Fútbol

Alemania educa a la Premier League

Ragnick marcó el camino que perfeccionaron Klopp y Tuchel. Renovaron el fútbol alemán y ahora repiten la misma maniobra en Inglaterra

Thomas Tuchel y Jürgen Klopp.
Thomas Tuchel y Jürgen Klopp.DPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Los ingleses inventaron el fútbol, pero para refinarlo y hacerlo evolucionar tuvieron que abrir los ojos y la mente y mirar más allá del Canal de la Mancha. Reclutaron entrenadores extranjeros que le dieron un barniz de modernidad. El fútbol inglés olvidó viejos conceptos, creció tácticamente y se convirtió en un juego más rico, con más matices y con más éxito en Europa. El liderazgo que antes correspondió a españoles, italianos o franceses ahora recae, por número y por el valor de sus triunfos, en los técnicos alemanes.

Las dos últimas Ligas de Campeones conquistadas por equipos ingleses llevaron la firma de técnicos alemanes. Jürgen Klopp la ganó con el Liverpool en 2019 y Thomas Tuchel con el Chelsea en 2021. Mediada esta temporada se unió a ellos su maestro, Rafl Rangnick, el hombre milagro del fútbol germano, ‘el profesor’, como es apodado, que marcó una línea a seguir, instauró un modelo de trabajo y de gestión de los equipos e inspiró a la última generación de entrenadores alemanes. Su trabajo en el Manchester United está lejos de la brillantez que alcanzó en sus anteriores destinos, pero eso no impide que conserve el respeto de los colegas que le señalan como el hombre que lo empezó todo y los inspiró. Los tres forman la colonia de entrenadores extranjeros más numerosa de la Premier.

El español Thiago Alcántara juega ahora para el Liverpool de Klopp y en sus siete temporadas en el Bayern de Múnich tuvo como entrenadores a Pep Guardiola, Carlo Ancelotti, Willy Sagnol, a los alemanes Jupp Heynckes y Hansi Flick y al croata Niko Kovac, de formación totalmente germana. El centrocampista apunta que la principal diferencia entre los técnicos alemanes y el resto reside en el aspecto personal, en el trato que ofrecen a los jugadores. Son entrenadores que aparcan el ego en beneficio del grupo. “Transmiten la idea, la explican, pero no la imponen”, aseguró Thiago en DAZN. Otro aspecto que destaca el internacional español es la “intensidad” del trabajo, “pero explicada y razonada a los jugadores para que la entiendan”. Y para adquirir esa intensidad son fundamentales unos entrenamientos muy dinámicos, otro aspecto que marca la forma de trabajar de los técnicos alemanes.

De Klopp no duda en elogiar que “es un ser positivo en todos los momentos, en los partidos, en los entrenamientos, en el día a día” y eso termina llegando a los futbolistas y favoreciendo la convivencia. Algo en lo que también coinciden quienes han trabajado con Thomas Tuchel. Es el caso de Kepa Arrizabalaga: “Es muy cercano y se preocupa por el jugador, por la persona. Hace que todos vayan en la misma dirección”.

El nombre de Rangnick se empezó a asociar con el éxito cuando en sólo dos temporadas llevó al Hoffenheim de la Regionalliga Sur a la Bundesliga 1. Años después repitió la misma jugada con el RB Leipzig, que lo fichó como director deportivo en 2012, cuando el club de Red Bull estaba en la cuarta categoría. Rangnick partió de cero para crear toda la organización del club, que debutó en 2017 en la Bundesliga 1.

Un punto básico que conecta a Klopp y Tuchel con Rangnick es la idea de juego. Rangnick defiende que el primer pilar en el que debe apoyarse un entrenador es tener claro cuál debe ser su estilo. Decidió imponer en el Hoffenheim y en el Leipzig un estilo proactivo de juego, sin importarle si la pelota la tenía su equipo o el rival. Esa idea de juego la implantó después Klopp en el Mainz y en el Dortmund y la ha perfeccionado en el Liverpool. Fueron los dos primeros entrenadores que implantaron esa filosofía de fútbol en Alemania. Después llegó Tuchel. Los suyos, además, son equipos muy verticales, que ejecutan ataques muy rápidos; muy bien trabajados en las transiciones ofensivas y defensivas, después de la recuperación y pérdida de balón, y que saben exprimir las acciones a balón parado.

Rangnick se inspiró en Arrigo Sacchi y en Valery Lobanovsky para definir su gran seña de identidad, que también acompaña a Klopp y Tuchel, la presión después de perder el balón, el famoso ‘gegenpressing’. En un partido contra el Hoffenheim, la presión a la que sometió el equipo de Rangnick al Dortmund fue tan salvaje que Klopp decidió desde ese momento que su equipo tenía que jugar así. Aquel día perdió 4-1, pero el alumno ha terminado mejorando al maestro.