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Crítica de libros

No te pierdas los libros de la semana

Una guía perfecta para conocer la historia de tres torturados por ETA, el club donde nació el ‘acid house’ o por leer por primera vez en español un libro de Vasili Grossman

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ENSAYO

«que el bien os acompañe»

Vasili Grossman galaxia gutenberg

144 páginas,

17,90 euros

Grossman, un hombre bueno entre ovejas; por Sagrario Fdez-Prieto

Se traduce por primera vez al español la obra más íntima y libre del escritor

En noviembre de 1961 Vasili Grossman se subió a un tren en Moscú y viajó durante dos días hasta llegar a Armenia. Llevaba en la maleta el grueso manuscrito de un libro armenio ya traducido al ruso pero que debía corregir. El hecho no tendría mayor trascendencia sin conocer el contexto de este viaje. Unos meses antes, su novela «Vida y destino», a la que había dedicado diez años de su vida, había sido censurada y prohibida su publicación. A Grossman, gran periodista y escritor, le ofrecen una especie de trabajo de consolación, no cuesta imaginar que su estado de ánimo no pasaría por sus mejores momentos. Cuando se comienza a leer «Que el bien os acompañe» y se conoce el resto de su obra la primera reacción es de extrañeza: qué hace hablando de ovejas y panaderos el autor de una de las obras más importantes del siglo XX al que recordamos en el cerco de Stalingrado. Pero en pocas páginas el asombro cambia de dirección. Grossman se deja atrapar por la bondad de las gentes y por la belleza del país. Surgen de su pluma emotivas reflexiones vitales y sorprendentes y líricas descripciones y si Grossman se deja fascinar con Armenia el lector se deja seducir por «el traductor», así se autodenomina, por la mirada bondadosa sobre la vida de un hombre abatido, pobre y enfermo (ya habían aparecido los primeros síntomas de la enfermedad que se lo llevaría tres años después). Cuando piensa en la poesía elogia la humanidad y la pasión de los poetas del siglo XIX , si lo hace sobre la felicidad cree que para conseguir un instante de algo tan escaso tienen que coincidir en nuestra alma algo espléndido y puro a la vez y recuerda a Goethe, que contó once días felices a lo largo de sus ochenta años de vida.

Y así, mientras el autor describe a los armenios, el lector va absorbiendo a Grossman por todos los poros de la piel, un puro, vital y bondadoso Grossman que en ocasiones recuerda a los poetas y compatriotas de su generación, como en los casos de Ajmátova y Pasternak. Y una vez que entendemos por qué afirma que «hay que exaltar constante e incesantemente lo humano» comprendemos que los jóvenes conductores de camiones de tres toneladas tengan «alma de águilas y los dedos virtuosos de Paganini», «el terciopelo de los melocotones» o «el ámbar blanco de las uvas».

Sin autocensura

Grossman pensaba publicar este libro en una revista. El director de «Novi Mir» se mostró dispuesto a hacerlo si suprimía un pasaje sobre el antisemitismo ruso. Grossman, que era judío, se negó y retomó el manuscrito de «Todo fluye», escribiendo con total libertad, sin autocensura, hasta poco antes de morir. Como afirma Marta Rebón en el epílogo, si «Todo fluye» es su testamento político, «Que el bien os acompañe» es su testamento personal. El hermoso saludo armenio, algo parecido a nuestro «vaya usted con Dios», no puede servir mejor como título y despedida de un hombre bueno que defendió en sus obras la verdad de los hechos sin olvidar nunca el dolor de los seres humanos.

Sobre el autor

Vasili Grossman (Berdichev, 1905 -Moscú, 1964) fue una de las víctimas del totalitarismo soviético. De sus vivencias en el frente durante la Segunda Guerra Mundial surgió su gran obra, «Vida y destino»

Ideal para...

conocer el lado más humano de de quien es uno de los grandes escritores rusos

Un defecto

Ninguno. El libro ofrece interesante información sobre Armenia

Una virtud

Es sorprendente que un libro escrito en ese contexto personal y político tan complejo sea capaz de transmitir

un enorme aliento vital

Puntuación: 10

«the haçienda. cómo no dirigir un club»

peter hook

contra

428 páginas,

23,90 euros

The haçienda: no intenten esto en casa.

