Real Madrid

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Cristiano huele la Champions

Afina la puntería justo antes del PSG. «No estaba preocupado por él», dice Zidane

La Razón
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Afina la puntería justo antes del PSG. «No estaba preocupado por él», dice Zidane.

Se acerca la Champions y despierta Cristiano. CR está de vuelta justo unos días antes de que su competición aparezca de nuevo en el calendario. Siete goles acumula en los últimos cuatro partidos, y eso que del Ciutat de Valencia se fue sin marcar. Son dos al Deportivo, dos al Valencia y tres ayer a la Real Sociedad, para subir, y mucho, su media de esta temporada, que no alcanza, como era habitual, el tanto por encuentro. Pero el Madrid y su delantero no quieren mirar mucho por el retrovisor. Confían en que todo lo anterior no sirva demasiado en el momento en el que comience la eliminatoria ante el PSG. Ese día esta plantilla se juega mucho y quizá por eso, al acabar el choque ante la Real, por megafonía se recordó al público que el miércoles vuelve «el campeón» al Bernabéu, mientras que en las pantallas aparecían goles fetiche del madridismo, como el de Sergio Ramos al Atlético en Lisboa y también los de las finales de Milán y Cardiff.

El Real Madrid se transforma cuando suena el himno de la Champions y también su goleador, que ayer volvió a ser implacable en el remate desde la posición de delantero centro. La que ocupa cuando el dibujo de Zidane es un 4-4-2, como va a suceder en los octavos de la Liga de Campeones.

«Estoy contento por él. Me preguntaban el viernes y ya dije que no estaba preocupado por Ronaldo. Y mira, ha hecho tres goles», decía Zidane, contento por la primera parte de los suyos y un poco menos por la relajación de la segunda. «Vamos a estar motivados, muy motivados», confirmaba el francés respecto a los octavos frente al París Saint Germain. Un día para que el Balón de Oro sea decisivo, como lo fue el curso pasado desde la eliminatoria de cuartos. Sólo había celebrado dos veces hasta ese momento. Un par de tantos en ocho partidos y ambos muy al principio de la fase de grupos, concretamente en las dos primeras jornadas. Después, silencio, incluso en el doble enfrentamiento de octavos ante el Nápoles. Ni rastro de su puntería hasta que llegaron el Bayern y el Atlético. Dos toros bravos como es el PSG y ante los que CR7 fue ese futbolista que es capaz de discutirle los premios individuales a Messi.

Doblete en Múnich, triplete en la vuelta y otros tres en la ida ante los rojiblancos en el Bernabéu. No anotó en el Calderón, pero sí firmó un par de tantos ante la Juventus para levantar la duodécima. Pocas veces se había visto un esprint tan intenso en la parte más dura de la mejor competición del planeta. Su temporada explotó con la adrenalina de la Liga de Campeones, después de no haber sido brillante hasta entonces.

Un panorama parecido al actual para esta nueva versión del delantero, más maduro en lo físico y consciente de no poder estar a tope diez meses al año. Ahora llega el PSG, una de las rampas más duras posibles, y Ronaldo empieza a despertar de verdad. Su primer triplete del curso ha sido el aperitivo.