Ciclismo

Van der Poel gana un mundial espectacular

El holandés llegó en solitario después de un recorrido duro y regado por la lluvia. Van Aert y Pogacar completan el podio

Ciclismo/Mundial.- Mathieu van der Poel se viste de arcoíris con una exhibición en el Mundial de Glasgow
Mathieu van der Poel se viste de arcoíris en el Mundial de GlasgowEuropa Press

Mathieu van der Poel por fin es campeón del mundo. El neerlandés es un ciclista nacido para vestir el arcoíris, pero se le ha resistido hasta llegar a Glasgow, a un Mundial diferente, en unas fechas extrañas y con un trazado y unas condiciones muy duras. Van der Poel se llevó las manos a la cabeza al entrar en meta. Como su si no se lo acabara de creer. Era para no creérselo después de todo lo que tuvo que pasar.

El circuito era un sube y baja constante, un tobogán regado por la lluvia durante todo el día que muchos quisieron aprovechar para lanzar sus ataques sin esperar a que llegaran los últimos kilómetros. Cuando quedaban 90 kilómetros para el final ciclistas importantes de la carrera se dejaban ver. Evenepoel, Pogacar, Van Aert, Van der Poel, todos tuvieron su momento para lanzar un ataque que iba castigando las fuerzas de los corredores a cada paso por Montrose Street, la zona más empinada del circuito.

Evenepoel perdió pronto el contacto con los favoritos. Le fallaron las fuerzas al belga para defender el maillot arcoíris logrado el año pasado. Otros, como Trentin, tuvieron que decir adiós por una caída. Igual que Ion Izagirre cuando estaba siendo el mejor español de la carrera.

Van der Poel ya lo había intentado a falta de 74 kilómetros para la meta. Un ataque que ya iba haciendo selección. Pero el definitivo lo lanzó cuando quedaban 23 kilómetros para la meta.

Ahí ya sólo quedaban los elegidos. Salvo Evenepoel, el único de los verdaderos favoritos que no dio la talla. Con Van der Poel estaban Van Aert, Pogacar, Pedersen y un invitado, Bettiol, que fue el primero en escaparse. El italiano aprovechó un avituallamiento para marcharse, pero cuando los otros cuatro lo engullían Van der Poel lanzó un ataque poderoso que nadie pudo seguir. Tan fuerte fue su arrancada que Bettiol ni siquiera pudo engancharse a la rueda de los otros cuatro para recuperar fuerzas en espera de una oportunidad en los kilómetros finales. Los perdió de vista en seguida y se dejó ir hasta acabar décimo, superado por el grupito que llegaba por detrás.

Van der Poel se marchó en solitario y ni siquiera una caída pudo frenarlo. Se le fue la rueda delantera al trazar una curva, pero le dio tiempo a desenganchar el pie derecho del pedal para amortiguar el golpe. Y, aunque la bici acabó debajo de una valla, su distancia aumentó en lugar de menguar. Incluso con un trozo de zapatilla colgando del talón después del roce contra el asfalto.

Por detrás no se entendían para intentar la caza y Van der Poel seguía a su ritmo camino de la victoria. Ha aprendido el neerlandés de experiencias pasadas, como la del Mundial de Yorkshire en 2019, aquel en el que Alejandro Valverde tuvo que retirarse, vencido por el frío y la lluvia, incapaz de defender el oro logrado en 2018. Van der Poel no llegó a retirarse, quiso terminar la carrera. Pero llegó vacío después de una pájara espectacular. Marcó el ritmo en la subida más dura del recorrido y de repente se encontró sin fuerzas. «Inexplicable», decía entonces.

Pero más le dolió no haber podido competir el año pasado en Australia después de un incidente en el hotel. Fue detenido por agredir a dos niñas que llamaron a la puerta de su habitación y, aunque fue liberado antes de la carrera, no estaba en condiciones de disputar el triunfo y acabó retirándose.

«Es la revancha», dice el neerlandés, que considera que esta es la victoria más grande de su carrera. Una victoria que no pudieron conseguir ni su padre, Adrie van der Poel, ni su abuelo, Raymond Poulidor, y al que acompaña del mundial de ciclocross conseguido en invierno. En realidad es su sexto mundial porque en la hierba y el barro del ciclocross son cinco los que ha logrado.

La lucha por las otras dos medallas no fue menos espectacular. Van Aert, una vez más, tuvo que conformarse con la de plata por detrás de su gran rival. Para el bronce esprintaban Pedersen y Pogacar en lo que parecía una lucha desigual a favor del danés. Pero nunca hay que subestimar al esloveno, que acabó completando un podium de lujo.

La carrera estuvo parada una hora por una protesta

►Quedaban 190 kilómetros para el final de los 271 que tenía la carrera cuando el pelotón tuvo que detenerse por la presencia de unos activistas que habían pegado sus manos al asfalto para protestar contra la petrolera Ineos, patrocinadora de uno de los grandes equipos del ciclismo mundial. «Que INEOS patrocine un equipo en la carrera alrededor de Campsie Fells, que se vio envuelta en incendios forestales el mes pasado, es una vergüenza y un insulto tanto para la comunidad ciclista como para el pueblo de Escocia», reclama la organización This is Rigged. La carrera estuvo detenida durante aproximadamente una hora antes de poder reanudarse.