Ciclismo

Egan Bernal, de la muerte a la bicicleta

El 24 de enero chocó contra un autobús mientras entrenaba Se temió por su vida, pero ya anda y piensa en volver a competir

Egan Bernal camina ayudado por un bastón
Egan Bernal camina ayudado por un bastónTwitter

«Usted podía haber muerto». Esas fueron las primeras palabras que escuchó Egan Bernal cuando despertó en el hospital después de la complicada operación –duró doce horas– a la que se sometió para corregir las graves lesiones que sufrió tras chocar con un autobús mientras entrenaba. Se rompió cerca de veinte huesos: once costillas, el fémur, la rótula, dos vértebras, un diente, el metacarpiano y un pulgar, además de perforarse los dos pulmones.

En el hospital le dijeron queel 95 por ciento de las personas hubieran fallecido o hubieran quedado tetrapléjicos después de un accidente como el suyo. Se temía incluso que no pudiera recuperarse para hacer vida normal. Volver a subirse a una bicicleta ni se planteaba en ese primer momento. El cirujano que le operó le dijo que había operado cientos de columnas, pero en esas condiciones sólo dos habían salido bien. La segunda exitosa era la suya. «Estoy vivo, es como una segunda oportunidad. Es como volver a nacer y ya disfruto cada cosita que me pasa», reconoce el campeón cafetero en una entrevista con la revista colombiana «Semana».

La recuperación comenzó cuando estaba en la UCI. Ya movía la pierna operada y trabajaba con bandas con la otra. Quizá esas ganas de moverse le hayan ayudado a acelerar la recuperación. Él mismo ha publicado fotos y vídeos en sus redes sociales caminando, solo o con la ayuda de un bastón, y trabajando en la rehabilitación sobre la bicicleta. No se pone plazos para volver a competir, pero dice a los médicos que su recuperación va a ser rápida. Unos días antes del accidente había renovado su contrato con Ineos por cinco años y la retirada no es una posibilidad que se planteen ni él ni su equipo. «Quiero volver, es lo que más amo. Soy ciclista», dice.

Bernal tenía la obsesión antes de su accidente de ganar la Vuelta a España para completar las tres grandes. Le hacía más ilusión esa hazaña que acumular triunfos en el Tour. Para eso trabajaba cuando chocó con el autobús, para estar en forma en la carrera francesa y estirarla hasta la Vuelta. Estaba entrenando la contrarreloj junto a un compañero. Cuando sintió el golpe con el autobús el gps marcaba una velocidad de 62 kilómetros por hora.

En el accidente perdió dos litros y medio de sangre y antes de llegar al hospital sólo quería que le dieran algo para calmar el dolor. Estuvo quince minutos tendido en el suelo mientras el médico del equipo le colocaba el fémur que amenazaba con asomar por encima de la piel. Una maniobra dolorosa que el colombiano recuerda como lo más terrible que ha sufrido nunca. Pero nunca perdió la conciencia, aunque lo único que le apetecía era desmayarse para dejar de sentir el dolor. Egan Bernal sigue vivo y da las gracias por esta segunda oportunidad. Pero en su nueva vida sólo quiere seguir siendo ciclista.