Fútbol

Las saudíes, ciudadanas de “segunda clase” pese a los baños de Rubiales en los estadios

Activistas que llevan años luchando por los derechos de las mujeres en Arabia Saudí califican de “irrespetuoso” e “impactante tontería” las declaraciones del presidente de la Real Federación Española de Fútbol

Dos mujeres en un partido de fútbol en Arabia Saudí
Dos mujeres en un partido de fútbol en Arabia Saudílarazon

“Irrespetuoso” e “impactante tontería”. Así se han referido activistas que llevan años luchando por los derechos de las mujeres en Arabia Saudí respecto a las declaraciones del presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, sobre cómo su gestión logró que las saudíes tuvieran su liga de fútbol y “cuartos de baño en los estadios”.

“Es muy irrespetuoso e impactante aplaudir semejante tontería”, indicó a Efe Lina al Hathloul, hermana de la feminista Loujain al Hathloul que se encontraba en prisión y “siendo torturada” en el momento en el que se celebraba la Supercopa de España en Arabia Saudí, en enero de 2020.

La también responsable de monitoreo y comunicación en la ONG saudí ALQST, con sede en Londres, aseveró que “tal revelación dice mucho sobre el interés que la gente tiene en Arabia Saudí y es simplemente ser parte de la ventana del Gobierno saudí”.

Rubiales afirmó en una conferencia de prensa en la que defendió la legalidad del contrato para que la Supercopa de España se jugase en Arabia Saudí que antes de que la RFEF fuera al país árabe “no había ni baños para las mujeres en los campos de fútbol”. “Con nosotros entraron en igualdad, mujeres solas, acompañadas y sentándose donde querían, no en una esquina apartadas”, destacó. También aplaudió la creación de la liga de fútbol femenino en Arabia Saudí, cuyo primer partido se celebró en noviembre de 2021, algo que se consiguió gracias al “magnífico acuerdo” que defendió Rubiales.

La saudí Al Hathloul, que afirmó en un momento de la conversación que no tiene ni palabras para calificar las afirmaciones de Rubiales, señaló que lo que quieren y por lo que luchan es para que las mujeres en Arabia Saudí “tengan sus voces, su libertad de expresión y que ellas luchen”, y lo que no quiere, aclara, es que “un evento de fútbol oculte la situación de las saudíes”.

“Si alguien se preocupa realmente por los derechos humanos en Arabia Saudí, no estaría aplaudiendo que las mujeres tengan baños en un evento deportivo, sino lo que deberían estar haciendo es ayudar a elevar las voces para que las mujeres saudíes luchen por ganar sus derechos”, explicó. Y lo que deberían hacer, continúa, es “presionar al Gobierno saudí para que escuchen a sus propios ciudadanos”.

Desde enero de 2018, Arabia Saudí permite a las mujeres entrar a los estadios, pero sólo podían sentarse en zonas separadas de los hombres a las que llaman “sección familiar”. Esto forma parte de las medidas que el príncipe heredero saudí y líder de facto, Mohamed bin Salman, comenzó a promulgar desde que ascendió en la línea sucesoria en 2017. Otras de las medidas que tomó fue levantar la prohibición de las mujeres para conducir un vehículo, algo ilegal en el reino ultraconservador hasta 2018. Mujeres que hicieron campaña para que se les permitiera conducir, como Loujain al Hathloul o Eman al Nafjan, fueron detenidas en mayo de 2017. Ahora pese a que estén en libertad la mayoría de las activistas detenidas, sus pasaportes han sido confiscados y tienen prohibido hablar con los medios o criticar al Gobierno de Riad.

Al respecto, la investigadora sénior sobre los derechos de la mujer para Human Rights Watch (HRW), Rothna Begum, dijo a Efe que estas activistas “siguen sujetas a penas de prisión suspendidas y a prohibiciones de viaje, lo que significa que pueden ser enviadas de vuelta a prisión en cualquier momento en que se considere que critican a las autoridades”.

Indicó que algunas de estas reformas en los últimos años en Arabia Saudí “han sido importantes” y se han realizado “como resultado” del trabajo realizado por las activistas, pero aclaró que las autoridades “continúan implementando en gran medida el sistema de tutela masculina, dejando a las mujeres como ciudadanas de segunda clase en su propio país”.

Begum adujo que “si bien algunas organizaciones están preparadas para elogiar a Arabia Saudí por pequeñas reformas, deben tener en cuenta la campaña de ”sportwashing” (limpiar la imagen del país a través de eventos deportivos de gran calado) de las autoridades saudíes, particularmente en un momento en el que encarcelaron a activistas por exigir reformas”.

Asimismo, quiso hacer hincapié en que algunas mujeres saudíes pueden ahora asistir a ver el fútbol, pero “a muchas otras se les puede negar el derecho a salir de su hogar, y los esposos y padres aún pueden llevar a las mujeres a los tribunales por desobediencia”.