Guerra en Ucrania

De Kenia a Kiev: el maratoniano que recorrió 8.000 kilómetros para defender a su país de los rusos

Mykola Nyzhnyk recibió una llamada de su esposa embarazada desde la capital ucraniana al inicio de la Guerra. Escuchó los estremecedores sonidos de las bombas y las sirenas y no lo dudó.

Mykola Nyzhnyk
Mykola NyzhnykInstagramLa Razon

La invasión rusa de Ucrania ha supuesto un mazazo también para el mundo del deporte. La dramática situación que viven los civiles en Ucranianos deja cada día cientos de relatos de atletas que tuvieron que dejar todo lo que tenían y más y partieron sin nada en el primer transporte que encontraron para dejar su tierra. Otros, como el ex tenista ucraniano Sergiy Stakhovsky (fue 31° del mundo en 2010), Yuriy Vernydub, entrenador del Sheriff Tiraspolo el ex campeón del mundo de boxeo Vasyl Lomachenko se alistaron en el ejército.

A otros les pilló lejos de su país, como a la ex gimnasta olímpica bielorrusa Melitina Staniouta, a quien el conflicto le sorprendió en Barcelona y lanzó un desgarrador llamamiento de ayuda a España o al protagonista de esta historia, el maratoniano Mykola Nyzhnyk.

El maratoniano ucraniano estaba durmiendo en Kenia el 24 de febrero cuando recibió una llamada de su esposa embarazada, Olga y esa llamada lo cambió todo. Olga se encontraba sola en su apartamento, a unos 13 km de Kiev, cuando escuchó dos explosiones que marcaban el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Ante ello, el atleta olímpico no lo pensó dos veces y emprendió un viaje de retorno de 8.000 km.

Nyzhnyk, quien participó en los recientes Juegos Olímpicos Tokio 2020, llegó a una pequeña ciudad de Kenia el 27 de enero para entrenar a 2.400 sobre el nivel de mar para competir en el Maratón de Hannover, Alemania, que se celebrará en abril. Su estancia en Iten había sido tranquila. Se despertaba con el amanecer del Gran Valle del Rift y corría por los caminos de tierra de color rojizo que atravesaban tierras de cultivo. Las siestas de la tarde eran seguidas por un segundo entrenamiento, una rutina con las que sumaba 199 km de carrera a la semana.

Sin embargo, su entrenamiento se vio paralizado al comenzar la invasión de Rusia sobre Ucrania. El atleta de 26 años indicó en el New York Times que estaba demasiado enfadado, devastado y distraído para entrenar. Sus compañeros intentaron animarlo a correr, pero el maratonista ucraniano “estaba destrozado”.

Mykola recibió una llamada de la Guardia Nacional y se le ordenó que regresara a Ucrania. El espacio aéreo del país estaba cerrado, por lo que tardó más de una semana en viajar por un laberinto de logística de viajes y restricciones fronterizas. Salió de Iten el 4 de marzo.

Sargento de la Guardia Nacional de Ucrania

El deportista olímpico, quien es sargento primero de la Guardia Nacional de Ucrania, indicó que “es mi deber y estoy muy motivado para defender a mi país”. El fondista ucraniano se unió voluntariamente al Ejército de Ucrania en 2016, y representa a su club deportivo en las competiciones nacionales de carreras. El club está compuesto por 150 de los mejores atletas del país, 32 de los cuales compitieron en los Juegos Olímpicos de Tokio. En tiempos de paz, Nyzhnyk no presta servicio activo, “pero en condiciones de guerra, debemos defender nuestro país como todos los militares”, dijo.

Para ir de Kenia a Ucrania, Nyzhnyk voló de Nairobi a Budapest, donde le ayudaron a cruzar la frontera. Un amigo lo llevó a un tren rumbo a Kiev para que pudiera recuperar documentos importantes y su coche en su casa de las afueras de la ciudad antes de encontrarse con su esposa.

“Es mi patria, no huiré”

Después de pasar por toda la travesía de Kenia hasta su natal país, el atleta ucraniano se reunió en Kiev con Olga, su esposa que lleva 32 semanas de embarazo. Ella también es una corredora profesional y compitió en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en los 10.000 metros. “Esta es mi patria. No quiero huir”, explica.

Finalmente, Nyzhnyk se presentó en su unidad militar el pasado 8 de marzo, y está dispuesto a resistir a las fuerzas rusas el tiempo que sea necesario. Ya está en el frente y asegura que no teme a nada: “Los ucranianos harán frente a todo. No perderemos la esperanza y lucharemos hasta el final”, puntualizó.

Nyzhnyk espera que la agitación haya cesado para cuando nazca su primera hija, a mediados de abril.

Quiero que se llame Myroslava”, dijo Nyzhnyk sobre su futura hija. “Significa paz”.’