Fue el club donde nació el «acid house», uno de los templos de la música electrónica y sin duda la discoteca peor gestionada de la historia: bienvenidos a «Madchester»

La historia ya está contada, pero se parece mucho a esas comedias de enredo en las que vemos al protagonista hacerlo todo mal constantemente y anticipamos el bochorno que llega a continuación. Pero en el fondo no podemos dejar de ver la película y si por casualidad nos volvemos a cruzar con ella, la vemos de corrido de nuevo. Así es la historia de The Haçienda, el icónico club de Manchester donde se fraguó un movimiento musical caótico y maravillosamente divertido que ya retrató la exitosa película «24 Hour Party People», entre otros relatos y del que llega un valioso testimonio con un título muy sintético: «The Haçienda. Cómo no dirigir un club», escrito por Peter Hook, fundador de Joy Division y New Order. En él, como le pasa a Ben Stiller o a Mr. Bean, todos los errores que se pueden cometer se van enlazando, y como nos pasa como espectadores, en este caso lectores, no podemos parar hasta ver de qué magnitud puede ser el desastre que cometen nuestos antihéroes.

Como decíamos, ya se sabe que The Haçienda albergó una movida cultural antes de tiempo, dio cobijo al postpunk primero y abrió sus puertas al verano del amor inglés, cuando en lugar de flores en el pelo lucían ropa ancha y tomaban éxtasis como «chuches». El verano de las raves y el que transformó a «hooligans» en adorables muchachos que daban abrazos gratis a desconocidos. El verano del acid house fue el de la primera generación de ingleses que podían expresar sus sentimientos (aunque fuera bajo los efectos de un enorme colocón) y abandonar el estreñimiento emocional característico de la Pérfida Albión. En definitiva, como es conocido, en The Haçienda nació esa escena que primero fue «Madchester» y que luego fue «Gunchester» cuando las bandas sacaron las pistolas y los diarios dieron cinco columnas a las sobredosis.

Gabardinas hasta junio

Todo está en esta crónica de Peter Hook, socio industrial del club más desastroso de la historia, miembro de una especie de «merry pranksters» británicos que en lugar de autobús tenían una discoteca para hacer el anormal. Bajo las a menudo contradictorias pero siempre erróneas directrices de Tony Wilson (director de Factory Records, el sello de New Order) y Rob Gretton (mánager del grupo), nuestros patosos iluminados trataron de abrir el local definitivo, que lo sería todo: club de socios, restaurante, sala de conciertos y hasta peluquería, a imagen de los elegantes y sofisticados Danceteria y Paradise Garage de Nueva York. Pero esto es Manchester, amigos, y estamos en los lúgubres comienzos de los ochenta, cuando los jóvenes vestían sobretodos y gabardinas hasta las rodillas en junio. Los comienzos, ahogados por la mayor racha de decisiones equivocadas que jamás haya conocido una empresa, y la mayor ineptitud para los negocios que haya conocido un país protestante, no pueden ser más absurdos. Pese a que la clientela era perfecta para los sellos de Factory (propietaria de The hacienda), el Dj de la sala no pinchaba ni a Joy Division y ni siquiera a los Smiths, sino toda una colección de temazos de música negra que, por supuesto, ninguno de los paliduchos mancunianos estaba por la labor de bailar. El club estaba permanentemente vacío y el aspecto del mismo, que era un viejo almacén de embarcaciones a las afueras, frío y luminoso como una galería de arte, resultaba desolador.

Todo estaba mal desde los cimientos: sobrecostes de las obras, un crédito leonino que lastró el negocio para siempre, empleados que eran unos perfectos inútiles o robaban todo lo que estaba a su alcance (desde los amplificadores a la iluminación, los tocadiscos, la caja registradora y por supuesto las bebidas) y que en una ocasión incluso llegaron a realquilar un equipo al local que tenía las iniciales del club grabadas. Todo el capital que lograban New Order con sus giras iba a fondo perdido a la ruina del club. Mientras, los músicos vivían con 20 libras a la semana. Bueno, pero también con droga y bebida ilimitada. Y es que el valor de este volumen no es contar la gran historia, sino acercarnos a los gloriosos conciertos que solo presenciaron 40 personas, a los desastres de gestión cotidiana del club, al viaje a Ibiza que cambió la vida de Peter Hook, a Nico llegando desde NuevaYork sin que a nadie le importase un pito y a Lauren Garnier de fregaplatos del bar donde nadie comía.

