Mundial 2022
España huye de Katalinski
1974 fue el último Mundial en el que España se quedó fuera. Luis Enrique no quiere repetir aquel error
La última vez que España se quedó fuera de un Mundial todavía mandaba Franco. Quedaban dos semanas para que Salvador Puig Antich fuera asesinado por el régimen por el método del garrote vil, Luis Enrique, el seleccionador español, no había cumplido los cuatro años y Luis Rubiales, el presidente de la Federación, aún no había nacido.
El 13 de febrero de 1974 España se jugó la clasificación para el Mundial que ese año se disputaba en Alemania Occidental en un desempate con Yugoslavia. Las dos selecciones habían quedado empatadas a todo en un grupo en el que, como ahora, estaba Grecia. El partido se jugó en terreno neutral, en Fráncfort, y Yugoslavia ganó por 1-0 con gol de Katalinski, uno de sus defensas centrales.
Ese gol quedó marcado para siempre en la memoria de generaciones de aficionados españoles como el de la última grandísima frustración, el último Mundial que España sólo pudo ver por televisión. Cuatro años después llegó la revancha con el gol de Rubén Cano en Belgrado que clasificaba a España para el Mundial de Argentina 78. El mismo día del botellazo a Juanito. Después de aquello la selección ha encadenado once Mundiales consecutivos con presencia en la fase final. Y espera que sea uno más, pero sin confianzas excesivas.
«Centrarnos en rachas y en cosas del pasado no puede despistarnos. Nuestro trabajo es clasificarnos pero falta lo más difícil, no está cerrada la clasificación. Suecia es un rival difícil por lo que nos va a proponer», avisaba el seleccionador.
De Katalinski y de su memoria huye la selección en el último partido para la clasificación de Qatar contra Suecia. A España le vale un empate, pero Luis Enrique no quiere jugar a eso. A Suecia le cuesta jugar los partidos en los que está obligado a mandar, pero el seleccionador español no esta dispuesto a concederles el balón.
La Roja ha mantenido el estilo desde que Luis Aragonés la llevó a ganar la Eurocopa en 2008 y Luis Enrique no tiene pensado cambiar el estilo que condujo a la selección a ganar dos Eurocopas y un Mundial de manera consecutiva y, bajo su mando, a una semifinal de la Eurocopa y a una final de la Liga de Naciones.
España no quiere romper su costumbre de clasificarse para los Mundiales, esos torneos en los que acostumbraba a marcharse en cuartos de final hasta que llegó el triunfo en 2010. Desde entonces, ha caído en la primera fase en 2014 y en octavos de final en 2018. Pero esa es otra guerra que queda pendiente para el año que viene.
De momento, el objetivo es llegar a Qatar. «No vamos a caer en la trampa», advertía el seleccionador español después de la victoria en Grecia. «No vamos a empatar, vamos a por la victoria», añadía. Antes del partido de Grecia la palabra era presión. Pero la situación no ha cambiado para el seleccionador a pesar de que ahora España es líder de grupo y le vale con un punto para llegar a Qatar.
«Empezamos esta concentración de noviembre hablando de presión. Necesitábamos ganar los dos partidos para llegar al Mundial y ése sigue siendo el plan. No cambia nada. Los resultados no afectan a nuestra mentalidad. Otra cosa es pensar que no vamos a encontrar dificultades. Va a haber dificultades contra Suecia igual que en Atenas», asegura el seleccionador.
El seleccionador sueco, Janne Andersson, se imagina un partido con un 70 por ciento de posesión para España y Luis Enrique no prevé nada muy diferente. «Ese es el perfil de partido que puede suceder, pero eso no garantiza el resultado. Intentaremos que en vez del 70 sea un poco más de posesión, pero al fútbol no se gana por merecimientos», reconoce.
«A pesar de que nos valen dos de los tres resultados no vamos a especular. Vamos a jugar igual que hemos jugado cada partido en la Eurocopa, en la fase de clasificación y en la Nations League», afirma el preparador español.
«Como los entrenadores siempre tenemos que estar precavidos, debemos generar confianza cuando no la hay y rebajarla cuando está muy elevada», dice Luis Enrique. Es importante para nosotros centrarnos en las dificultades que vamos a tener en el partido. Nos ha costado siempre hacerles gol, es una selección que defiende muy bien. Los aficionados que vengan a la Cartuja que nos ayuden en los momentos delicados. No va a ser una fiesta hasta que se pite el final», advierte.
Él ya vivió ambientes similares cuando era jugador. Después de derrotar a Grecia recordaba el último partido de clasificación para el Mundial de Estados Unidos, en el que España consiguió el pase después de vencer a Dinamarca en Sevilla. «Era en el 93, ni me acordaba del año», dice. Aunque las circunstancias no cambian para él ni antes ni después del encuentro: «Como jugador dormía de maravilla antes del partido y después dormía muy mal. Y ahora me pasa lo mismo. Duermo como un niño antes del partido y después no duermo ni borracho».
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