Fútbol

El Betis gana al Zenit con los suplentes (2-3)

A pesar de las rotaciones de Pellegrini, los verdiblancos se traen un grandísimo resultado de San Petersburgo. Guido, Willian José y Guardado han marcado los goles

Andrés Guardado celebra con Willian Jose el gol del triunfo del Betis ante el Zenit
Andrés Guardado celebra con Willian Jose el gol del triunfo del Betis ante el ZenitANATOLY MALTSEVAgencia EFE

No hay quien pare al Betis. Un rival de Champions, el Zenit ruso, que había competido dignamente en el grupo del Chelsea y la Juventus, tampoco detuvo la marcha triunfal de la máquina que ha armado el Ingeniero Pellegrini, una apisonadora que entierra a sus rivales en goles. El 2-3 sumado en San Petersburgo, sin ser definitivo, lo deja cerquita de los octavos de final.

Cuando se emplean expresiones tópicas como “partido loco”, es conveniente se cauto porque casi siempre son en vano. No fue así en el suntuoso estadio mundialista de San Petersburgo, donde el Betis ganaba 0-2 poco después del cuarto de hora, empataba el Zenit antes de jugarse un tercio del encuentro y aún volvían a adelantarse los andaluces antes del descanso. Todo eso sucedió entre concesiones defensivas francamente impresentables –pocos jugadores peores que el central ucraniano Rakitski han visto estos ojos– y, sobre todo, ante la enésima confirmación de que el equipo de Pellegrini machaca con el mazo de la contundencia a cuanto rival se le ponga por delante.

Una falta absurda de Rakitski, o sea, permitió a Joaquín ponérsela en la cabeza a Guido Rodríguez, que abrió el marcador nada más empezar y una pérdida Claudinho facilitó el golazo de Willian José, que condujo treinta metros a placer para largar un derechazo junto a la base del poste. Édgar, pese a exceder los 190 centímetros de estatura, se mostró impotente para marcar al gigantón Dzyuba, casi dos metros, en la jugada del 1-2, y más grave fue el despiste del central verdiblanco poco después, cuando se quedó enganchado habilitando a Malcom, que empató momentáneamente el choque.

Sufrían los andaluces, a quienes salvó Rui Silva de encajar el tercero en otro cabezazo de Dzyuba, pero una presión de Ruibal sobre Rakitski hizo entrar el pánico al tosco defensor, robó el catalán y detectó el desmarque por el carril central de Guardado, que volvió a adelantar al Betis. El intermedio dejaba una estadística para la reflexión: cinco goles en seis remates a puerta.

La segunda mitad, por consiguiente, debía ser distinta y por eso ordenó Pellegrini un paso atrás, plan de contención con los ingresos de William Carvalho y Borja Iglesias para que manejasen el balón en posesiones más largas. Las ocasiones del Zenit, así, se redujeron a dos: un disparo al larguero de Kuzyaev y una dejada de Sergueyev a Yuri Alberto, sus atacantes de recambio, que taponó Pezzella. No está nada mal para haber viajado a Rusia sin Fekir ni Canales.