Rally

Carlos Sainz y la pesadilla del “road book” en el Dakar

El libro de ruta digital que contiene la información de cada etapa del Dakar y que se entrega minutos antes de comenzar la carrera no ha gustado a pilotos como el madrileño

El mini de Carlos Sainz y Lucas Cruz en Arabia Saudí
El mini de Carlos Sainz y Lucas Cruz en Arabia SaudíFrederic Le Floch HANDOUT via ASEFE

La edición 2021 del Dakar está siendo la más polémica de los últimos años debido a los cambios que la organización ha introducido en los «road book», en el libro que contiene la información sobre el recorrido a seguir, los cruces, los caminos, las distancias parciales y demás pistas de cada etapa. El pasado año la organización sorprendió a los equipos dando esta información en algunas jornadas apenas 15 minutos antes de darse la salida y este año lo hacen todos los días y de forma digital. Ya no existe el papel, todo se hace a través de una «tablet» que la organización actualiza minutos antes de que los pilotos principales tomen la salida. Está vinculada al GPS y así la organización busca reducir la capacidad de hacer «trampas» de muchos equipos.

Las «trampas» o los atajos siempre han existido en esta mítica carrera. Con el nuevo plan, los copilotos no pueden preparar, por las tardes, el recorrido del día siguiente. Estudiaban bien el trayecto, pintaban de colores las zonas más complicadas y aseguraban los caminos a tomar en cada momento. Ahora eso ha cambiado. Y ahí radica la queja de pilotos tan destacados como Carlos Sainz o Sebastien Loeb. En ocasiones, en determinados cruces y zonas, la organización no ofrece la información exacta e indica que los equipos sigan el rumbo. Eso, unido a los fallos que puede haber en la información facilitada, ha provocado imágenes de coches perdidos, dando vueltas y sin saber muy bien qué camino tomar.

Al margen de mantener en secreto la ruta para evitar suspicacias, el objetivo de la organización es bajar la velocidad, ya que las indicaciones aparecen en consonancia con el GPS y eso provoca retrasos. Hasta que el copiloto no está seguro, los pilotos no siguen «tirando a fondo». Por este motivo, Sainz señaló recientemente que el Dakar no podía ser un raid de copilotos y que se había convertido en una gymkana.

Antes, incluso, había empresas que, una vez se publicaba el recorrido, eran capaces de ofrecer más información a los equipos sobre posibles trampas en el camino, cruces, estado del terreno... La organización quiso luchar contra esto y empezó a elevar el secreto de las etapas y los puntos de paso obligado. El pasado año instaló cámaras en el interior de los coches que podían ver si los copilotos tenían informaciones adicionales. De hecho, algunos fueron sancionados por este motivo. El espíritu del Dakar no sólo es la velocidad en el desierto, sino también la navegación y elegir siempre la ruta adecuada. En las primeras ediciones, muchos participantes acusaron a los pilotos de los helicópteros de la televisión francesa de indicar el camino adecuado a sus compatriotas. «Estoy un poco desmoralizado y un poco disgustado por el rally, parece más una gymkana que un raid. Llevo catorce Dakar y nunca en mi vida me había perdido dos días durante media hora. Estaba todo el mundo perdido, buscando puntos de referencia... Esto no es el verdadero Dakar», lamentó Carlos Sainz. Algo que tuvo respuesta por parte del director del Dakar, David Castera, que justificó el ataque del madrileño y de Loeb por los errores cometidos en la etapa y que le retrasaron frente a sus rivales.

«A mí personalmente no me gusta porque prima más el copilotaje, el ir despacio para entender un cruce... Es otro tipo de concepto. ’'Chapeau’' para los que van en cabeza y está claro que lo han entendido mejor que nosotros», reconoció Sainz. «Pero sobre gustos no hay nada escrito y yo sólo expreso mi opinión. Y no lo digo porque me vaya mal, es por la sensación de ir a dos por hora para encontrar un camino que casi no se ve. Antes esos sitios estaban especialmente señalados con atención para no perderte y ahora es otra filosofía que debes entender y aceptar», comentó con un punto de resignación el piloto madrileño.