Ciclismo
¿Defecar antes de competir? la razón escatológica que se esconde tras la victoria de Van der Poel y respalda la ciencia
El corredor se vio obligado a pedir permiso a los dueños de una granja cercana para ir al baño y su rendimiento se disparó
Mathieu van der Poel por fin es campeón del mundo. El neerlandés es un ciclista nacido para vestir el arcoíris, pero se le ha resistido hasta llegar a Glasgow, a un Mundial diferente, en unas fechas extrañas y con un trazado y unas condiciones muy duras. Van der Poel se llevó las manos a la cabeza al entrar en meta. Como su si no se lo acabara de creer.
Pero tras su triunfo de esconde un singular detalle. La carrera tuvo que ser suspendida durante aproximadamente una hora ya que unos manifestantes se pegaron al asfalto. Sin embargo, ese parón pudo ser trascendental en el éxito del neerlandés. El corredor se vio obligado a pedir permiso a los dueños de una granja cercana para ir al baño, según adelantó el diario Marca. Después de ello, Van der Poel fue como una flecha en los 22 kilómetros que le quedaban por delante.
Van der Poel se marchó en solitario y ni siquiera una caída pudo frenarlo. Se le fue la rueda delantera al trazar una curva, pero le dio tiempo a desenganchar el pie derecho del pedal para amortiguar el golpe. Y, aunque la bici acabó debajo de una valla, su distancia aumentó en lugar de menguar. Incluso con un trozo de zapatilla colgando del talón después del roce contra el asfalto. Por detrás no lograban darle caza y Van der Poel seguía a su ritmo camino de la victoria. ¿Pudo su escatológica anécdota influir en la victoria? Pues según la ciencia, sí.
Según un estudio del Journal of the International Society of Sports Nutrition defecar antes de la competición aumenta un 17% el rendimiento de los deportistas ateniéndonos a los resultados de una investigación llevada a cabo con quince triatletas.
Como explica el nutricionista y divulgador Saúl Sánchez en un hilo "el ensayo se realizó con 15 triatletas experimentados divididos en dos grupos". Estos deportistas "se sometieron a una prueba de esfuerzo incremental que comenzó con 100 vatios y se elevaba 25 vatios cada 3 minutos, habiendo defecado un grupo otro no".
Los resultados de la investigación concluyeron que "la defecación reduce la presión arterial sistólica de 115 a 111 mmHg y la diastólica de 65 a 61, mientras que el tiempo de esfuerzo hasta el agotamiento mejora de 1624 segundos (27 minutos) a 1902 (casi 32)". Además, "La defecación aumentó la sangre en la región prefrontal del cerebro y provocó una mejor oxigenación subombligo. De este modo se logra un mejor reclutamiento de unidades motoras a nivel cerebral".
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