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Atlético de Madrid

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Osasuna-Atlético de Madrid (1-3): Joao Félix, principio y final

El portugués consiguió los dos primeros goles de su equipo. Marcó un penalti y falló otro. Budimir redujo distancias y Torreira logró su primer gol como rojiblanco

Los jugadores del Atlético celebran el gol de Joao Félix Jesus DigesEFE

El Atlético se resume en Joao Félix. Principio y final cuando el rival no es especialmente insistente en ataque y no tiene que aparecer Oblak. Para lo bueno y para lo malo, el portugués es el que define al equipo de Simeone. Su intermitencia es la irregularidad del Atlético. Sus goles son la vida para el Cholo.

Parecía incluso que había encontrado un lanzador de penaltis, un aspecto que los jugadores rojiblancos no terminan de dominar. Marcó el primero y llevó al Atlético a la luz en un partido oscuro. Aunque el camino lo había abierto Vitolo, que había provocado la falta de Roncaglia dentro del área. El defensa de Osasuna le puso la mano en la espalda y el canario hizo el resto.

Joao Félix marcó el primero y falló el segundo lanzamiento desde los once metros. La jugada había sido aún más discutible. Estrada Fernández lo señaló después de que la pelota que intentaba llevarse Correa golpeara en el brazo de Oier. Osasuna se estrelló contra el VAR y el disparo de Joao Félix, contra el poste.

El «7» rojiblanco no se asusta y tampoco elude su responsabilidad. Arregló su error minutos después. Cerró con un disparo sensacional y su segundo gol una jugada que se había iniciado en los pies de Oblak. En pocos toques el pelotazo del portero se convirtió en el 0-2. Sólo necesitó un cabezazo de Llorente para bajarlo, el control y el manejo de Correa antes de pasar a Joao Félix para rematar. Elogio de la sencillez.

Sin delantero centro, con Diego Costa lesionado y Luis Suárez reservado para la Champions, Simeone encontró una buena sociedad en la pareja Correa-Joao Félix. El argentino no marcó, pero fue un peligro para Osasuna.

En ese comienzo del segundo tiempo parecía más débil la resistencia del equipo navarro, que había comenzado el partido con un remate de cabeza de Enric Gallego para meter miedo. La banda derecha del Atlético que intentaba proteger Trippier era su puerta de entrada hacia el área. Sufre mucho el Atlético por ese costado. Simeone intentaba aprovechar la velocidad y la potencia de Llorente por ese lado para explotar la presunta debilidad de Iñigo Pérez, un centrocampista de toque reconvertido a lateral. Pero sucedía al revés, Iñigo y Jony se juntaban en esa banda para torturar a Trippier y hacer daño al Atlético.

El Atlético sometió a Osusana en el medio partido bueno –esta vez cayó en el segundo tiempo– y los navarros sólo se animaron con el gol de Budimir. Quedaban diez minutos y la orientación del juego se dio la vuelta, aunque el Atlético nunca perdió el sitio. Koke lo guardaba con criterio.

Simeone prefirió contener y con el 1-2 sustituyó a Joao Félix por Torreira. El cambio dio al Cholo la tranquilidad por el lado en el que no la buscaba. Torreira salió para proteger y acabó rematando el tercero con un tremendo disparo.

El Atlético sigue invicto en el campeonato y sumando jugadores a la causa. Regresó Giménez al centro de la defensa para formar pareja con Savic. El uruguayo a superado el Covid-19 y otras dolencias y ya está preparado para volver a mandar desde el fondo.

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