Derbi
Real Madrid- Atlético (2-0): El bloque, bajo; LaLiga, a lo alto
Marcaron Benzema y Asensio, ambos asistidos por Vinicius. Los de Ancelotti, letales a la contra y cómodos con el balón. Sacan 13 puntos a los rojiblancos y ocho al segundo, el Sevilla
Habla Ancelotti del bloque bajo (es decir, de defender atrás, esperando al rival) con un desprejuicio y con una naturalidad con la que no estábamos acostumbrados en España, donde se tiende a esconder el pragmatismo por una venta de una ilusión a la que no importa que la realidad vaya desmontándola una y otra vez. Hay que apretar arriba, jugar en campo contrario porque es lo que hasta hace poco mandaba el canon del fútbol moderno. Como si no hubiera matices y el pequeño problema ese, pero qué importa, de la realidad. El Madrid juega con el bloque bajo porque se ajusta como un guante a los futbolistas que tiene y porque así, se planta en el mes de diciembre con un trecho de distancia de sus rivales y después de haber vencido a todos. El Atlético fue el último en caer, pero lo hizo como suceden las cosas inexorables.
Fue otra muestra de eficiencia y seriedad, de equipo que ha encontrado su forma y se mueve con los mecanismos tan aprendidos que todo le sale sin pensar, fluido, que es como tienen que salir las cosar. Modric robó balones con una sencillez que parecía que era lo que ha estado haciendo toda la vida: no es que de él naciese el primer tanto, es que el Bernabéu acabó coreando su nombre cuando en la segunda mitad le quitó una pelota a Joao Feliz con tanta sencillez que parecía un padre jugando con su hijo sin darle ninguna ventaja. Si el Madrid defiende bien, junto y con orden, el resto sale fácil: que el balón llegue a Vinicius y el jugador que además de no saber rematar tampoco sabía combinar acabe dando los dos pases de gol.
El primer tanto nació en un pase de Koke a Cunha, un pase vertical, naturalmente peligroso, aunque ya en campo contrario. No vio Koke a nadie porque no intuyó que Modric le había adivinado ya el gesto con el pie. Ahí empezó la jugada, entre Casemiro, Benzema, Asensio, Vini y otra vez Benzema, que crea y remata y con 45 minutos ya le da para decidir un partido. El segundo tanto lo empezó Militao cuando el Atlético, en la segunda mitad, intentaba algo más. Su pase largo lo peinó Kroos, lo movió bien Jovic a Vini y este se la puso a Asensio, que venía desde la derecha, junto a Carvajal, como si fuesen en moto, desde el bloque bajo.
No llegó`mucho más el Madrid a la portería rival ni falta que le hizo. Había dejado noqueado a un rival que sufrió una impotencia terrible cuando necesitó ir a empatar el partido y que supo que era imposible cuando ya el marcador se le abrió. Después de la victoria en Oporto quería el equipo de Simeone mantener el optimismo en el mismo nivel, pero no tuvo equipo para conseguirlo. Presionó arriba y obligó, sobre todo en la primera mitad, a que Courtois jugase con el pie muchas veces, a veces para ayudar en los apoyos cuando el Madrid quería sacar la pelota jugada o en otras, para pegar un pelotazo y empezar a jugar en campo contrario. Pragmatismo.
El caso es que menos una falta de Griezmann que hizo que Courtois se luciese el Atlético pasó por la primera parte sin hacer daño. Porque el bloque bajo tiene el peligro de que te pueden hacer muchos remates, te puedes echar demasiado atrás y entonces empiezas a depender del azar. El Athletic, el Sevilla y el Inter forzaron remates y rechaces, el Atlético no. El Atlético nada.
Para la segunda parte, Simeone sacó a Joao Felix y a Lemar para que por la banda izquierda buscasen más profundidad. Carrasco había jugado pensando mucho en defender y el equippo necesitaba un paso adelante para empatar y seguir agarrado a LaLiga. Ancelotti no cambió de plan, sólo de delantero y porque Benzema está recuperándose. En estos últimos choques ha ganado a Jovic, un futbolista que le viene fenomenal para salir rápido porque para y controla la pelota como muy pocos. El serbio ha encontrado a un entrenador que confía en él y un modo de jugar en el que tiene protagonismo.
Y es verdad que el Atlético mostró algo más de impulso, más llegada al área y dio más trabajo a Courtois. Pero para superar al portero belga en estos tiempos se necesita mucha precisión. El guardameta sacó su manual de paradas para sofocar cualquier intento de rebeldía por parte del Atlético. Courtois y el bloque bajo sostenían al Madrid sin mucho agobio a la espera de una carrera.
Llegó; y después el Atlético intentó simular que seguía con vida y que LaLiga no tiene un favorito clarísimo.
A principio de diciembre. A ver quién le dice algo a Ancelotti
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