Como proyecto comercial, fue un perfecto desastre llevado a cabo por insensatos que, eso sí, pagaban de maravilla a grupos locales que no llevaban ni a 50 personas. Sin embargo, hoy puede verse en perspectiva qué clase de maravilloso sueño era un local que, en 1982, programó a Orange Juice, The Durruti Column, Culture Club, New Order, The Birthday Party, Echo & The Bunnymen, Cabaret Voltaire y Grandmaster Flash. Allí, unos hombres geniales y desquiciados, unos mantas para los negocios, crearon una cultura a partir de unos dulces sueños que dejaron un amargo amanecer: cuando las armas automáticas y los doberman llegaron todo se fue al traste. Como negocio fue ruinoso hasta después de terminado: unos bulldozer derribaron The Haçienda apenas unas semanas antes de que una productora de cine pagara 280.000 libras por reconstruirlo para la película «24 Hour Party People».

Sobre el autor

Peter Hook (Salford, 1956) formó, junto a Bernard Sumner e Ian Curtis , Joy Division. Tras la muerte de este último, fundaron New Order, pioneros de una manera de hacer pop electrónico. Ha publicado también dos libros sobre esas experiencias: «Unknown Pleasures: Inside Joy Division» y «Substance: Inside New Order».

Ideal para...

quien desee montar una discoteca, quien esté interesado en la música electrónica y en conocer el espíritu «rave» de finales de los 80 y quien disfrute de los relatos lisérgicos o bien desee un subidón de los que no dejan resaca.

Un defecto

Como todas las memorias, la subjetividad domina un relato en el que, para más inri, los estados de conciencia alterada son la norma, así que mejor tomarse las bravuconadas como hipérboles y simplemente sonreír.

Una virtud

El tono humorístico añadido a una acción tan loca como los hechos narrados hacen del libro un caramelo. Además, incorpora una lista de actuaciones y temas por cada año para poder escuchar The Haçienda

Puntuación: 9

«agua

por todas partes»

Leonardo Padura TUSQUETS

368 páginas,

19 euros

Leonardo Padura no se ahoga; por Diego Gándara

Ningún escritor es una isla por más que se encuentre aislado y rodeado de agua por todas partes. Siguiendo esa premisa, y amparado por un verso de Virgilio Piñera que se refiere a la condición del cubano, a esa «maldita circunstancia del agua por todas partes» que lo obliga a sentarse «en la mesa del café», Leonardo Padura ofrece en este libro un conjunto de textos que, más allá de su condición de habanero, que lo es sobradamente, hacen referencia a su quehacer como escritor en general y, en particular, a su manera de ver el mundo a través de sus novelas.

Dividido en tres partes (la primera, como su título indica, referida al hecho de vivir rodeado de agua y esa particularidad de haber nacido en una isla; la segunda, sobre el por qué se escribe una novela; y la tercera, sobre el motivo primero y último de su vocación de escritor), el libro es, de alguna manera, un compendio de lo que han sido su vida y su literatura, como si una cosa y la otra, con el paso que otorgan los años, se hubiesen convertido en una sola y única: el lugar de Leonardo Padura como escritor en Cuba y en el corazón de los lectores.

El barrio de Mantilla

Así, el creador del inspector Mario Conde, que se pasea por el barrio de Mantilla y camina las calles de La Habana vieja despaciosamente y como regodeándose en ellas, se acerca en «Agua por todas partes» a la obra de algunos otros escritores cubanos como el mismo Piñera, pero también a la de José Lezama Lima, a la del poeta Heberto Padilla, a la de Guillermo Cabrera Infante, Reinaldo Arenas, Severo Sarduy y Eliseo Alberto, todos ellos escritores que, además de haber nacido en la misma isla, padecieron las inclemencias del régimen castrista. No lo hace, en cualquier caso, en un tono admonitorio o indulgente, sino con el propósito de reivindicar una condición que todos ellos atraviesan.

