Fútbol

La España de Luis Enrique juega con el cardiólogo

Hay que tener una paciencia con este equipo muy difícil de exigir en los tiempos que corren

Luis Enrique anima a sus jugadores en el partido disputado en Tiflis
Luis Enrique anima a sus jugadores en el partido disputado en TiflisZURAB KURTSIKIDZEAgencia EFE

Estaba ya al caer la ensalada de palos a Luis Enrique cuando Dani Olmo, con la colaboración del portero de Georgia, consiguió la victoria que aplaza los fantasmas que merodeaban a la selección española en este arranque de la fase de clasificación para el Mundial de Qatar. El empate frente a Grecia en el primer partido dejó unas dudas que aumentaron en el primer tiempo del segundo encuentro en Tiflis. No es que sólo continuara la ausencia de ocasiones de gol, es que la falta de recuperación tras pérdida provocó que las mejores ocasiones fueran del rival hasta el punto de irse al descanso por delante en el marcador. Sí, en el parón mandaba Georgia por 1-0.

Un par de marchas más en la intensidad y recuperar lo único que se hizo bien frente a Grecia sirvieron para empatar. Un equipo más vertical y con velocidad en la circulación del balón, era lo que se necesitaba para ganar.

Demasiados apuros para las alturas tan tempranas de clasificación para la Copa del Mundo en las que nos encontramos y preocupantes teniendo en cuenta que la Eurocopa esta a la vuelta de la esquina.

Salvo Sergio Ramos no se puede adivinar ningún otro jugador titular, ya que las convocatorias no dejan de traer nuevos rostros de jugadores jóvenes desconocidos para la mayoría del gran público. La mayoría son chavales con una gran progresión, pero aún con todo por hacer. Hay que tener una paciencia con este equipo muy difícil de exigir en los tiempos que corren. Parece al menos que el dilema de la portería con Unai Simón esta resuelto. Por fin.