Real Madrid

Una celebración y 500 metros

Gane el Madrid o el Atlético quien siempre gana es la ciudad

Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, y el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño
Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, y el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio ButragueñoEmilio NaranjoEFE

Luka Modric corrió hacia el banderín de córner y esta vez decidió sacar en largo. El balón partió en perfecta parábola hacia el área y allí se encontró, en vuelo suspendido, con Sergio Ramos. Fue apenas una décima de segundo, pero el tiempo ya se había detenido, como en las puertas de un agujero negro. O blanco en este caso. El reloj en Lisboa, en el Estadio da Luz, marcaba el minuto 93 cuando la pelota cruzó la meta, sí de Courtois, buscando la cepa del palo derecho. Ni los dos metros de aquel Courtois entonces colchonero pudieron alcanzarla. En la otra portería, Iker Casillas lloraba. «Eres el puto amo de la Décima», le dijo a Sergio el héroe de la Novena. Y yo, sinceramente, no soy capaz de escribirlo mejor.

Era mayo de 2014 y el Atlético se acababa de proclamar campeón de Liga empatando en el Camp Nou y rompiendo así el régimen bipartidista de Real Madrid y Barcelona. Con el Cholo Simeone en el banquillo, el Atlético soñaba con repetir aquel doblete conquistado con el argentino sobre el césped y Radomir Antic a los mandos. Habían pasado ya 17 años. Los niños del Atleti no les habían visto jugar, pero eran capaces de recitar de memoria aquella alineación mítica, con Molina, con Pantic, con Kiko, con Penev, con Caminero y con Esnáider. Ahora querían también la Champions.

No pudo ser. Esa noche, la primera en enfrentar a dos equipos de la misma ciudad en una final de Liga de Campeones, el Real Madrid se llevó la copa de Lisboa y el Atlético tendría que demorar la celebración del doblete. Llegaría. En agosto, los colchoneros se tomarían la revancha y derrotaron a los blancos para levantar la Supercopa de España. Desde 2013 el mundo ha visto seis finales entre estos dos fraternos rivales. Unas veces ha ganado el Atleti y otras lo ha hecho el Real. Pero siempre ha ganado Madrid.

Los dos clubes han honrado a nuestra ciudad convirtiéndola en la capital planetaria del fútbol. El fútbol, ese deporte que juegan once contra once y que tantas veces se celebra en los 500 metros que van de Cibeles a Neptuno. Esta tarde-noche volverá a ser así, pero con toda la cautela del mundo por delante. Con prudencia, con muchísima prudencia, y mascarilla, por favor, eso sí.