Champions League
El Atlético, impotente y vulnerable
Fue devorado por el Chelsea en la eliminatoria y nunca tuvo opciones de remontada. Ziyech y Emerson cerraron la victoria de los ingleses
El Chelsea liquidó al Atlético al contraataque, pero podía haberlo hecho de cualquier otra manera. El equipo inglés ha devorado al Atlético en dos partidos. Sin consuelo. Sin remedio para los rojiblancos, que nunca tuvieron las armas para superar a su rival. En Stamford Bridge demostraron la intención de dar la vuelta al partido, no lo entregaron desde el comienzo, como sucedió en la ida, donde Simeone llegó a situar a seis defensas por delante de Oblak. Pero con eso no bastaba. Los acercamientos al área de los primeros minutos pronto se demostró que eran poco más que un espejismo.
El Chelsea llegaba antes a todo y con más gente y el Atlético se fue acercando a su área sin más opción. Y a pesar de eso fue en un contraataque cuando marcó Ziyech. Werner, que entraba por la izquierda, vio la llegada del marroquí por el otro lado, que sólo tuvo que empujarla para superar a Oblak. Tampoco la intervención del esloveno fue la mejor. Tenía el equipo inglés a jugadores rápidos arriba, capaces de cambiar de posición y de llegar al gol desde distintos lugares.
El Atlético era un equipo impreciso, que perdía demasiados balones y hasta la personalidad. Ni Carrasco era Carrasco ni Luis Suárez era Luis Suárez ni el Atlético era el Atlético. El belga y el uruguayo fueron dos de los primeros cambios de Simeone. En la primera parte habían reclamado un penalti cada uno, pero ni siquiera el VAR se tomó tiempo para reflexionar.
Intentó Simeone cambiar el partido modificando el sistema. De inicio había pasado de los seis defensas de la ida a jugar con cuatro. Lodi, que ha perdido mucho protagonismo esta temporada, de repente era titular en uno de los partidos más importantes del curso. Joao Félix, discutido durante todo el año, aguantó hasta el final y la delantera del Atlético para jugarse la clasificación para los cuartos de final era Correa y Dembélé. El francés apenas ha tenido oportunidades desde que llegó, pero en Getafe demostró que tiene sitio en el área y Simeone le dio una oportunidad al ver que nada funcionaba.
Se trataba de inventar más que de seguir una lógica que no le había llevado a ningún sitio. De buscar una aparición como la de Llorente hace un año en Liverpool. Con el equipo destrozado y el rival desatado en Anfield, Simeone encontró un goleador donde antes sólo veía un mediocentro suplente.
Pero no hubo revelaciones en Stamford Bridge. El Atlético de la Liga de Campeones no se parece en nada al de la Liga. Ni marcan sus goleadores –Llorente y Suárez– ni se muestra dominante como en muchos tramos del campeonato español. La superioridad física que siempre ha mostrado en España no funciona en Europa, donde la competencia en ese aspecto es máxima.
El ejemplo es Ngolo Kanté. El mediocentro del Chelsea lo robaba todo en el centro del campo yt le quedaban fuerzas para entregar la pelota con criterio. Su dominio del centro del campo permitía que Kovacic se liberara para llegar más al área. El Chelsea eta una amenaza constante, aunque no acabó de cerrar el partido.
El remate para los rojiblancos fue la expulsión de Savic por un codazo a Rudiger en una pelota parada. El central del Chelsea se encaró poco después con Hermoso. Fue la mejor aparición del central, que se complicó la vida en exceso con sus pases y regaló varios balones peligrosos al Chelsea.
El Atlético vivía agarrado a Joao Félix, el único que disparaba a portería. Pero sin acierto. Todo estaba en contra de los rojiblancos, que vivían a merced de una carrera que acabara con las pocas esperanzas que tuvieron durante el partido. En los momentos en los que sólo podía imaginarse la caída definitiva del Atlético, apareció Joao Félix con la mejor oportunidad para el Atlético, que despejó Mendy con acierto.
Los tres centrales del Chelsea eran insuperables para los delanteros rojiblancos. Azpilicueta, Zouma y Rudiger acabaron desquiciando a Luis Suárez antes de que Simeone lo mandara al banquillo. El dominio era físico y moral de los ingleses.
Tuchel, el entrenador del Chelsea, buscó el golpe definitivo con la entrada de Hudson Odoi y Pulisic. Dos futbolistas rápidos y con criterio para cerrar el partido en el contraataque. Pero les faltó precisión. La que les faltó a ellos la tuvo Emerson, el lateral izquierdo que acababa de entrar para sustituir a Marcos Alonso en los minutos de prolongación.
El Atlético se marcha de Europa con sensación de impotencia. Incapaz de dominar al Chelsea y de hacerle daño al contraataque. Con muchas preguntas y sin respuestas. Y con más dudas de las que ha tenido en mucho tiempo. Y una sensación de vulnerabilidad que no se imaginaba en el equipo de Simeone. Europa ya no pertenece a España.
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