Viaje al pasado

Aquellos Nápoles - Real Madrid de finales de los 80

Los enfrentamientos entre Nápoles y Real Madrid de la Champions de 1987-88 dejaron episodios para el recuerdo.

Maradona y su Nápoles visitaron a un Bernabéu vacío
Aquellos Nápoles - Real Madrid de finales de los 80Europa PressEuropa Press

Se había acabado el verano de 1987 y Nápoles seguía de fiesta. Habían ganado el primer Scudetto de su historia y la ciudad entera idolatraba a un Diego ArmandoMaradona que ya había superado la categoría de personalidad divina y se había convertido prácticamente en una religión por sí mismo.

Por primera vez clasificados para la Copa de Europa, la ilusión de los napolitanos estaba por las nubes y la expectación por su debut en competición europea aumentó todavía más al saber que el Real Madrid, equipo más laureado del continente, sería el rival por la fortuna del sorteo.

El partido del silencio

El primer episodio fue de lo más rocambolesco. Era el 16 de septiembre de 1987 y Diego Maradona y su Nápoles visitaban a un Santiago Bernabéu vacío: el partido se tenía que disputar a puerta cerrada debido al famoso pisotón de Juanito sobre la cabeza de Matthäus. La UEFA había sancionado al club blanco con disputar su próximo partido europeo a puerta cerrada y el segundo a más de 300 kilómetros de Madrid, sin que pudieran retransmitirse por radio ni televisión.

Nápoles-Madrid, Champions 1987
Nápoles-Madrid, Champions 1987Europa PressEuropa Press

La situación era muy extraña y así la definió Emilio Butragueño años más tarde: "Enfrente estaba el Nápoles de Maradona, el mejor jugador del mundo. Iba a jugar en Madrid y la gente no iba a poder ir a verle. Era todo muy raro". "Yo creo que jugar a puerta cerrada por la sanción que pesa sobre el club, en principio será un problema", aseguró Míchel días antes del encuentro.

No le pesó al equipo blanco jugar el encuentro sin el aliento de su público. Del partido, las crónicas de los periodistas destacaron el extraordinario marcaje que Chendo hizo sobre el mejor jugador del mundo del momento. "Maradona fue el único espectador", titulaba la 'Gazzetta dello Sport' el día siguiente del choque. El Madrid había dominado a los campeones de Italia y se había impuesto por 2 goles a 0, pero a la eliminatoria le faltaba la vuelta en el infierno napolitano.

Bienvenidos al infierno

A partir del día siguiente la prensa italiano comenzó a preparar la vuelta. Las crónicas narraban acontecimientos sucedidos en el túnel de vestuarios que dejaban a los italianos como víctimas y que caldeaban el ambiente dos semanas antes de que el Madrid tuviera que pisar San Paolo.

"Que vengan convencidos que no van a salir de su cancha, que vengan convencidos de que vamos a llegar a la prórroga. Acá, en Nápoles, no nos ganan ni con Di Stefano, ni con Puskas, ni con todos aquellos ...". Lo decía Diego Armando Maradona y la ciudad entera se encendía. El Real Madrid viajaba a Nápoles consciente de que le esperaba una tarea difícil de solventar.

La recibida fue de lo más hostil. Los aficionados napolitanos se agruparon en la pista de aterrizaje del aeropuerto de Capodichino para regalarle a los jugadores blancos una lluvia de piedras e insultos. El hotel, en Castellmmare, estaba en las afueras de la ciudad por recomendación de la policía. De poco sirvió, pues los fanáticos del club napolitano siguieron al autocar madridista para acompañarles durante la noche con una percusión a base de platillos y cazuelas que no cesó hasta altas horas de la madrugada.

Nápoles Madrid Champions 1987
Nápoles Madrid Champions 1987Europa Press

Era el mejor Nápoles de la historia, el que se había alzado ante sus poderosos rivales del norte, el que tras tanto tiempo marginado había encontrado en Maradona el camino para llegar al cielo. Pero ni con esas bastó para matar al rey de Europa. El Madrid, presa de la tensión, fue dominado por los locales y el gol napolitano antes de llegar a los 10 minutos de juego hizo presagiar lo peor ... hasta que apareció Butragueño. El Buitre, justo antes del descanso, equilibró un partido que ya no se volvió a desigualar. 1-1, 3-1 global para el Madrid; los blancos pasaban de ronda y el Nápoles veía como su sueño se rompía a las primeras de cambio.

Tal fue la dimensión del episodio que la afición madridista se agrupó en Cibeles para celebrar la resistencia de los suyos en el mítico San Paolo. Un Madrid que superó a Porto y a Bayern Múnich pero que terminó cayendo en semifinales ante el PSV Eindhoven, a la postre subcampeón tras salir derrotado en la final ante el Benfica.

Hoy, el Madrid vuelve a Nápoles en un estadio que ya ha dejado atrás el nombre de San Paolo para pasar a llamarse Estadio Diego Armando Maradona. 36 años después, los merengues visitan de nuevo a un conjunto napolitano que volvió a proclamarse campeón de Italia tras un eterno paso por el desierto. Perdérselo no es una opción.