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Las dos vidas de Busquets

Discutido en el Barcelona, su figura ha crecido en la selección. Es la referencia absoluta desde que no está Ramos

Koke y Busquets, en el banquillo, durante un entrenamiento de la selección
Koke y Busquets, en el banquillo, durante un entrenamiento de la selecciónPablo García / RFEFRFEF / EFE

Hace un tiempo, el papel de Busquets en la selección era discutido. Rodri ganaba terreno y al centrocampista del Barcelona parecía que se le habían echado los años encima. Es de los pocos supervivientes que quedan de la época gloriosa de las dos Eurocopas y el Mundial y formaba parte de la columna vertebral del equipo de la que hablaba el seleccionador junto a David de Gea y Sergio Ramos.

Parecía que el primero en agotar sus días como internacional sería Busquets. Pero De Gea hace tiempo que se ha consolidado en la suplencia y Ramos, que parecía eterno y se marcaba como objetivo llegar al Mundial 2026, desapareció con sus récords después de un curso nefasto la temporada pasada.

Busquets, sin embargo, sigue firme en la estructura de la Roja y Luis Enrique ni siquiera se planteó prescindir de él cuando dio positivo por coronavirus durante la preparación para la Eurocopa. Aguantó a pesar de los riesgos y, aunque no pudo debutar hasta el tercer partido, y último, de la primera fase contra Eslovaquia fue decisivo para que España encontrara el rumbo en el torneo.

«Es bastante incomprendido porque lleva muchos años, pero es un jugador único y una garantía», decía Luis Enrique después de aquel encuentro ante Eslovaquia en el que fue elegido el mejor jugador del partido.

Desde entonces la alternancia con Rodri en las alineaciones prácticamente ha desaparecido y sólo ha salido del equipo en el partido contra Georgia en la convocatoria de septiembre por la necesidad de hacer rotaciones para no desgastar mucho a los futbolistas, que tenían que afrontar tres partidos en una semana.

Busquets es imprescindible para Luis Enrique, pero no deja de ser discutido en el Barcelona, un club en el que todo está bajo sospecha últimamente. Fue uno de los señalados después de la goleada contra el Bayern de Múnich (2-8) en la Liga de Campeones de 2020 y volvió a serlo después de la rebaja de sueldo de Piqué que a otros veteranos les costó más aceptar.

Pero en la selección todo cambia. El ambiente es diferente, como trata de explicar Luis Enrique. «Les recuerdo que esto es un equipo que ya no pertenecen a ningún club y que el contexto de la selección es diferente. Es lo primero que les recuerdo cuando llegan aquí», aseguraba el seleccionador en el momento de anunciar la lista de convocados.

Y Busquets es fundamental para que ese equipo funcione. Es el veterano, la referencia, el futbolista que da el equilibrio a los jóvenes. Su reincorporación tras el coronavirus en la concentración de la Eurocopa fue un alivio para todos porque, aunque siempre ha estado en segundo plano, su figura ha crecido y se ha hecho más necesaria con la continuada ausencia de Sergio Ramos.

Es ya uno de los cinco jugadores que más partidos ha disputado con la selección. Durante la Eurocopa ya superó a Zubizarreta, que no hace demasiados años parecía inalcanzable, y sigue sumando. Ha jugado ya 131 partidos, lo que le iguala con Iniesta y está a sólo dos partidos de Xavi, que disputó 133. Lo previsible es que al acabar el año sólo le queden por delante los 167 de Iker Casillas y los 180 de Sergio Ramos, que no parece en condiciones de volver.

Busquets hace de capitán dentro y fuera del campo. Y fue el primero en defender a los convocados por Luis Enrique. «Todos están aquí por méritos propios», dijo. Lo que es una manera de ponerse no sólo del lado del seleccionador sino, sobre todo, del lado de sus compañeros. Luis Enrique no tiene dudas de que «Busi» sigue haciendo méritos para que le llame.