Pero el libro, en cualquier caso, es bastante más que eso, porque también se explaya en estas páginas sobre su infancia, sobre su paso por el mundo del periodismo y, especialmente, acerca del hecho de haberse puesto, en algún momento de su vida, a escribir novelas, un oficio en el que es capaz de levantar un mundo imaginario con los materiales más sensibles y reales que tiene a la mano pero en el que no faltan ni dosis suficientes de audacia ni tampoco de dificultad. Así es el escritor. O la sensación, como dice el autor cubano, de que para escribir una novela se ha de transitar, en primer lugar, un trecho suficientemente largo que se antoja en ocasiones extremadamente duro, repleto al mismo tiempo de obstáculos y retos, hasta que se llega a lo que podría entenderse como una especie de felicidad.

Sobre el autor

Leonardo Padura recibió el Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2015 por el conjunto de su obra

Ideal para...

adentrarse en la cocina literaria o en la sala de máquinas de Padura

Un defecto

La obra no contiene errores que dificulten suplacentera lectura

Una virtud

El estilo sencillo, claro y lleno de vivacidad con el que el escritor recorre su isla

Puntuación: 9

NOVELA

«O calle para

siempre»

José María Guelbenzu

369 páginas

19,90€

Una boda con chantaje incluido; por J. Ferrer

En 1967 quedaba finalista del prestigioso Premio Biblioteca Breve de novela «El mercurio», de José María Guelbenzu (Madrid, 1944), una obra de insólita valentía experimental y trangresora estructura narrativa, bajo el influjo de Joyce, Kafka y Cortázar, a la que seguirían «El pasajero de ultramar» o «El río de la luna», en una misma línea de arraigada innovación creativa. Su posterior trayectoria literaria irá incluyendo variados registros temáticos y argumentales y, en los últimos años, frecuentará el relato policíaco a través de la serie de novelas –siete ya– protagonizadas por la jueza Mariana de Marco, cuarentona, divorciada sin hijos, independiente, de minuciosa eficacia profesional y amante de la buena mesa, un personaje que aplica un riguroso método deductivo a sus investigaciones, dotando al relato de un tenso suspense y una conseguida amenidad.

«O calle para siempre», la hasta ahora última entrega de este ciclo, sitúa a Mariana como invitada a la boda de la hija de una amiga de juventud. Cumpliendo el viejo anhelo de dormir en el madrileño hotel Ritz nuestra perspicaz jueza se verá inopinadamente envuelta en un intrigante misterio: el sacerdote que ha de oficiar la ceremonia nupcial se ve presionado para que resalte en la misma la conocida frase formularia de que «si alguno de los aquí presentes se opone a esta unión, que hable ahora o calle para siempre»; de lo contrario, se amenaza con una drástica acción criminal. Más allá de la acción policíaca y judicial, hallamos aquí un excelente retrato socialcostumbrista, acertados giros de la trama, ágiles y punzantes diálogos, una irónica mirada sobre el inevitable paso del tiempo y una mente investigadora que funciona con milimétrica precisión, no exenta de una intuitiva sensibilidad y de un distanciado humorismo. Calidad y entretenimiento a partes iguales.

«BEST-SELLER» INTERNACIONAL

«el mercenario que coleccionaba obras de arte»

ALFAGUARA

384 páginas,

18,90 euros

(e-book: 10,99)

Las mentiras de la castrista Wendy Guerra; por Lluís Fernández

Dice Wendy Guerra que para escribir esta novela se ha salido de «su zona de confort» y se ha asomado al otro lado del muro. Traducción: ha tomado partido a la vez por Peter Pan y el capitán Garfio en la isla del Tirano-saurio Castro. Nada nuevo en su narrativa. Sigue siendo la impostora chic de siempre. La que protagoniza esta revisión tercerista de la Cuba comunista, aderezada con memoria histórica y vivencias personales de la autora. La doma ideológica de los cubanos es un material que resulta muy interesante siempre que la autora no lo utilice para manipular al lector haciéndose pasar por una disidente y a la vez por una castrista desencantada. Es el mismo modelo posmoderno para la exportación blanqueada del castrismo. Puro «fake». No, no es «La vida de los otros» (2006). Para Wendy Guerra lo opuesto a la revolución castrista en la «utopía democrática».

