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Multimillonaria, exmodelo y con una enfermedad incurable, así es Amanda Staveley, la dama de hierro del Newcastle

Negoció también la compra del Manchester City y rechazó la petición de matrimonio del príncipe Andrés

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Amanda Staveley es la cara amable de los nuevos propietarios saudíes del Newcastle. La sonrisa bajo la que se esconde una negociadora dura e implacable, una empresaria que se ha hecho multimillonaria gracias a su habilidad en los negocios y a sus conexiones en Oriente Medio. Staveley ha sido una figura clave para que el Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudí pudiera superar todas las trabas legales, las reticencias de la Premier League y la oposición de Amnistía Internacional, que acusa a Arabia Saudí de violar los derechos humanos en el país, para hacerse con el 80% de las acciones del Newcastle en una operación valorada en más de 350 millones de euros. PCP Capital Partners, la empresa de Staveley, posee un 10% y el otro 10% está en manos de Reuben Brothers, el conglomerado empresarial encabezado por los hermanos David y Simon, considerados como la segunda familia más rica del Reino Unido. Staveley se esforzó en dejar claro que el estado saudí no interferiría en el funcionamiento del Newcastle y así se lo dijo a la BBC: “Absolutamente, no. Nuestro socio no es el estado saudí, nuestro socio es PIF”.

En la nueva estructura directiva del Newcastle, Amanda Staveley ocupa el cargo de directora y máxima responsable ejecutiva del club, que tiene como presidente a Yasir Al-Rumayyan, el hombre que está al frente de PIF. Será Staveley quien tome las decisiones en el día a día de la entidad.

A esta exmodelo de 48 años, a la que definen como muy inteligente, decidida y experta en finanzas corporativas, se le calcula una fortuna personal de 140 millones de euros, logrados en buena medida gracias a su participación como intermediaria, a través de su empresa PCP, en inversiones de multimillonarios árabes en Europa. La vida de Amanda Staveley, nacida en una adinerada familia, se ha movido entre el lujo y los problemas personales. En 2013 le diagnosticaron la enfermedad de Huntington, un trastorno degenerativo que afecta a células del cerebro y que no tiene cura. Esta terrible enfermedad provoca que algunas funciones cerebrales comiencen a fallar de forma lenta y progresiva. Cambios de humor, pérdida de memoria o movimientos corporales involuntarios son algunos de los síntomas a los que podría enfrentarse Staveley. Los médicos le comunicaron que la enfermedad está todavía inactiva, pero la presión puede despertarla. “El estrés provoca la aparición de la enfermedad, y la enfermedad es fatal”, reconoció la propia Staveley, que heredó este problema de su madre.

Amanda inició sus estudios universitarios en la prestigiosa Cambridge, pero su estancia allí se interrumpió de forma brusca a causa de sus problemas familiares. Su padre, Robert Staveley, un rico terrateniente del condado de Yorkshire, sufrió un infarto y su madre estaba muy enferma a causa del mal de Huntington. En esa época, Amanda sufrió una depresión y anorexia.

Con 23 años comenzó su carrera empresarial. Convenció a un banco para que le concediera un crédito de 200.000 euros y abrió Stocks, su propio restaurante. Las largas jornadas de trabajo, que con frecuencia se extendían hasta las 4 de la madrugada, tuvieron su recompensa. Situado cerca del hipódromo de Newmarket, Stocks se convirtió en punto de encuentro de millonarios árabes y empresarios. La agenda de contactos de Staveley comenzó a crecer, pero el gran salto lo dio en el año 2000, cuando invirtió 10 millones en la puesta en marcha de Q.tron, un centro de conferencias, club social, gimnasio y restaurante. El negocio terminó fracasando, pero allí conoció al príncipe Andrés, con el que inició una relación sentimental, le introdujo en los círculos de la alta sociedad y le permitió conocer a importantes hombres de negocios. Andrés le propuso matrimonio, pero Amanda lo rechazó por una razón muy clara. “Si me hubiera casado con él, mi independencia hubiera desaparecido”, dijo al Daily Mail.

Con todo perdido, Amanda Staveley se marchó a Dubái, puso en marcha su empresa PCP Capital Partners y comenzó su lucrativo trabajo como intermediaria en multimillonarios negocios entre el mundo árabe y Europa. Uno de los más conocidos fue su participación en el año 2008 en la compra del Manchester City por parte del jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, del emirato de Abu Dabi. Más lucrativa fue su mediación ese mismo para captar fondos para el banco Barclays en plena crisis económica. Mansour bin Zayed Al Nahyan invirtió 4.100 millones de euros en Barclays y Amanda se llevó, a través de su empresa PCP, una comisión de 40 millones.

En esa época, el fútbol como oportunidad de negocio ya había llamado la atención de Staveley, que lideró un grupo inversor que intentó sin éxito comprar el Liverpool. El paso definitivo para entrar en ese mundo lo dio en 2017, después de presenciar un Newcastle-Liverpool en St. James’ Park. “Me enamoré locamente. Newcastle es único, es como una joya fantástica que necesita pulirse en todos los niveles”, ha reconocido. Cuando terminó el partido, Amanda y su marido, el empresario iraní Mehrdad Ghodoussi, con el que está casada desde 2011, tenían claro lo que debían hacer: “Fui a ver a nuestros amigos en PIF y les dije: ‘Este es el único club que podemos comprar’”. Cuatro años después, la perseverancia y la habilidad negociadora de Amanda Staveley permitieron que el Newcastle tuviera nuevos dueños.