Champions League

José Aguado

El que lo dirige todo

Florentino reconoce que es Zidane quien ha sabido conducir el vestuario hacia el tercer doblete de su historia. En año y medio ha conquistado lo que a otros entrenadores les ha costado años

Benzema y Zidane. se hacen una foto con el trofeo de la Champions sobre el césped del Millenium de Cardiff
Benzema y Zidane. se hacen una foto con el trofeo de la Champions sobre el césped del Millenium de Cardifflarazon

Florentino reconoce que es Zidane quien ha sabido conducir el vestuario hacia el tercer doblete de su historia. En año y medio ha conquistado lo que a otros entrenadores les ha costado años

Hay un dato esclarecedor de lo que significa Zidane, que circulaba ayer por las redes sociales. Eran los años que habían tardado algunos entrenadores en ganar dos Champions desde que empezaron su carrera como técnicos: a Ferguson le llevó 34 años conquistar dos veces la Copa de Europa, a Heynckes, 33; a Ancelotti, 12; Mourinho tardó 10 años desde que empezó hasta que ganó dos veces la Champions. Guardiola parecía que había marcado un récord inimitable: desde que empezó a entrenar en la élite hasta que conquistó dos Copas de Europa sólo pasaron tres años. Zidane ha puesto el listón en la mitad: en año y medio ha conquistado dos Champions.

Un técnico preparado

Cuando en enero de 2016, hace tan poco, se puso al mando del banquillo del Real Madrid, su currículum como entrenador era mínimo: sólo había estado en el Castilla en la Segunda B española, la duda estaba en si su leyenda, su experiencia como uno de los grandes futbolistas de la historia, iba a ser suficiente como para levantar a una plantilla herida y a una afición que acudía al Santiago Bernabéu con ganas de criticar a los suyos, pasase lo que pasase.

La respuesta está clara: Zidane estaba más preparado que ninguno. Porque tenía conocimientos de sobra y porque tiene el carácter perfecto para ocupar la posición que ocupa. Hay vestuarios en los que la mano de un entrenador tiene que buscar, más que las lecciones tácticas, el punto de concordia y de unión para que todos se sientan implicados en lo que se hace. Se valora poco que en un grupo de 24 futbolistas, todos de la élite y con altos sueldos, caminen sin que nadie se despiste. Como Zidane no saca pecho, apenas se le reconoce. «Zidane era el mejor en 2001 y fue el mejor ahora cuando le fichamos de entrenador. Zidane se queda, él dirige todo», explicaba Florentino Pérez como la clave de los éxitos del Real Madrid estos años.

Decisiones

Sin aspavientos, pero con firmeza, Zidane va imponiendo sus decisiones porque se ha ganado todo el crédito del mundo para hacerlo. Pidió traer a Pintus para reforzar el aspecto físico de un equipo que terminaba las temporadas con la lengua fuera. Y, quizá uno de los grandes cambios del Madrid con respecto a las campañas anteriores es que ha llegado al final del año como una moto, para, por ejemplo, pasar en la segunda parte, por encima de la Juve, de un equipo italiano, que siempre habían hecho de la táctica y del físico su seña de identidad.

Cuando la UEFA le dijo al Madrid que el hotel de Cardiff estaba bastante lejos del estadio, Zidane fue firme: quería un hotel cerca y el Madrid peleó hasta conseguirlo. El entrenador manda y si decide plantear la temporada con rotaciones, nadie se lo discute. Nadie sabía que iba a llevar tan lejos esa política, pero cuando se fueron viendo los resultados, a nadie le sorprendió. Una de las imágenes de la celebración sobre el césped de Cardiff es un abrazo tremendo de Nacho, uno de los teóricos suplentes del Madrid, que ha disputado más partidos que nunca, a Zidane.

Un madridista

Dice Zidane que el Real Madrid es su casa y tras todos los años que ha pasado en el club blanco, pocos conocen los secretos de esa entidad como él. Ha vivido allí como jugador, como directivo, como entrenador del filial y como ayudante del primer técnico con Carlo Ancelotti. Fue un futbolista que se quedó en la memoria de miles de aficionados que le veían cada dos domingos en el Bernabéu y ahora es un entrenador que está fascinando a la siguiente generación de hinchas del Real Madrid. Quizá como Di Stéfano en el Madrid y como Cruyff en el Barcelona, Zidane ya ha conseguido que su persona y el club se identifiquen para los siglos de los siglos.

Don de gentes

Y esa identificación se ha producido pese a su timidez y sus pocas ganas de figurar. El sábado sorprendió cuando en la sala de Prensa de Cardiff dijo con rotundidad que sí, que habían hecho historia. Luego lo explicó: pero es que es eso lo que dicen los números y de todos modos, ya de nada valía, había que pensar en el año que viene. Y sonrió, porque ésa es la marca de la casa, porque es imposible no quererle.