Ella vuelve a confrontar dos falsos opuestos: la revolución castrista y la contra terrorista gusanera. Y lo hace en dos planos: en el de la memoria histórica de la guerrilla, apenas literaturizada, y en el de la autoficción de su memoria sentimental, con un enfoque poético y sexualmente desinhibido. Valentina habla de «incesto pedagógico» como parte de su educación como «prostituta ideológica» para recabar información, filmar a los invitados famosos y chantajearlos.

La lógica castrista-leninista es implacable: las únicas libertades permitidas en Cuba son «las relacionadas con el cuerpo». Valentina lo usa como un arma al servicio del Estado. Es pues en el campo de batalla simbólico donde se libra esta falsa dicotomía entre la dictadura y la contraguerrilla: el entrechocar de los sexos en el lecho con violencia y deseo. El acto erótico simboliza la reconciliación de los opuestos, sin otro punto de llegada que el reencuentro imaginario de las dos Cubas revolucionarias, pero no con la democracia.

Wendy Guerra, entrenada en las maldades del leninismo, se ofrece como modelo: ¿por qué ha de renunciar ella a su educación y, por tanto, a su cubanidad castrista? Tampoco le pide a la Contra que renuncie a su amor por Cuba para recomponer con sus vivencias la nueva Cuba. Ella representa la isla-cárcel bonita. Los exiliados, las víctimas y los represaliados no existen, deben ser sacrificados por la concordia.

Intriga de espías

«El mercenario que coleccionaba obras de arte» tiene un tratamiento de intriga de espías. Wendy/Valentina desvela con facundia la memoria de su educación sentimental comunista y la contrapone a la de Adrián Falcón, al que conoció en México y contó su vida de revolucionario anticastrista, su pase por la Contra en Nicaragua y mercenario en Angola. Hay algo de «Portero de noche» cuando el guerrillero anticastrista somete a la perversa cubana a un juego especular de dominio y sumisión que se convierte en un psicodrama ideológico que apenas logra captar el interés del lector por su escasa elaboración, su desvaída intriga, diálogos sonrojantes y una prosa poética altisonante que aburre tanto como el «Diario de campaña».

Sobre la autora

Wendy Guerra es una famosa escritora que ha triunfado con novelas sobre una Cuba imaginaria donde caben tanto el castrismo como la disidencia de Miami

Ideal para...

lectores de izquierdas que ven en ella el prototipo de la nueva Cuba reconciliada sin ajustar cuentas con la dictadura

Un defecto

La parte documental de la Contra de Nicaragua apenas está elaborada literariamente

Una virtud

Algunos hallazgos poéticos de una prosa que a veces vuela

Puntuación: 5

NOVELA

«lucía en

la noche»

Juan Manuel de Prada

ESPASA

416 oáginas

19,90 euros

(e-book: 12,99€)

La mujer, el síntoma y las máscaras; por D. Gándara


La mujer, como dijo un reconocido psicoanalista francés, es, entre muchas otras cosas, el síntoma del hombre. Que lo diga, si no es así, Alejandro Ballesteros, el narrador y protagonista de «Lucía en la noche», la nueva novela de Juan Manuel de Prada, cuyo encuentro, contingente y fugaz, con una mujer entre las brumas de la noche y los efectos del alcohol, despertará en él los sentimientos más contradictorios (esos sentimientos que van del amor al odio y viceversa), hasta el punto de envolverlo en una trama de amor, de locura y de muerte y que lo llevará, poco a poco, hasta los abismos crepusculares de sí mismo.

Estructurada en dos tiempos, separados por capítulos alternativos y con un par de codas finales, el libro se desarrolla a partir del relato del propio Alejandro Ballesteros, un escritor (parecido un poco al autor, pero tomándose en broma y con cierta ironía) que gozó de las mieles del éxito en su lejana juventud y que, perdido entre los platós de los programas basura de televisión, a los que asiste como frecuente tertuliano, cree que su carrera está definitamente acabada: hace tiempo que no escribe, hace años que no publica, y está en el dique seco.

