París 2024

Fran Garrigós y un bronce por el que sí merecía la pena luchar

Fran Garrigós, que a veces, por su ambición, se descolgaba de los torneos tras caer antes de la lucha por el oro, logra la medalla que le faltaba tres años después de pensar en dejarlo. El judo vuelve a subir al podio olímpico 24 años después

Paris (France), 27/07/2024.- Francisco Garrigos (blue) of Spain in action against Yeldos Smetov of Kazakhstan in the Men -60kg semifinal of the Judo competitions in the Paris 2024 Olympic Games, at the Champs-de-Mars Arena in Paris, France, 27 July 2024. (Francia, Kazajstán, España) EFE/EPA/DANIEL IRUNGU
Fran Garrigós, durante el combate por el bronceDANIEL IRUNGUAgencia EFE

Al judo se compite con el cuerpo y con la mente, y la conjunción de ambos llevó a Fran Garrigós a la gloria olímpica, a la medalla que le faltaba en -60 kilos, la de los Juegos, tras conseguir el bronce sólo tres años después de que una derrota en Tokio le hiciera plantearse dejar el judo. Decidió seguir, y menuda decisión, porque a continuación se proclamó campeón del mundo y ha conseguido este sueño en París que tenía desde pequeño. "Aunque no del color que quería", reconoció, con su eterna ambición, buscando lo máximo, pero esta vez contento.

"Te corto las pelotas"

No siempre fue así. "Había veces que cuando perdía el oro salía desmotivado", explica su entrenador, Quino. Y lo confirma el judoca: "Tuve una racha de muchos quintos puestos porque al final soy muy competitivo y siempre me gusta ganar". La situación se repetía en la capital de Francia, después de la derrota de Fran en semifinales contra el kazajo Yeldos Smetov, que también ganó la final. El español cedió en el punto de oro cuando mejor se estaba sintiendo. "Este deporte es así", dice Garrigós. Son cuatro minutos en los que un descuido, se paga. Había que recomponerse en media hora y todos se pusieron manos a la obra. Estaba su novia, Ana Pérez, para recordarle lo que tenía por delante. Estaba el psicólogo, Pablo del Río, que bajó a la sala de calentamiento e intentó mentalizarlo para que viera el bronce como una oportunidad. Y Quino, tan directo como es el maestro, le dijo: "Sólo queda un combate, sal al cien por cien, esto es una medalla olímpica, ni se te ocurra, te corto las pelotas".

JJ.OO/Judo.- Fran Garrigós: "Es un sueño, pero no del color que quería"
JJ.OO/Judo.- Fran Garrigós: "Es un sueño, pero no del color que quería"Europa Press

"Sí, me ha recordado que no podía tirar esta medalla, que era muy importante para nosotros y para todo el judo español", admitió el deportistas, y afrontó con decisión la pelea por la gloria con el georgiano Giorgi Sardalashvili. Antes de salir al tatami montado en Campo de Marte, con un ambiente espectacular, Quino agarraba del hombre a su alumno. Un abrazo y el último mensaje al oído. "A por él. Eres el campeón del mundo, no lo olvides", le susurró. "Siempre suelo tener alguna frasecilla", admite. Y a por él fue el guerrero madrileño para conseguir el punto de oro. Lo celebró comedido, saltó, posó para la foto y fue a por Quino, que lo levantó del suelo... "Él es así, lo lleva todo por dentro", desvela su novia.

"Es que no sabéis la relación que tengo con mis alumnos", prosigue el técnico. "Me tienen para todo. Ha sido un año muy duro. He pensado hasta hacerme una casa en el dojo", bromea. Lo dice con traje, aunque la corbata la tiene algo descolgada. Por la mañana iba en chándal, pero se olía algo gordo. Desde su pequeño rincón en Brunete ha llevado a cinco judocas a París y todavía le esperan días de nervios.

Garrigós tiene las marcas del guerrero. En la sien derecha se aprecia un buen golpe y la tiene colorada, aunque no sabe ni cuándo se la hizo, cree que en semifinales. "Todo es de hoy", reconoce, lleno de arañazos, ya más relajado, ya con la medalla en el cuello. "He pensado que después de estar todo el día en el pabellón no podía irme a la Villa sin nada", explica.

Romper barreras

La jornada fue larga y tensa porque los Juegos son distintos a todo. Su psicólogo intenta que mire alrededor y vea que pese a la Villa y a la expectación, al final en el tatami están los mismos rivales. Y a todos los había ganado, menos a uno, al japonés Ryuju Nagayama, con el que se cruzó en segunda ronda, los cuartos. "Seguimos insistiendo, que va a salir por ahí", le gritaba Quino durante la pelea. Y Fran llevó a su rival al suelo, donde nadie puede con él, y allí le dejó sin sentido, literal, lo que supone un Ippon, el "The End" en judo. Se quejó Nagayama y pidió revisión, pero nada. No le dio la mano y el público le pitó. Después, Fran recibió incluso mensajes desagradables de Japón, la cuna del judo, donde en ocasiones va a entrenar. "Pero no ha sido ningún judoca. No le he hecho mucho caso", cuenta. Ahí rompió una barrera mental: la de ganar a quien siempre te había ganado. El otro muro, el de superar la primera ronda en los Juegos después de caer en el estreno en Río, muy joven, y en Tokio, lo que supuso un pequeño trauma, también lo dejó atrás en un tenso estreno contra el belga Verstraeten. Llegó la liberación. Ya pudo empezar a ser él.

Fin a la sequía olímpica del judo

Garrigós rompe la sequía de podios en su deporte en los Juegos (en Europeos y Mundiales, ganan cada año). Se une a Miriam Blasco, Almudena Muñoz, Ernesto Pérez, Yolanda Soler e Isabel Fernández, la última en conquistar un metal olímpico, en Sidney 2000. "Esa racha ya ha terminado, me habían dicho que habíamos perdido nueve peleas por el bronce", expresa un luchador al que su entrenador dice que es un deportista total. "Corre como un atleta", afirma Quino. En los 10 kilómetros ronda los 40 minutos. "Y levanta pesas como uno de halterofilia", añade el técnico, que reta a cualquiera a que se deje agarrar por él y compruebe lo fuerte que es. Aunque es pequeño, es puro músculo.

Después de Tokio, Fran pensó en dejar el judo. ¿Después de París? Su cabeza está ya en las vacaciones, en las que se va a perder con Ana por Tailandia y, de paso, aprenderán cómo hacer algunos platos, que ambos son unos buenos cocinillas.