Fútbol

Los dos regresos en un momento clave que ilusionan al Real Madrid

Ante el Athletic volvió a marcar Rodrygo tras mucho tiempo sin hacerlo y regresó Militao después de 232 días lesionado

Regreso de Militao después de la lesión Real Madrid- Athletic Club de Bilbao @Gonzalo Pérez Mata
Militao agradece el cariño del público en el Real Madrid-AthleticGonzalo Pérez Mata Fotógrafos

Rodrygo acertó con su primer remate en el partido después de una conducción desde la izquierda, esa zona del campo que pertenece a Vinicius pero que cuando no está aprovecha su compatriota para correr por allí. Es donde se siente más cómodo y así le hizo al menos un gol al Cádiz, llegando desde ese costado y buscando la escuadra contraria con su pierna buena. Era su noveno gol en la Liga (luego hizo el décimo) pero el segundo en todas las competiciones en tres meses de 2024. Llevaba siete partidos sin marcar y rompió la mala racha con un doblete, y los dos desde la izquierda, su lugar preferido. En noviembre y el arranque de diciembre hizo siete tantos, pero después volvió a una sequía de la que salió a lo grande, en el momento adecuado, porque llega lo importante.

Después de hacer el primero y de abrazar a sus compañeros hizo un gesto tocándose la cabeza. Buscaba en el banquillo a uno de los fisios, que acaba de perder a su madre y Rodrygo quería dedicarle la primera diana. Le dio suerte al brasileño la cuarta camiseta del Real Madrid, morada, que se estrenaba ante el Athletic. Un diseño especial de la marca que viste a los habituales de blanco, que anoche fue el color de los visitantes.

Rodrygo se llevó todo el protagonismo en el día en el que regresaba Bellingham, que no jugaba con el Real Madrid en Liga desde el partido de Mestalla, cuando vio la roja y le cayeron dos partidos de castigo. Habían pasado 29 días desde entonces y el británico volvía al torneo liguero en busca de ser, de nuevo, el Pichichi en solitario. No marcó, pero sí asistió al bigoleador de la noche en el segundo tanto, el que mantiene al Real Madrid con ocho puntos de ventaja en el liderato antes del parón por la final de la Copa del Rey, un día en el que pensaba un poco el Athletic.

Lunin no entendía nada cuando Ancelotti le pidió, ya en el tiempo de prolongación, que tirara el balón fuera. Era una orden para que se parara el juego y pudiese entrar Militao, 232 días después de su lesión de rodilla. «Sentí alegría y felicidad cuando la afición me dio cariño al salir a calentar. He pensado en este momento muchas veces, han sido días difíciles, pero ahora quiero disfrutar del momento bueno», decía el central brasileño, que quería redebutar justo así. «Tenía que ser en casa y quería volver ante el mismo equipo con el que me lesioné», confirmaba. Rodrygo el gran protagonista, decía: «Estoy más contento por Militao, que lo ha pasado mal, que por mis goles, porque sabía que en algún momento llegarían».