Vuelta a España

Cuando lo importante es sobrevivir

Sam Bennett se impone en la meta de Utrecht al ex campeón del mundo Pedersen y Teunisen es el nuevo líder

Los ciclistas cruzan el puente del rey Guillermo Alejandro
Los ciclistas cruzan el puente del rey Guillermo AlejandroVincent JanninkAgencia EFE

Hay veces que la siesta se altera de repente por un ruido. Un golpe, alguien que se cae de repente, cuando el mundo se acelera y las bicis se enredan por los nervios. Uno arrastra a los demás y en el último kilómetro el asfalto se convierte en un sembrado de cuerpos esqueléticos y de hierros golpeados.

Eso es lo que sucedió cuando los ciclistas enfilaban el esprint en el que se impuso Sam Bennett, el velocista del Bora, uno de esos ciclistas que disfrutan en la Vuelta y que ha conseguido ya su cuarta victoria en la carrera española.

Mientras Bennet se esforzaba por adelantar a Pedersen, el ex campeón del mundo que arrancó demasiado lejos de la meta, otros se miraban los rasguños con la esperanza de que no fuera nada.

Como Alejandro Valverde. El veterano ciclista del Movistar fue una de las víctimas de la caída, de la que salió aparentemente ileso. «No ha sido un día tranquilo, y a la vista está el ‘’hostión’' que ha habido cerca de meta. Creo que no es nada. Se han caído delante y no lo he podido evitar; he frenado, pero aun así he caído. Parece que bien. Muchísimos nervios, muy peligroso… Es lo que hay, lo sabíamos antes de venir. Vamos día a día, esperamos poder llegar bien a las etapas del norte», explicaba el murciano después de cruzar la meta.

Cuando llega el peligro la memoria se activa y a Alejandro y a otros, seguramente, les vino a la mente lo sucedido en 2009, la otra ocasión en que la Vuelta nació en los Países Bajos. Aquella vez fue en la tercera etapa, cuando el pelotón ya se preparaba casi para meterse en el avión que le llevaba a España y varios ciclistas, muchos, decenas, se fueron al suelo en una rotonda en Lieja. Entre ellos Ezequiel Mosquera. El gallego era uno de los favoritos para el triunfo y ya no pudo estar a la altura esperada en el resto de la Vuelta.

No fue para tanto lo de Utrecht, la ciudad a la que regresa la Vuelta después de la gran salida del viernes con el mismo seguimiento de público. Fueron 260.000 los presentes en las calles para seguir la contrarreloj por equipos del viernes. El sábado no debió de estar demasiado lejos. El público se hizo notar desde la salida en s’Hertogenbosch, Bolduque en español desde los tiempos del Duque de Alba. «Muy agradecido a todo el público por el cariño de estos primeros días; impresionante la cantidad de gente que hay», decía Valverde.

Eso fue una de las cosas que más llamaron la atención de Xabier Mikel Azparren. «No había visto algo así en mi vida», reconocía. El ciclista del Euskaltel fue uno de los protagonistas de la escapada del día. Sin demasiada suerte, porque el Alpecin se empeñó en tener vigilados a los cinco escapados desde muy lejos de la meta.

Cuando los atraparon estaba preparado, como siempre, Luis Ángel Maté. El veterano ciclista andaluz tiene un propósito para esta Vuelta que va más allá de la carrera. Por cada kilómetro escapado plantará un árbol en Sierra Bermeja. Camino de Utrecht sumó 25 más. Los que le dejaron antes de lanzar el esprint.

Entre la aceleración y la caída, el maillot rojo cambió de propietario. Mike Teunisen, otro neerlandés del Jumbo Visma, se metió en el esprint para luchar por la victoria. Fue cuarto y por puestos adelanta a su compañero Gesink en la clasificación.

Poco le ha durado la alegría al veterano Gesink, aunque su objetivo, como el de todo el Jumbo Visma, es otro. Se trata de proteger a Roglic para que llegue sano. Ayer lo cumplieron y Teunisen se permitió esprintar para ser el nuevo líder.

Breda, otra oportunidad para los esprinters

La Vuelta no ofrece muchas oportunidades a los velocistas y dos de ellas se concentran en los Países Bajos. La primera la aprovechó Sam Bennet en Utrecht y el domingo en Breda espera una etapa parecida. Terreno plano, con una sola cota puntuable, de cuarta categoría, que no servirá mucho más que para ver algo de pelea por el maillot de puntos azules. Oportunidad también para los aventureros, aunque como sucedió en la primera etapa en línea, los equipos de los velocistas no les dejarán distanciarse mucho para jugárse la victoria en los últimos metros. Los rivales de Bennet buscarán la revancha.