Vuelta a España

Roglic hace temblar a Evenepoel

El esloveno recupera tiempo en la general y el líder enseña sus primeras debilidades. La etapa, para Carapaz

Evenepoel entra resoplando en meta con Ayuso detrás
Evenepoel entra resoplando en meta con Ayuso detrásJavier LizónAgencia EFE

Primoz Roglic ha demostrado que Evenepoel es humano. El líder pareció romperse cuando el esloveno lanzó un ataque a falta de cuatro kilómetros para el final. Se trataba de recuperar tiempo en la general, de luchar por la victoria en Madrid, pero hay algo más entre ellos. El líder de la Vuelta es Remco, pero Primoz es el dueño de la carrera, el hombre que ha ganado la carrera en los últimos tres años. Y sólo quiere recuperar lo que considera suyo.

Es una cuestión de orgullo y algo más. Roglic ha encontrado en la Vuelta su hábitat natural y parecía que a Evenepoel le había pasado lo mismo. Es la segunda carrera de tres semanas que corre en el belga. El Giro del año pasado no le salió bien y la Vuelta parecía perfecta hasta el momento. Mandaba y era capaz de lanzar ataques para distanciar a sus rivales. Su autoridad pareció multiplicarse en la contrarreloj, pero todo pareció tambalearse cuando Roglic aceleró en esos kilómetros finales del ascenso a La Pandera.

El terreno descarnado de la sierra jiennense, que conduce a una fortaleza militar, parecía ideal para medir las fuerzas del líder. Roglic atacó sin mirar atrás y tampoco le importó llevarse a la espalda a Enric Mas y a Supermán López. Los dos dejaron la labor en manos del esloveno. Se respeta la jerarquia y se guardan todas las fuerzas que se pueden. Roglic hizo la subida en solitario, casi sin ayuda. El ganador de las tres últimas sólo miraba hacia arriba, hacia la meta. Hacia la cuarta victoria en la general y el récord de Roberto Heras.

Evenepoel sufría por detrás. La distancia crecía segundo a segundo. Pero el belga demostró que también es un campeón. Se hundió y volvió a sacar la cabeza para respirar. La jornada pintaba peor cuando se vio superado por Juan Ayuso, que se había quedado por detrás por culpa de un pinchazo. La estrechez de la meta y lo complicado de la subida hizo que la organización redujera el número de coches por equipo. Ni siquiera estaban cerca de sus corredores principales y el español tuvo que conformarse con una bici genérica que le proporcionó el vehículo de asistencia de Shimano.

Sin su bicicleta, Ayuso fue capaz de recuperar, de alcanzar a Evenepoel y de superarlo. Ese fue el momento en el que el líder comenzó su recuperación. Ayuso le sirvió de referencia, volvió a atraparlo y volvió a mirar hacia delante para que las distancias no aumentaran. «No creo que la llegada de Ayuso me haya salvado, yo iba centrado en mi esfuerzo, me llegaban noticias por la radio y apreté hasta el final», aseguraba Remco después de la etapa.

Podía haberse hundido definitivamente, pero resistió con la promesa de una batalla de las que se recuerdan para siempre. Un combate entre el campeón y el aspirante que promete llegar hasta el último asalto.

Roglic siguió a lo suyo por delante. Descolgó a Enric Mas, que se desfondó en el último tramo, pero no pudo soltar a Supermán López. Tampoco alcanzar a Carapaz. El ecuatoriano era el superviviente de la fuga, un ilustre que viaja en el vagón que no le corresponde. Ahora su objetivo son las victorias parciales. Y ya lleva dos. Esta última después de una angustiosa persecución. Cuando subió la última rampa y vio el descenso que lo conducía hasta la meta respiró.

Supermán le quitó dos segundos de bonificación a Roglic, que recuperó 52 a Evenepoel. «Unos días ganas tiempo y otros los pierdes», dice el líder, que normaliza la situación y no se pone nervioso. La Vuelta vive.

Enric Mas, sorprendido por La Pandera

El líder del Movistar no pudo llegar a meta con Roglic a pesar de que fue el que mejor interpretó el ataque del esloveno. «He dejado a Primoz marchar un poco y después he cerrado el hueco, pero ha sido llegar hasta su rueda y me ha dado un bajón impresionante, he perdido las fuerzas. No sé qué me ha pasado, pero he tenido que aflojar porque, si no, no llegaba ni a meta», confesaba. No le ayudó no conocer la llegada al detalle. «Ha sido una subida realmente dura. Pensaba que las rampas del 15 por ciento serían algo antes y me las he encontrado en el tramo final, cuando Primoz me ha hecho sufrir», confesaba.