Celta de Vigo

El Celta asalta Riazor y hunde al Dépor (1-3)

Los jugadores del Celta de Vigo celebran el segundo gol ante el Deportivo de La Coruña
Los jugadores del Celta de Vigo celebran el segundo gol ante el Deportivo de La Coruñalarazon

El mejor equipo de Galicia es el Celta. No hay dudas por mucho que duela a los deportivistas y así lo demostró en el derbi de Riazor. El equipo de Unzué pasó por encima del Deportivo con facilidad. En menos de una hora se puso con tres goles de ventaja y minimizó al equipo de Cristóbal Parralo, que no ha conseguido enderezar el rumbo y está en puestos de descenso para terminar un año malo, sin discusión, en el que la amenaza de la pérdida de categoría ha sido una constante.

El problema del Dépor es la falta de capacidad defensiva. El equipo no se sostiene y desde una portería insufrible – da igual quien la defienda– comienzan todos los males. Ayer, a los tres minutos Wass encontró el agujero para hacer el primer gol y a partir de ese instante el Celta manejó el partido a su antojo. Aspas hizo el segundo tras aprovecharse de un error defensivo y los de Cristóbal bailaron a merced de la gaita viguesa.

El esfuerzo de Lucas Pérez o Adrián no sirve. No llegan balones en condiciones. El equipo se parte en el centro del campo y los laterales tampoco son una garantía. Y el Celta supo explotar sus condiciones. Iago Aspas es un cuchillo, Sisto un velocista difícil de controlar y Maxi Gómez está siempre presto al remate.

Cuando Aspas hizo el tercero en Riazor sólo se escuchaban los gritos de los vigueses. Su equipo tenía el mando en el juego, en el marcador y el Deportivo era un flan. La entrada de Andone por el nervioso Schär sirvió para que el rumano marcase un gol y se abriese alguna expectativa. Lo que el Celta no permitió. Al revés, sus contras fueron un peligro y pudo hacer más goles el equipo de Unzué. No le hizo falta. Aspas ya había volteado su derbi para meter al Dépor en una situación delicada. Cristóbal no ha dado con la tecla y peligra la permanencia.