Musa y motor

Una noche en que sale de la tele se refugia en un local del centro de Madrid, se encuentra con Lucía (o Lucía, mejor dicho, lo encuentra a él) y, desde entonces, nada será lo que ha sido, pues se convierte en su musa y en el motor de su vida y de la nueva novela que, inmediatamente, comienza a escribir. «¿Quién es Lucía?», parece preguntarse todo el tiempo Ballesteros y, por extensión, también parece hacerlo el lector. Porque, como si se tratara de un juego de máscaras, la protagonista atraviesa toda la novela agazapada tras el misterio y la seducción: una mujer que no se sabe si trabajó de cocinera o de camarera, si nació en Cataluña o quizá en cualquier otra parte del mundo, si es una terrorista o alguien que, simplemente, apareció en la vida de Ballesteros con el firme propósito de arruinársela o, aunque parezca un contrasentido, salvársela.

Con un estilo pausado y de una enorme riqueza lingüística, De Prada ha compuesto una novela que, en su complejo argumento, ofrece una trama repleta de misterios, en la que se cruzan el último cuarteto de Shostakóvich, la guerra de Siria, el refugio de los nazis en la ciudad de La Cumbrecita, en la Argentina, el presente de España y el futuro de la propia literatura. Todo sostenido, además, por una historia basada en la pesquisa y en una mujer que, como el síntoma del hombre, se esconde tras el velo de la escritura y la noche.

Sobre el autor

Juan Manuel de Prada nació en Baracaldo en 1970. En 1997 recibió el Premio Planeta por «La tempestad»

Ideal para...

dejarse llevar por una historia trepidante sostenida en el misterio, en la pesquisa

Un defecto

No los hay que merezcan reseñarse

Una virtud

La poderosa imaginación del escritor que combina con una prosa exquisita

Puntuación: 9

NOVELA

«UNA TUMBA EN EL AIRE»

Adolfo García Ortega GALAXIA GUTENBERG

336 páginas,

21 euros

Los asesinatos olvidados de ETA; por Ángeles López

Sabedor, como Miles Davis, de que «el silencio es el ruido más fuerte, quizá el más fuerte de los ruidos», García Ortega ha decidido rasgarlo. Pero no como traspasa el sol por un cristal, sin romperlo ni mancharlo, sino adentrándose hasta el tuétano del vidrio. Estamos ante una novela inspirada en hechos reales nunca esclarecidos. El 24 de marzo de 1973, tres jóvenes de origen gallego –Humberto, Fernando y Jorge– cruzaron la frontera francesa para ir a Biarritz a ver «El último tango en París», entonces prohibida por la pacata y gris España franquista. Se sabe que esa noche entraron en una discoteca y se encontraron con un cruel destino: un grupo de miembros de ETA los tomaron por policías y los secuestraron y asesinaron después de atroces torturas. Nunca más se supo de ellos. Sus cuerpos jamás aparecieron.

No eran «mala hierba» –como se maliciaron sus verdugos, y como canta el poeta–, solo «hierba» en mal lugar. Por ello, y para lograr hacernos una idea de la situación, García Ortega nos agarra por las solapas para que miremos en aquella dirección, aún necesaria, y que respiremos la atmósfera previa a la muerte del dictador, que conozcamos a las víctimas –¿se nos han olvidado las mañanas radiando atentados?– y nos resituemos en la quimera revolucionaria de una banda terrorista que apenas tenía clara su lucha, edificada sobre pérdida, sangre y dolor.

Para construir los muros de esta novela al estilo de las de Capote –incluso policial–, el autor no ha escatimado documentación ni trabajo de campo: habló con personas relacionadas con la época y los hechos: abogados, etarras, ex etarras, políticos, periodistas, familiares, espías y ex espías, víctimas y asesinos... El ánimo era no solo esclarecer la verdad, sino rescatar a aquellos tres jóvenes de ese limbo moral, histórico y político. El resultado es una de la mejores novelas del autor, que no rehúye de la justicia ni de la ternura; lírica y épica al servicio de la verdad y de la buena literatura. La alta literatura.

Durante todos los años que llevo leyendo a García Ortega he comprendido que su curiosidad carece de límites y de timbres de prohibición. Quiere divulgar lo histórico, lo cultural, sus filias y fobias. Sin presiones y sin que por ello deje de haber un soberbio trabajo en el que se huelen innumerables lecturas, síntesis y trabajo intradérmico.

