Zidane, Suárez, Messi... las certezas de la Liga

Nuestros pequeños sueñan con Melchor, Gaspar y Baltasar y nuestros mayores lo hacen con Pfizer, Moderna o AstraZeneca, aunque sean nombres que les suenen a chino. Se trata de buscar certezas, creer en algo que no puede fallar mientras la España vaciada coincide con la España congelada y el dominguero sigue atestando Navacerrada como si fuera al Ikea.

La certeza futbolera tiene nombres y apellidos. Zinedine Zidane es desde hace cinco años el obelisco en torno al cual gira un club tan especial como el Madrid. Ganó, ganó y volvió a ganar. Se fue y como era la única certeza a la que agarrarse, volvió. Y ganó otra vez asomándose al abismo varias veces y escapándose como un David Copperfield calvo y sonriente. Transmite una calma difícil de encontrar y logra que un tipo como Lucas Vázquez sea un sherpa experto en ochomiles cuando para otros muchos entrenadores no llegaría ni a boy scout. Que si la flor, que si un alineador, que si un gestor de egos... Zidane es una certeza.

Como lo que ha encontrado el Atlético con Luis Suárez. Su entrenador estaba convencido de que la unión iba a funcionar y vaya si lo está haciendo. En las no Cabalgatas de este año, Luis Suárez sólo podría ser un rey: Herodes. Su colmillo ha convertido al Atlético en favorito 500 partidos después del comienzo de la «era Simeone». El uruguayo es una certeza que está alimentando otra más ilusionante para los rojiblancos, la de Joao Félix. La última es la de Messi y el Barça. El argentino forma parte de una rave interminable en la que no tenía ninguna gana de estar.