Fútbol

Coronavirus

Coronavirus y hambre de fútbol

El virus de los “cojones” provoca nostalgia del deporte

Fútbol.- Lorenzo Sanz continúa grave y con "nulas esperanzas" de superar el coronavirus
Lorenzo SanzREAL MADRID C.F.21/03/2020larazonREAL MADRID C.F.

Lunes, 23. Lorenzo Sanz

El maldito virus coronado se ha llevado también a Lorenzo Sanz, 76 años. Lorenzo Sanz era, en algún sentido, en algunos aspectos, "hijo de ideas, de cosas” de Ramón Mendoza.

-Lorenzo, de entrada -me confesó Ramón Mendoza, a quien me unió afecto y amistad-, tiene el don de la humildad inteligente.

La humildad, ciertamente, une, de igual modo que la soberbia desune. Lorenzo coleccionaba piezas de marfil.

-Veo mucho marfil en tu casa, Lorenzo. ¿Tanto te gusta el marfil?

Socarrón:

-El marfil da suerte. Yo creo en la suerte. Bueno, me corrijo, creo en el trabajo y en la suerte.

Le repliqué:

-Tu torre de marfil, pues, los marfiles.

Precisó:

-No, no. Las torres de marfil no existen, hay que construirlas.

Lorenzo, supersticioso o no, acabó con la mala racha del Madrid en la Champions tras la muerte de don Santiago Bernabéu. Durante 32 años, desde don Santiago, el Real Madrid se había “peleado” con la Champions o la Champions con el Real Madrid. Algo así. Con Lorenzo el Real Madrid retornó a la Champions y la ganó dos veces.

-Lorenzo, has vuelto a europeizar al Real Madrid.

-Pero ni yo ni nadie, probablemente, logrará jamás acercarse a la cifra de don Santiago: 6 Copas de Europa y 16 Ligas -me recordó.

Lorenzo nació humilde, fue humilde en el éxito y siempre, humildemente, amigo de sus amigos. Éramos humildemente amigos. Adiós, hasta siempre, Lorenzo.

Martes, 24. Mentir

El hombre es mentiroso. Lo dice la Biblia y la Biblia no miente.

-¿Estás seguro?

Nadie está seguro de nada. Tampoco la Biblia. Pero el hombre miente.

-Que lance la primera piedra el hombre que jamás haya mentido.

Ni un pedrusco pequeñuelo. Yo, mea culpa, he mentido muchas veces, sobre todo a mis padres. A los padres se les miente mucho cuando se es pequeñajo o adolescente.

-Papá, que sí. Que apruebo seguro. Estoy estudiando mucho.

Suspende, claro.

Por culpa del virus coronado, no salgo a la calle. Vivo entre paredes y habitaciones.

-¿Mal, bien, aburrido?

-Entretenido. Hago bicicleta estática, leo, veo cine en la televisión y veo a los políticos. Casi todos mienten. Que tire la primera piedra el político que no miente. Nostalgia del deporte.

Miércoles, 25. FIFA

Estoy con el presidente de la FIFA, señor Infantino. Sobran torneos de fútbol. “Futbol hasta en la sopa” (La Codorniz). Hay, en efecto, demasiado fútbol. Y por lo tanto, demasiados lesionados (el coronavirus de los jugadores). Un millonario muy millonario de los Estados Unidos, hace años, dijo:

-Es verdad. Me sobra el dinero por todas partes. Y eso me aburre. Los excesos, créanme, empalagan.

Especulo que a lo mejor el virus de los “cojones” cierra, clausura, la alta edad media del fútbol/oro y abre la baja edad media del fútbol/sensato (contratos menos suculentos para los jugadores ) y menos competiciones.

Jueves, 26. Políticos

¿Qué habrá después del virus de los “cojones”? ¿Cambiará la humanidad? ¿Seremos mejores? Como todos los días, el menú del día es virus a todas horas, abusivamente en la televisión. A causa del virus, me levanto tarde, desayuno tarde, como tarde y rara es la tarde que no veo en la televisión a Fernando Simón. Personaje ya popular.

-Cuando aquel señor (Franco, vaya), el personaje más famoso de la televisión era “El hombre del tiempo”, Mariano Medina. Desde el virus y con el virus, Fernando Simón es el Mariano Medina de la televisión en cuanto a famoso y “caer bien”.

Fernando Simón, aspecto desgalichado, pelo cuidadosamente revuelto y voz gangosa no habla del tiempo ni de fútbol, sólo del virus global y de sus goles (víctimas). Pero lo hace con talante benigno, recatado, manso.

Viernes, 27. Cosas

La diferencia entre nosotros, animales racionales, y los animales irracionales es que éstos no se aburren.

El coronavirus, por lo que leo, es un bicho con curioso gusto. No le gusta el fútbol, ni el boxeo, ni la natación, ni nada relacionado con el ocio racional. Le gustan, en cambio, los países mediterráneos (Italia y España, especialmente) y la vetusta y valetudinaria carne (de los viejos).

-Es un virus muy puñetero biológicamente -leo también.

Infiero de todo ello las siguientes cosas: seguirá dando más guerra que los mosquitos del Amazonas. Nadie sabe a ciencia cierta lo que durará su guerra con la civilización, nadie sabe -todavía- cómo hay que combatirlo a ciencia cierta y nadie, ni Fernando Simón, tan majo, puede endulzarnos el futuro que nos aguarda.

Qué hambre de fútbol tengo, palabra.