad y la ficción y que roza el thriller

ocas cosas son más insoportables para un escritor que confrontar las palabras escritas por un «yo» más joven. Por eso, en este libro, el tono está destinado a parecer forzado, y sus pensamientos son de extrañeza o se observan con insignificancia: ¿realmente pensé eso? La séptima novela de Siri Hustvedt cuenta con una protagonista que solo conocemos por sus iniciales, SH, o por su apodo, Minnesota. Cuarenta años después, la autora se encuentra con su propio diario «guardado cuidadosamente en una caja de miscelánea que mi madre había salvado» –¡benditas madres!– cuando ella y su hermana menor la llevan a una residencia. Entonces, se recuerda a sí misma como era, una flaca rubia de Webster, Minnesota, que había dejado su hogar para ir a la ciudad de Nueva York para inscribirse en un programa de posgrado en literatura comparada. El año era 1978. La ciudad se mostraba severa y acogedora, llena de arte, música, sexo, drogas, poetas, punkys, mendigos. El escenario perfecto para la transformación de SH en una novelista. Por cierto, repárese en que las iniciales de su nombre coinciden con las de Sherlock Holmes, y no en vano esta novela está armada sobre una trama casi detectivesca que incluye el borrador de una debutante, como protagonista, cuya obsesión son los libros policíacos.

Hustvedt es demasiado inteligente como para haber convertido estas páginas en el relato directo de un año en la vida de un artista en ciernes. Al igual que la protagonista, conoce un buen misterio cuando lo ve y nada mejor para ello que una narrativa alternando reminiscencias entre su yo pasado y las entradas del diario de entonces con las propias ilustraciones de la autora.

La novelista, a buen seguro, se siente halagada de que el lector intuya que son memorias –¿qué si no?, se pregunta quien esto escribe–. La memoria es básicamente imaginación, reinvención, reinterpretación de lo vivido; los recuerdos cambian, aunque únicamente se graba aquello que ha ido vinculado a una emoción y solo rememoramos aquellas cosas que nos importaron..., o nos dijeron que así fue. El mismo «Tristram Shandy» está repleto de ese tipo de bromas, con penes y narices perdidas.

La enfermedad mental

Las enfermedades mentales son otro de los puntales de su imaginario: ¿nos dice la locura algo importante sobre todos nosotros? Es obvio que para la autora, sí. No en vano, además de sufrir ansiedad patológica, como relatara en su libro «La mujer temblorosa», fue voluntaria cuatro años en un hospital psiquiátrico y ahora da clases sobre el tema en una facultad de medicina. La psiquiatría, el psicoanálisis, la neurociencia y la filosofía nos explican lo que hace vulnerable a un individuo y cómo podemos atravesar la frontera de la enfermedad mental de forma fácil, como ocurre con la depresión. Cuando ella llegó a Nueva York, las autoridades habían abierto las puertas de los manicomios y los locos merodeaban por doquier, hurgándose las llagas, monologando, declamando versos, anunciando la ira de Yahvé. Por eso importa su pasado.

Como don Quijote, la joven de su diario ha leído mucho y se le ha llenado la cabeza de pájaros, pero también, como el señor de la Mancha explora todas las posibilidades de la novela antes de que se hubiera inventado la novela... aunque sea un tanto complejo en el siglo XXI. Aunque, también, como Cervantes, es amable con su criatura y trata bien a su personaje, pero no escatima esa sensación de peligro que una mujer puede sentir frente a un asalto, aunque el suyo no fuera tan dramático como retrata en el libro en el que su protagonista se siente carne abyecta que puede ser mancillada.

