Tour

Cavendish y su cita con la historia

El británico está a un triunfo de superar el récord de Eddy Merckx, con 35 victorias de etapa en el que será su último Tour. En el primer esprint fue sexto

Cavendish, antes de la salida de la tercera etapa del Tour
Cavendish, antes de la salida de la tercera etapa del TourCHRISTOPHE PETIT TESSONEFE/EPA/

Al autobús del Astana que desfila por Amorebieta, salida de la tercera etapa del Tour de Francia donde se repite otra vez el mágico ambiente y la bella comunión del ciclismo con la afición vasca, le siguen un puñado de aficionados con banderas inglesas y alguna que otra ikurriña. Están vigilando a ver dónde aparca. Cuando echa el freno, se plantan justo enfrente, tras la valla. Allí esperan hasta que sale el hombre al que han venido a buscar todos. Al cabo de una hora se deja ver, con una sonrisa radiante. Es Mark Cavendish, claro. Lleva tres días por el País Vasco dándose un auténtico baño de masas y vive feliz. Encantado en este que será su último Tour y donde puede hacer historia.

En esta tierra que ayer despidió a la ronda gala, Cavendish nunca jamás se ha colgado un dorsal en sus dieciocho largos y laureados años de carrera como ciclista profesional a los que pondrá punto final esta temporada. Tiene su lógica. «Estuve a punto de venir a una Vuelta al País Vasco en mis primeros años pero luego no lo hice», asegura.

Euskadi no es territorio para esprinters y aún así, todo el mundo le ama. Las dos primeras etapas se las ha pasado en el vagón de cola, de los últimos, reservando fuerzas para cuando llegue su gran momento y disfrutando de la parroquia vasca. La gente que ha plagado las cunetas estos días se ha dejado la voz animando: «Es la mejor Grand Depart que he vivido en mi vida. Esta gente hace del ciclismo una fiesta, ha sido muy muy divertido», declaraba en la meta de San Sebastián el domingo. En Bayona fue sexto.

«Siendo mi último Tour lo va a convertir en inolvidable», afirma. Ya son catorce con este los que lleva en las piernas Cavendish. Y 34 victorias. Las mismas que Eddy Merckx, una leyenda. En esta edición, Cavendish tiene esa cita con la historia. Le basta una, sólo una victoria para hacerse inmortal y superar al «Caníbal».

«Por delante tiene cinco o seis oportunidades», calcula Alexander Vinokourov, manager del equipo Astana que le fichó ya tarde, casi con las campanadas de fin de año precisamente para esto, para entrar en la historia con el maillot de su equipo.

El año pasado, Patrick Lefevere, el manager del Quick Step lo dejó fuera de la escuadra para la ronda gala. Dos años antes fue quien le rescató y el ciclista de Man le brindó cuatro triunfos de etapa en la prueba francesa. En 2022 incomprensiblemente no lo quiso traer a la ronda francesa.

Cavendish se quedó en el paro. Sin equipo para hacer historia. Pero siguió entrenando, hasta que el Astana le abrió un hueco que comparte con los españoles David de la Cruz y Luis León Sánchez. El murciano, tan cumplidor y profesional como el primer día, ha tenido que cambiar su rol en este Tour. «Ahora en las etapas llanas en vez de desconectar tengo que involucrarme con él, llevarle casi hasta la meta. Nunca me había visto en un papel como éste, dentro de esos esprints que dan miedo incluso de verlos por la tele. Eso cambia el guión, pero sabemos lo que puede significar para todo el equipo, es nuestra obligación y estamos aquí para hacer nuestro trabajo», resalta, cumplidor.

Su jefe Vinokourov es consciente de que «Groenewegen y Jakobsen –ganador en Bayona– están mejor que él, pero en la carrera se dan muchas circunstancias y que ganase la última etapa del Giro le ha llenado de motivación. Yo no le quiero meter más estrés del que tiene. Le he dicho que mantenga la calma, que ya ha corrido muchos Tours. Que esté motivado, pero tranquilo, porque esa va a ser la clave». Para que entre en la historia.