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El Leganés muere a un paso de salvarse

El Madrid se adelantó dos veces y dos veces empató el conjunto del sur de Madrid. Necesitó un tanto más. Lo intentó y se quedó a un plamo

CD Leganés vs. Real Madrid
Los jugadores del Leganés a la finalización del encuentro que han disputado esta noche frente al Real Madrid en el estadio Butarque, y que ha significado el descenso a segunda división del equipo pepinero. EFE/MariscalMariscalEFE

El último tiro de Siovas, después de llegar al área, de encontrar el pasillo, de estar tan cerca de atrapar la vida, se marchó alto, lejos de la portería y por allí vio el Leganés difuminarse la esperanza. No había más, no daba tiempo. Descendía a Segunda sin remedio, con más dolor de lo esperado porque había estado más cerca de lo esperado. No hacía nada el Celta contra el Espanyol e igualaba el equipo madrileño una vez y luego otra al Real Madrid. De repente, el cielo estaba al alcance de la mano. Pidió un penalti, se volcó con la desesperación de los perdidos y el tiro de Siovas fue con el alma de toda la afición, con el miedo de todos los hinchas del Celta. Ellos ganaron. El Leganés jugará en Segunda la próxima temporada.

Al equipo de Aguirre le iba la vida, al Madrid pasar de la mejor manera la resaca. La distancia entre la motivación de ambos equipos era como vivir en dos mundos distintos. Sin embargo este campeón de LaLiga ha ido a un ritmo que ya no puede dejar atrás: ni siquiera el partido en Butarque se lo tomó en broma o como si no importase. Aunque no importaba. O al menos, al principio, cuando el marcador se le puso a favor. Después, con los cambios, con el calor, con las dificultades, se dejó llevar. Ya había hecho el esfuerzo que debía hacer: su batalla ahora, después de haber ganado la primera guerra, es el Manchester City.

Primero marcó Ramos. Remató solo en el área. En el Madrid faltaban Modric, Kroos y Courtois, pero sí estaban Sergio Ramos, Casemiro y Benzema, los tres fundamentales. Es decir, el asunto iba en serio.

Pero en la banda derecha estaba Lucas Vázquez, que es un remedio de urgencia, pero que se ha visto que no puede ser el lateral defensivo del conjunto blanco. No tiene experiencia, no sabe y le cuesta. Lo vio rápido el Leganés que atacó por esa zona. Sabía que era la débil y la aprovechó. Había que morir en el intento, tenían que agarrarse a la última esperanza. Y más cuando empató Bryan Gil.

Asensio marcaba el segundo, tras un error y un gran pase de Isco. Podía ser la puntilla. Ni hablar. Assalé empató de nuevo. El Leganés veía la orilla. Por eso dolió más el naufragio.