FC Barcelona-Cádiz (2-0): Sudar para ganar

Sudó el Barcelona, por el calor que asola de nuevo a España y porque le costó un mundo superar al Cádiz. Ganó, pudo empatar y también estuvo cerca de la derrota porque el Cádiz tuvo llegadas clarísimas para hacer un tanto antes de que Pedri, ya cerca del final hiciese el tanto de la victoria. Depués, ya al final Ferrán hizo el segundo.

Fue un encuentro más igualado de lo esperada, con el equipo local con la pelota y el conjunto gaditano respondiendo con velocidad y cada tentativa azulgrana. La vida, por tanto, no ha cambiado para el Barcelona de Xavi: vive de su portero y de conseguir un gol agónico con el que ir sumando puntos. Lleva un tanto en dos partidos y ninguno en contra. La temporada pasada una ritmo así, gol a gol, y seguridad defensiva, le sirvió para ganar con solvencia el campeonato, pero no para pasar la frontera hacia Europa. El tanto de Ferrán consiguió maquillar el marcador.

No se puede negar al Barcelona que lo intenta y que Xavi da vueltas al dibujo, no se sabe si para mejorar el juego o para presumir de que es un entrenador ofensivo. A veces lo que queremos ser equivoca lo que somos. El Barça salió en el Estadio Olímpico Lluís Companys con De Jong de central izquierdo y sólo tres defensas, con los jóvenes Balde y Yamal en la banda y con los buenos Gündogan y Pedri por el centro. Es decir, la posibilidad de atacar por los lados o hacer daño por el centro. Abrir el campo para abrir la defensa y hacer daño con los jugones. En teoría, suena bien; la realidad, como bien sabemos, es más árida y todo es más complicado.

Empezando porque el estadio ya da una sensación de que no todo va bien. No llegaron a las 40.000 personas los aficionados que subieron a Montjuic, un 80 por ciento de su capacidad. Es un estadio pequeñito, que se va a llenar muy pocas veces y eso deja sitios vacíos y falta de tensión.

En ese ambiente, el Barcelona dominó y el Cádiz llegó. La posesión fue para los de Xavi sin ningún problema, pero tuvo más dificultades para romper un entramado defensivo en el que mandaba Fali, un futbolista que duda muy poco. Y aunque la duda tiene muy buena fama, para el fútbol (y puede que para la vida no sea tan útil como dicen que es). Fali se imponía a un Lewandowski que no está claro que sea una solución más que un problema y tenía, la defensa del Cádiz, bastante más dificultades cuando Yamal o Balde conseguían llegar con el balón controlado y en carrera. Fue Yamal quien más lo intentó y quien más entra por los ojos del espectador.

Pero fue Ter Stegen quien salvó al Barcelona en la primera parte, en una jugada de uno con frente a Rubén Alcaraz que sacó con la mano en alto, mientras se vencía. Los riesgos que toma Xavi al dibujar a su once después se notan en el campo y casi se acaban de pago.

Tuvo varias llegadas el Cádiz con peligro, rápidas, pero el peso del Barcelona se fue imponiendo con los minutos y con el cansancio de las primeras jornadas y del calor. Tuvo Pedri un momento de inspiración y Gundogan y un segundo para pensar. Suficiente para romper por fin la muralla y que el Barcelona acabase con el sufrimiento que ya sobrevolaba sobre Barcelona cuando esto no ha hecho más que empezar. El Cádiz, muy digno, siguió a lo suyo, pero ya la vida se había complicado demasiado.