Paratriatlón

Susana Rodríguez, de la “morriña del hospital” al Mundial de Abu Dhabi

La doctora, Embajadora de Iberdrola y campeona paralímpica de triatlón ultima en Vigo la preparación para su siguiente desafío

Susana Rodríguez haciendo lo que más le gusta: correr
Susana Rodríguez haciendo lo que más le gusta: correrIberdrola

La doctora Rodríguez confiesa que tiene «morriña del hospital». Algo más de un año después de decidir que era el momento de dedicarse «full-time», como dice ella, al entrenamiento, Susana Rodríguez culminó su gran sueño: ganar una medalla en los Juegos Paralímpicos. El oro en Tokio la convirtió en campeona paralímpica de triatlón a lo que añade títulos mundiales y europeos. Lo ha ganado todo. Y ahora ¿qué? «Decidí que los de Tokio eran mis Juegos y desde el 26 de septiembre de 2020 me dediqué sólo a entrenar, aunque en el futuro quiero compaginar las dos cosas: el deporte y la medicina. No sé cuándo empezaré a hacerlo, pero sí tengo claro que quiero volver a ese mundo», comenta Susana desde Vigo, donde vive y tiene su base de entrenamiento.

La revista «Time» la convirtió antes de los Juegos en un referente universal. Fue la imagen de la portada, algo de lo que se enteró el mismo día de su publicación a través de las redes sociales. Buscaban a deportistas paralímpicos que hubieran trabajado como sanitarios durante la pandemia y ahí estaba ella. En la primera ola del coronavirus, desde marzo hasta junio de 2020, trabajó en un programa de asistencia telefónica en el hospital de Santiago.

Para la campeona paralímpica fue menos complicado preparar los Juegos que el MIR y eso que «fueron especialmente difíciles por la necesidad de adaptación continúa, casi en el día a día y fue un no parar de incertidumbre. Pero en triatlón compito con deportistas que están en una circunstancia similar a la mía en cuanto a discapacidad y en el mundo de la medicina no. Eso hace que el MIR fuera más difícil». Para superar las dificultades, Susana tiene una fórmula: «Todos tenemos nuestros problemas más pequeños o de mayor magnitud. Yo lo que pienso es que en cada momento hay que hacer lo que puedas de lo que tengas entre manos. Si un día no sale, te vas a dormir y al día siguiente es una oportunidad para que las cosas, aunque poco a poco, cambien a mejor».

En ese cambio a mejor, en esos desafíos se encuentra el Mundial de Abu Dhabi del 5 de noviembre. «Está ahí ya. Voy al Mundial con la misma ilusión que fui a los Juegos. Ahora tengo que pensar en objetivos a corto plazo. En los Juegos de Río quedé quinta y nada más terminar ya estaba pensando en Tokio y han sido cinco años centrada en ello. Me ha salido bien, pero ahora es momento de disfrutar y de poner objetivos más concretos y el próximo está en Abu Dhabi». Para llegar al Mundial, Susana ha seguido una preparación diferente: «Para los Juegos, además de los entrenamientos de todos los días en las tres disciplinas, durante las ocho últimas semanas trabajé en una cámara de calor simulando unas condiciones lo más extremas posibles para que fueran como las de Tokio y me salió bien. Para Abu Dhabi, el tiempo, las vacaciones en septiembre... no me va a ser posible hacer aclimatación. Iremos con lo puesto, pero yo creo que vamos todos en circunstancias parecidas».

A largo plazo está París 2024: «Los Juegos son lo que más apetece, me gustaría volver a disfrutar del camino y de la experiencia, pero no debo obsesionarme. Ya ha estado cinco años pensando en el 28 de agosto, al final de 2021, y ahora se trata de ir mejorando porque tengo margen de progreso. También quiero seguir metiéndome en el atletismo, en el mediofondo, porque correr es lo que más me gusta. Se trata de encontrar cosas que te hagan crecer».

Desde hace un año también ejerce como Deportista Embajadora de Iberdrola: «Llevo muchos más años vinculada con ellos. Iberdrola está desde 2005 apoyando el plan ADOP. Como deportista paralímpica todas las temporadas que he tenido relación con el plan ADOP he estado vinculada a la compañía. Y en los últimos años, en cuarto, quinto, sexto de Medicina y el año que estuve preparando el MIR tienen un programa de becas de apoyo al estudio y tuve la beca. Fue algo muy motivante. Que una empresa premie el buen trabajo y la constancia es muy importante. Y a eso también nos ayuda la presencia en los medios». Esa exposición ha provocado que el oro de Tokio siga guardado en la caja en la que se trajo la medalla: «Está en la caja de madera que nos dieron. Otras medallas las tenemos en unos marcos que hizo mi madre de unos cuadros que había en casa de mis abuelos. Los restauramos y ahí están. La de los Juegos sigue en su lugar especial, la he tenido que pasear bastante y todavía no han acabado los paseos».