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Brooks Koepka remonta para llevarse la victoria en Scottsdale

El cuatro veces campeón de un major no había ganado un título del PGA Tour desde el WGC-FedEx St. Jude Invitational de 2019 y sufrió un 2020 plagado de lesiones

Brooks Koepka, con el título de ganador
Brooks Koepka, con el título de ganadorPGA Tour

Durante los últimos 18 meses, la pregunta se ha formulado en los estudios de televisión, en la prensa. Incluso el propio Brooks Koepka se lo ha preguntado.

“Hubo un periodo de unos dos meses en el que me pregunté si volvería a ser el mismo”, dijo después de hacer una ronda final de 65 golpes para ganar el Phoenix Open por un golpe sobre Xander Schauffele (71) y Kyoung-Hoon Lee (68). “Si siquiera iba a ser ni remotamente el mismo golfista que era”.

Las remontadas fueron la historia de la semana, con Schauffele persiguiendo su primera victoria en más de dos años y Jordan Spieth (72) cuarto, intentando ganar por primera vez en tres años y medio.

Koepka, sin embargo, convirtió su regreso en el trofeo “Chrystal Thunderbird”. Su final le permitió ganar su octavo título del PGA Tour y pasar del puesto 73 al 12 en la FedExCup. Después de luchar contra una lesión en la rodilla izquierda durante gran parte del último año y medio, por fin está al cien por cien, y se notó.

Sacudiéndose un bogey en el segundo hoyo, hizo dos eagles, cerrando con 5 bajo los últimos seis hoyos por segundo día consecutivo, superó un déficit de cinco golpes y ganó por primera vez desde el WGC-FedEx St. Jude Invitational.

“Siento como si hubiera sido una eternidad”, dijo después de recoger su segundo título del Phoenix Open (2015) rompiendo una racha de tres cortes consecutivos fallados antes de esta semana.

Steve Stricker (67) que a sus 53 años aspiraba a convertirse en el ganador más veterano del Tour, finalmente acabo en cuarta posición, jugó con Koepka siendo algo más que un observador interesado. Será el capitán del equipo estadounidense de la Ryder Cup en Whistling Straits a finales de este año, donde Koepka debería ser un pilar en este equipo.

“Me sorprendo a mí mismo alentando a los chicos, como Brooks, luego tengo que retractarme y decir: “Espera un segundo, yo también estoy tratando de ganar esto”, dijo Stricker sonriendo. Quiero verle jugar bien porque creo que puede ser una gran ayuda para el equipo en septiembre”.

Jon Rahm terminó décimo tercero en un torneo donde no se encontró todo lo cómodo que hubiera querido en los greenes. Aún así, el de Barrika, sin estar aún al cien por cien, de su juego, lo peor en esta primera parte de la temporada ha sido este puesto entre los quince primeros.