Atletismo

El maravilloso viaje de Bruno Hortelano

Hortelano, que se dañó gravemente la mano derecha hace casi dos años en un accidente de coche, batió el récord de España de los 200 metros. «Ahora sí he superado realmente lo que pasó», dijo.

Bruno Hortelano posa con su nueva plusmarca y hace el gesto que ya es característico en él
Bruno Hortelano posa con su nueva plusmarca y hace el gesto que ya es característico en éllarazon

Hortelano, que se dañó gravemente la mano derecha hace casi dos años en un accidente de coche, batió el récord de España de los 200 metros. «Ahora sí he superado realmente lo que pasó», dijo.

Un guante es el único rastro que queda del accidente que sufrió Bruno Hortelano hace 685 días. Un maravilloso viaje de veintidós meses y medio, desde la alarma por las primeras noticias aquel 5 de septiembre de 2016 a la plenitud que ha demostrado este fin de semana en los campeonatos de España. Prometió que volvería incluso más fuerte y vaya si lo ha cumplido. Sigue siendo el mismo fenómeno que antes de la desgracia, aunque reforzado por todo lo que ha tenido que pasar para recomponerse. Del primer parte médico, que hablaba de un accidente de coche en la A6 y de un herido con la mano derecha en «estado catastrófico», al récord de España de los 200 metros
(20:04) en las semifinales nacionales de ayer en Getafe. En la final, se proclamó campeón de España y es segundo en el ranking del año antes de defender su título europeo de Berlín.

«Muchas gracias, ha sido un fin de semana de ensueño después de dos años muy difíciles», aseguraba Bruno en las cámaras de Teledeporte. Le faltaba el aire al enumerar a todas las personas a las que quería dar las gracias por el apoyo recibido. La lista era muy larga e iba desde sus padres y su agente, hasta la Federación, los doctores y esos patrocinadores que no se apartaron cuando no era seguro que pudiera volver a competir. Por la mañana voló muy cerca de los 20 segundos, en lo que era su mejor marca personal de siempre en el doble hectómetro. En lugar de celebrarlo, lo primero que hizo fue llorar desconsoladamente, unas lágrimas que en realidad eran una especie de bautismo que dejaba atrás todo lo anterior. «Me he emocionado, pero no he tenido tiempo de sentirlo del todo todavía. Soñaba con un fin de semana así, pero una cosa es soñarlo y otra realmente hacerlo. Me he llenado de emoción», insistía. Lo de ayer era un nuevo escalón, que arrancó hace dos meses en Tenerife, en su vuelta a las pistas tras la rehabilitación. «Allí me quité un peso de encima... Ahora, con esto, he superado de verdad aquel accidente».

El «accidente», por hacer un poco de memoria, fue mientras iba en coche con su primo por la autopista A6 cerca de Madrid. Él no conducía, iba de copiloto y se llevó la peor parte. Su mano derecha, la más cercana a la ventanilla se machacó contra la mediana y, camino del hospital, donde se le hizo la primera reconstrucción, hubo momentos de tensión. Con el paso de las semanas se supo que la mano mantendría la movilidad y la mayor parte de su tejido. La siguiente cuestión era cómo le iba a afectar para seguir en el máximo nivel del atletismo. Ahí fue cuando prometió volver al «110 por ciento». Los brazos son clave para los velocistas y no sólo en el momento de la salida. Hicieron falta muchas operaciones para recuperar la máxima normalidad en la mano derecha y de ello se encargó el doctor Xavier Mir, el mismo al que recurren la mayoría de pilotos de MotoGP cuando el asfalto les rompe los huesos. Es especialista en manos, brazos y clavícula y tres veces lo tuvo en la mesa del quirófano. Los resultados son evidentes, porque Bruno corre más rápido que nunca y está listo para defender su oro continental en agosto en Berlín. «El pueblo español se ha volcado conmigo, muchísima gente que no conozco me ha enviado fuerza, apoyo e inspiración. Me han ayudado a elevarme con sus historias de superación. Espero que lo de hoy (por ayer) pueda inspirarles a ellos. Si se cree, se trabaja y se tiene fe en uno mismo, se puede conseguir. Ésta es una historia para contarla», reconocía.

En todo este tiempo se ha acostumbrado a competir contra sí mismo y ahora que ha regresado piensa hacer lo mismo. «Estoy soñando en grande, quiero defender mi título. Tengo un par de rivales muy buenos, aunque no voy a pensar en los otros, sólo me comparo conmigo. Cada carrera que he hecho desde que volví ha sido mejor que la anterior y éste es el objetivo». El siguiente es del 7 al 12 de agosto en Berlín, el Europeo en el que va a intentar bajar de veinte segundos. Lo tiene en sus piernas y la mano está perfecta.