Ciclismo
Van Baarle se lleva la París-Roubaix
Dos semanas después de ser segundo en el Tour de Flandes consigue la gran victoria de su vida
«Es increíble. Ha sido una locura», reconocía el neerlandés Dylan van Baarle. No se lo creía cuando entró en solitario en el velódromo de Roubaix para conseguir el triunfo más importante de su carrera. Se llevó las manos a la cabeza al cruzar la línea de meta, incapaz de asimilar todavía que era el ganador de la París-Roubaix.
Y no es que no hubiera perseguido el triunfo. Ya fue segundo hace dos semanas en el Tour de Flandes, sólo superado por Mathieu van der Poel. Pero esta vez Van Baarle era más fuerte que ninguno y recibió el premio que tanto tiempo estaba esperando. Él, que siempre se ha dedicado a sus líderes, ahora puede presumir de ser el mejor domador de adoquines.
Quedaban 18 kilómetros cuando el corredor del Ineos lanzó el ataque definitivo que le permitió distanciar al esloveno Mohoric. Había roto la carrera en dos ocasiones, pero le castigó un pinchazo inoportuno. Igual que a Van Aert, siempre favorito en cualquier clásica, que tuvo que multiplicar sus esfuerzos en la persecución.
Van Baarle se marchó y se desentendió de las peleas que se producían por detrás. El esfuerzo de Van Aert le valió para quedarse con el segundo puesto en el podio. Una consolación menor, aunque meritoria después de haber superado el covid hace sólo unos días y del calentón que se dio para poder pelear por los primeros puestos. Iván García Cortina, el mejor español, llegó en el puesto 25, muy lejos de la lucha por la victoria que más ganas tiene de conseguir en su carrera.
«Ser segundo en Flandes y luego ganar Roubaix es algo que me deja sin palabras», reconoce Van Baarle. Ninguno de sus cinco triunfos anteriores se puede igualar con su primer monumento. Liberado del trabajo para los demás, el neerlandés ha demostrado su categoría.
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