Novela que va y viene, como una zarzuela. Se hace y se deshace, se fortalece gracias a su mirada crítica y ensayísitica, y se nutre de la metaficción como lo hiciera su marido, Paul Auster, en «4 3 2 1». El misterio subliminal por iluminar -el pasado y el presente cada vez más próximos a medida que se avanza y se acerca la «solución» del caso- es el de cómo escribir aquí y ahora, en tiempos del #MeToo. En definitiva, una novela de iniciación feminista apoyada en el enigma de algo sucedido tanto tiempo atrás.

sobre la autora

Siri Hustvedt (Minnesota, 1955) es una aclamada escritora tanto de novelas como de ensayos

ideal para...

ayudarnos a recordar el sueño de plenitud perdida de aquel que fuimos, como una visión del Edén antes de la expulsión

un defecto

En algunas ocasiones, la deformación de la escritora en su recuerdo a partir de sus propios diarios se lleva un poco al límite al ser leída en el momento presente

una virtud

El final resulta ser algo totalmente conmovedor en una obra que a veces resulta incisiva y otras sentimental

Puntuación: 8

RELATOS

«¿Quién te crees que eres?»

Alice Munro

LUMEN

312 páginas,

19,90 euros

(e-book: 8,99)

La identidad real de Alice Munro; por Diego Gándara

El nuevo libro de cuentos de la canadiense Alice Munro (traducido por primera vez al castellano pero publicado originalmente en 1978 en Canadá) reúne diez relatos cuyo tema central es la identidad y la relación entre dos mujeres a lo largo de cuarenta años: Flo, una madre un poco banal, bastante práctica, y Rose, su hija adoptiva, una chica algo torpe, nada lista, pero capaz de abrirse camino en la vida y alcanzar algunas de las tantas cosas que se propone.

«¿Quién te crees que eres?», a pesar de su unidad y de estar enfocado en dos personajes principales, no es, sin embargo, como ha llegado a apreciarse cuando se publicó, una novela. No hay aquí un planteamiento sobre la forma ni hay, tampoco, una trama o, mucho menos, la creación de un mundo propio, con sus reglas y motivos más allá de que las cadencias, la arquitectura de cada uno de los relatos, se repiten en todo el libro como variaciones alrededor de un solo tema: la identidad.

Una vida insulsa

Así, a través de cada uno de estos diez cuentos, la escritora (notable maestra en la distancia corta, con libros como «Las vidas de las mujeres», «Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio» y «El amor de una mujer generosa», y Premio Nobel en 2013) delinea el vínculo complejo y demasiado complicado que se establece entre Flo y Rose con una mirada de enorme lucidez y se centra, sobre todo, en cómo ese vínculo va marcando el destino de Rose, que a pesar de su torpeza y de su timidez, del maltrato de su padre y de su vida algo insulsa, deja su tierra, su ciudad, sus raíces, y encuentra su lugar como quien se encuentra con algo que, en el fondo, resulta inesperado.

«Aprender a sobrevivir, a pesar de la cobardía y la cautela, de los sustos y la aprensión, no es lo mismo que ser desdichado. Y además es interesante», dice alguien en algún momento de estos textos que, aunque pueden ser leídos de manera independiente, de forma aleatoria, ofrecen una visión de conjunto, una mirada lineal y un orden casi cronológico que es lo que termina dando, al fin y al cabo, un sentido a todos ellos.

Porque Rose, tras vencer miles de obstáculos, termina ganando una beca para ir a la universidad, conoce a su futuro esposo, es madre, se separa, conoce a otros hombres y emprende una carrera como actriz. Es decir: alcanza, pese a todo, una identidad. Aunque se sitúa muy lejos ya del punto de partida: de una vida de pobreza en una pequeña ciudad y rodeada de gente acomodada que no para de preguntarle todo el tiempo (como si ella lo supiera), «¿tú quién te crees que eres?».

sobre la autora

La Nobel Alice Munro es autora de doce volúmenes de relatos, tres antologías y una novela

ideal para...

deleitarse con esta maestra del cuento heredera de Chéjov

un defecto

No los hay en esta edición cuidada y sin errores

una virtud

La capacidad que posee la autora para darle un sentido a las vidas anónimas y heroicas de las que habla

Puntuación: 9