Obtener la verdad

Su prosa siempre está en su sitio y, siempre, al servicio de lo que transmite, con la singularidad de que en este libro hay varios sitios diferentes y cada uno exige un acercamiento distinto. Es el escritor entregado a la historia, pero también a la ficción hasta lograr un relato con la responsabilidad de dar cuenta de todo; ese es su servicio y su grandeza. Porque la fórmula se aplica con admiración y respeto. Un escritor que no habla de sí mismo, sino de lo que debemos conocer, reconocer, recordar e incluso rellenar con puntos la línea que nos faltaba para obtener la verdad. Eso, a día de hoy, resulta novedoso y «antiombliguista». Gracias, Adolfo, por este nuevo libro que, sin duda, hacía falta.

Sobre el autor

Adolfo García Ortega nació en Valladolid en 1958. Es escritor, traductor y articulista y es firma habitual en varios periódicos nacionales

Ideal para...

disfrutar del carnoso verbo de este escritor y conocer los hechos de un crimen negado durante más de 45 años

Un defecto

Se echa de menos un libro –como los de Ken Follet– con 650 páginas para seguir conociendo más sobre los protagonistas: víctimas y verdugos

Una virtud

Nos recuerda algo que no debemos olvidar: la inocencia asesinada

Puntuación: 9

ENSAYO

«Una huida imposible. California

y sus escribidores»

Toni Montesinos

LA LÍNEA DEL HORIZONTE

150 páginas,

18,05 euros

Charla con Kerouac en California; por Jesús Ferrer

California es un territorio literario que ha generado, junto al cine o las series televisivas, toda una iconografía de gran eficacia imaginativa y arraigados referentes simbólicos. Su protagonismo en la novela «En el camino», de Jack Kerouac, se justifica como emblema de libertad personal, desinhibición ética, visiones psicotrópicas y decidida opción contracultural. Y son ya clásicos, en esta temática, libros como «California trip» (1971), de María José Ragué, y «Filosofías del underground» (1977), de Luis Racionero, que vienen a reafirmar la solidez de un imaginario vitalista y transgresor. Esta geografía alegórica deviene así en una metáfora de la búsqueda de la felicidad, en un emblema del visceral contestatarismo. En la línea de la original literatura viajera que caracteriza al novelista, ensayista, poeta y crítico literario Toni Montesinos (Barcelona, 1972) se publica «Una huida imposible. California y sus escribidores», crónica de un periplo narrativo que combina la propia experiencia itinerante con una desenfadada metaficción culturalista.

Inquietos «escribidores»

Desde referentes históricos, como la fiebre del oro o el fenómeno migratorio, a una actualidad más turística y hollywoodiana, recorremos fascinados unos ensoñados espacios que pertenecen ya a una memoria colectiva y a una visualizada figuración. En un singular juego ficcional, el autor «conversa» animadamente con diversos escritores sobre la literaturización de las vivencias viajeras en las imaginadas voces de Steinbeck, Stevenson, Bukowski, Kerouac y John Fante, entre otros inquietos «escribidores».

Estas páginas entrañan también una perspicaz reflexión sobre la ruta y el itinerario como un viaje al interior de uno mismo: «La crónica viajera ya de por sí es una manera de ir encontrándose uno mismo, un tránsito con mirada interior y exterior compartiendo corazón y mente, y ocurre en escenarios distintos donde nos hacemos actores de nuestras novedosas circunstancias en una convergencia de percepciones extrañas y maravillosas».

Bohemios de la generación beat, jipis utópicos y soñadores, o el espíritu del reporterismo «gonzo» del inefable Hunter S. Thompson desfilan en singular tipología del desarraigo creativo y la anhelada felicidad. Con una colorista descripción de gentes y paisajes, el humor de diversas situaciones anecdóticas, el trabajado manejo de los referentes culturales junto a ese original planteamiento de coloquialidad con significativos escritores, el libro ahonda –con inteligente amenidad– en lugares y atmósferas integrados ya en un común bagaje sentimental.

Sobre el autor

Escritor que, dentro de la literatura de viajes, innova creativamente insistiendo en el carácter existencial de la actitud itinerante

Ideal para...

recorrer el mítico territorio californiano, y corrobora su conocida iconografía sentimental

Un defecto

Ninguno en particular

Una virtud

La extraordinaria amenidad con la que se disfruta este viaje literario

Puntuación: 9