Euroliga

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El prodigioso triple de Djordjevic al Joventut cumple 28 años

Sirvió para que el “Partizán de Fuenlabrada” se proclamara el 16 de abril de 1992 campeón de Europa

Sasha Djordjevic es en la actualidad entrenador de la Virtus de Bolonia
Sasha Djordjevic es en la actualidad entrenador de la Virtus de Bolonialarazon

Una de las imágenes icónicas del baloncesto europeo, el triple de Sasha Djordevic al Joventut de Badalona en la final de la Liga Europa de 1992, cumple hoy 28 años. Lo que sucedió el 16 de abril de 1992, Jueves Santo, en Estambul entre el Partizán de Belgrado y la Penya arrancó casi un año antes en la concentración de la selección yugoslava que estaba preparando el Eurobasket de Roma'91.

En aquella concentración se encontraba Zeljko Obradovic. El actual técnico del Fenerbahçe había sido campeón del mundo en Argentina’90 con Yugoslavia. Sin Drazen Petrovic, que había renunciado al Eurobasket, estaba llamado a ser el base titular de los balcánicos por delante de Sretenovic y Sasha Djorjdevic. Los plavi eran favoritos indiscutibles. Defendían el título logrado dos años antes en Zagreb y lo ratificaron con una superioridad insultante, pero... su base titular, Obradovic, abandonó la concentración porque recibió una llamada desde Belgrado. Su amado Partizán, con el que había ganado la Liga, la Copa y la Korac, necesitaba un entrenador. Habló con el seleccionador Dusan Ivkovic y cambió el oro plavi con los Kukoc, Radja, Divac, Perasovic... por el banquillo de su equipo de toda la vida. Con la ayuda en ese primer año de uno de los miembros de la santísima trinidad de los banquillos yugoslavos, el profesor Aça Nikolic, Obradovic arrancó su legendaria carrera.

Yugoslavia, en la primavera del 91, ya estaba empezando a desintegrarse. El Partizán iba a participar en la Liga Europa 1991/92 -la futura Euroliga-, pero sus partidos como local debía disputarlos en otro país por la dramática situación de los Balcanes. Un pívot que había jugado en Granada y en el Partizán, Milenko Savovic, comentó a los responsables del club lo de jugar en Fuenlabrada. Pabellón nuevo, el Fernando Martín, ciudad al lado de Madrid bien comunicada y una afición que podía volcarse con el equipo. Fuenlabrada se convirtió en la nueva casa de los yugoslavos. No es extraño más de un cuarto de siglo después ver en los partidos en la Sala Pionir alguna bufanda del Fuenlabrada.

Aquel Partizán era un equipo único. Su media de edad no alcanzaba los 22 años (21,7) y 20 de los 21 partidos que jugó para ser campeón de Europa los disputó lejos de su ciudad. El único que jugó en casa fue uno de los encuentros del cruce de cuartos ante el multimillonario Knorr de Bolonia. Por supuesto, ganaron. En tiempos convulsos en Yugoslavia, el equipo no era etnicamente puro. Lo mismo que sucedió con su antecesor en Europa, la Jugoplastica tres veces campeona. El Partizán lo formaban once serbios y un croata (Ivo Nakic). Se presentaron en la Final Four de Estambul casi como invitados. Enfrente estaba la Philips de Milán y dos equipos españoles, Montigalá Joventut y Estudiantes Caja Postal. Por esas cosas de la antigua FIBA, los dos equipos españoles se tuvieron que medir en semifinales. El Joventut arrasó (91-69) a los colegiales. El Partizán, como ya había hecho dos veces en la primera fase, superó (82-75) a los italianos.

El Joventut era un equipo armado para ganar la Copa de Europa (los Jofresa, Villacampa, Pressley, Thompson, Morales... Lolo Sainz en el banquillo) frente a un grupo de novatos que no lo eran tanto. Djordjevic y Danilovic (48 puntos entre ambos en la final) habían sido campeones de Europa con Yugoslavia el verano anterior. El resto (Nakic, Loncar, Koprivica, Stevanovic...) era un bloque con los roles perfectamente asumidos. Los yugoslavos mandaron durante casi todo el partido, aunque en el último minuto una acción kamikaze de Tomás Jofresa situó por delante al Joventut (70-68) con sólo ocho segundos por delante. Morales, después de la canasta de su compañero, regaló el balón a Koprivica. Cero picardía cuando pudo restar algún segundo. El pívot entregó la pelota a Djordjevic. El base esprintó por el lado derecho de la pista perseguido por el pequeño de los Jofresa. Poco antes de la línea de tres frenó bruscamente. Estaba al lado del banquillo del Joventut. Se levantó, Tomás Jofresa tropezó, Sasha se giró en el aire y clavó el triple definitivo (70-71). El desesperado intento de tres de Pressley desde el centro de la pista se estrelló contra el tablero. Sasha dejó una canasta para la historia. El Joventut tuvo que esperar dos años para ganar la Copa de Europa. Zeljko Obradovic, el base que renunció al oro plavi por el banquillo del Partizán en 1991, ya entrenaba en Badalona.