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Jasikevicius, la Euroliga y el Barça, amor a tres bandas

El equipo azulgrana busca su tercer título en la Final Four de Colonia. En semifinales se mide con el Armani Milán de Sergio Rodríguez

Sarunas Jasikevicius da indicaciones a Gasol durante un partido de la Euroliga
Sarunas Jasikevicius da indicaciones a Gasol durante un partido de la EuroligaAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Saras Jasikevicius busca en la Final Four de Colonia su quinta Euroliga, la primera como técnico. El Barça persigue la tercera. El primer obstáculo para el equipo que lideró la primera fase es el Armani Milán de Ettore Messina y Sergio Rodríguez. La segunda semifinal, CSKA-Anadolu Efes, reeditará la final de hace dos años en el Buesa Arena. Los rusos llegan como vigentes campeones después de la suspensión de la competición en 2020 por la pandemia de coronavirus.

Lo de Saras Jasikevicius y el Barça, aunque sería mejor decir la ciudad de Barcelona, viene de lejos. Su primera visita a la Ciudad Condal fue con Lituania en 1997. Un paso fugaz. Luego llegó un partido en el Palau con el Olimpia de Liubliana y... «la belleza de la ciudad me cautivó. Los monumentos, las calles, la comida. Aquella ciudad era perfecta, al menos para mí. Es la ciudad que ocupa el número uno en mi corazón», relata el técnico azulgrana en su biografía «Ganar no es suficiente». Saras es el líder de un equipo que llega siete años después a una Final Four y que hoy persigue la que sería su octava final después de levantar el trofeo en 2003 y 2010.

Jasikevicius aterrizó en el club azulgrana en 2000, el año que nació la Euroliga y que tuvo como primer partido un Real Madrid-Olympiacos en el Pabellón Raimundo Saporta de la Ciudad Deportiva. Saras llegaba a un equipo que vio por primera vez en una final europea cuando era un crío. Era la final de la Recopa de 1985. Su Zalgiris, y el de Sabonis, cayó en Grenoble ante el Barça en un partido que acabó con un mate de De la Cruz, con Sibilio arrodillado y con el trofeo camino del Palau. Quince años después Saras se enroló en el equipo culé que dirigía Aíto García Reneses. Alquiló una casa a Epi y empezó a vivir «una buena vida», como él mismo asegura en su biografía. Descubrió el golf, el pescado, las gambas de Palamós, a Johan Cruyff, a Ferrán Adriá... Y en la cancha coincidió con «dos jóvenes fenómenos como Gasol y Navarro. Sabíamos que teníamos una superestrella mundial y los jugadores pensábamos que el talento de Pau estaba a la altura de Sabonis o de Petrovic», relata. Ahora uno, Navarro, es su jefe, y el otro, Gasol, uno de los miembros de su plantilla. «Con Pau quedaba fuera de la cancha porque me gustaba quedar con jugadores de la casa para ambientarme mejor. Y como mi vida era la de un soltero intenté apropiarme de la ciudad de manera absoluta», asegura. De la libertad de los dos primeros años con Aíto se pasó al control con la llegada de Svetislav Pesic. Jasikevicius se convirtió en compañero de habitación de Bodiroga y sus ronquidos. Aquel nuevo Barça ganó su primera Euroliga meses antes de que Saras abandonara el club muy a su pesar. La incompatibilidad de caracteres con Pesic pesó demasiado. «Cualquier otro sitio iba a ser peor que el que estaba dejando», confiesa. Por eso regresó como jugador en la temporada 2012/2013 para ampliar su palmarés con otra Copa del Rey.

Su rendimiento deportivo después de cerrar la primera etapa en el Barça no descendió, al contrario. Ganó la Euroliga con el Maccabi (2004 y 2005) y el Panathinaikos (2009) con lo que es el único jugador que ha logrado el título con tres equipos diferentes. Un logro que podría igualar Sergio Rodríguez, campeón en 2015 con el Madrid y en 2019 con el CSKA. Saras ahora busca ser el cuarto que la gana como jugador y como técnico. Algo que ya hicieron leyendas como el armenio Armenak Alachachan, Lolo Sainz y su «queridísimo» Pesic.

«Los chicos están preparados para sufrir», aseguró antes de viajar a Colonia. En la ciudad alemana ha avisado que «hay que estar muy concentrados en las cosas que podamos controlar como factores intangibles y pequeños detalles que pueden ser decisivos». El Barça es el segundo equipo con más presencias en una Final Four (15) sólo por detrás del CSKA (19).

Enfrente estará un equipo al que derrotó en los dos partidos de la primera fase: 87-71 en el Palau sin el Chacho y 56-72 en Milán sin el ex azulgrana Delaney. «Es un equipo en el que todos saben su rol y que está aquí para quedarse entre los grandes de Europa los próximos años», asegura Saras. Si el Barça ha tardado siete años en volver a estar entre los mejores el Milán ha necesitado 29. Los italianos suman tres Copas de Europa. Todas llegaron en la anterior etapa de la competición y con apellidos ilustres: 1966 (Simmenthal), 1987 y 1988 (Tracer). Su última Final Four fue la histórica de Estambul en 1992 donde cayeron ante el Partizán de Djordjevic y Danilovic. Messina, con cuatro títulos, es el técnico más laureado en Colonia.