Bronny James vivió un día complicado en el partido inaugural de la pretemporada de Los Angeles Lakers frente a los Phoenix Suns, que terminó con una derrota por 103-81. El joven escolta, hijo de la estrella LeBron James, registró un rendimiento estadístico muy por debajo de lo esperado: solo convirtió 1 de 12 tiros de campo, incluyendo 1 de 8 desde la línea de tres puntos.
La actuación generó una oleada de comentarios críticos en redes sociales, donde numerosos aficionados expresaron su decepción. Algunos cuestionaron su preparación, mientras otros lo compararon injustamente con su padre, aumentando la presión sobre el joven jugador en su proceso de adaptación a la NBA.
En declaraciones posteriores al encuentro, Bronny ofreció una reflexión serena sobre su desempeño. Afirmó que la mayoría de sus tiros fueron “buenas decisiones” y que no se sintió presionado, aunque reconoció que le faltó “tener piernas debajo” en algunos lanzamientos. También subrayó su compromiso con el crecimiento personal y su intención de seguir adaptándose al ritmo del equipo.
La historia de Bronny James está marcada por un episodio médico que cambió su vida en 2023, cuando sufrió un paro cardíaco durante un entrenamiento, seguido de un diagnóstico de defecto cardíaco congénito que requirió cirugía. Este antecedente ha influido en su desarrollo deportivo y en la percepción pública de su evolución como atleta.
En su primera temporada como rookie en la NBA, disputó 27 partidos con promedios modestos de 2,3 puntos, 0,7 rebotes y 0,8 asistencias, con un 31,3 % de acierto en tiros. Sin embargo, en la G-League mostró una versión más prometedora, con 21,9 puntos por partido y un 44,3 % de efectividad en el tiro en 11 partidos, lo que sugiere que aún tiene margen de crecimiento. La actual pretemporada se presenta como una oportunidad crucial para Bronny, quien busca consolidarse en la rotación de los Lakers bajo la dirección de JJ Redick.