Ciclismo

Así es Carlos Rodríguez, la gran esperanza española en el Tour

Con tan solo 22 años y en su primer Tour, Carlos Rodríguez

ya es quinto en la general

Carlos Rodríguez ha terminado quinto en la general
Carlos Rodríguez, antes de la salida de una etapa del TourAgencia EFE

Cuando era más joven –más todavía que ahora–, Carlos Rodríguez aparecía por las carreras de escuelas y después en cadetes y los demás equipos se venían abajo nada más verle por la salida. «Es que en cuanto le veíamos que venía a correr o en las listas de inscritos el día anterior ya sabíamos que no teníamos nada que hacer», recuerda Beatriz Maté, hermana del carismático Luis, el lince, ciclista del Euskaltel-Euskadi y que durante años formaron a críos y chavales en su academia de Marbella. «Ya desde entonces se le veía la madera de campeón. Y desde entonces, igual que ahora, con ese carácter que parecía que tenía 40 años de lo maduro que se comportaba, de cómo hablaba, del respeto que tenía». Los años transcurridos no han hecho más que confirmar aquel germen de campeón que Carlos tenía y convertirlo en lo que es ahora, la gran esperanza del ciclismo español en este Tour de Francia. La caída y retirada de Enric Mas en la etapa inaugural de Bilbao y el descalabro en los Pirineos de Mikel Landa le han situado en el foco de la prensa y los aficionados.

No es para menos. En estas dos primeras etapas de montaña, Carlos Rodríguez, andaluz, de Almuñécar, ya ha escalado hasta la quinta posición, a 3:30 de Vingegaard y a 1:56’ del podio, que ahora lo sustenta Jai Hindley. Sólo tiene 22 años y éste es su primer Tour. «Estoy bastante contento de cómo están yendo las cosas y de cómo me están saliendo. Las piernas tienen que seguir respondiendo y queda mucho Tour», dice. Parco en palabras, todo sangre fría y pura cautela.

Al granadino, que ya se le sitúa en el Movistar para la próxima temporada, todo lo que le venga, dice, es un regalo. «Yo lo único en lo que creo es en el trabajo que he hecho y en seguir luchando para dar lo mejor de mí. Voy a seguir haciéndolo día a día para tratar de hacer el mejor Tour posible y lo que tenga que ser, será».

Su progresión es igual a su estilo como ciclista. Diésel. Sin grandes exhibiciones pero siempre certero. Sin prisa, pero sin pausa y con mucha, muchísima inteligencia y cabeza. El año pasado fue campeón de España en ruta, maillot que lució en la Vuelta, la primera grande que corrió y en la que acabó herido con una tremenda caída en las últimas etapas. Lejos de retirarse, fue más fuerte que el dolor y llegó a Madrid. «He aprendido de estos días más que de una victoria», dijo tras desfilar por la Castellana.

Ahora se enfrenta al Tour de Francia junto al equipo Ineos, que ya corre a su disposición. En Cauterets, Castroviejo y Pidcock lo arroparon hasta el final. «Han hecho un trabajo increíble». Y hasta Egan Bernal, ganador de un Tour y de un Giro hizo las veces de aguador para él. «Me queda mucho que aprender de él y de su humildad». Carlos ya corre como lo que es: un líder.