España sufre demasiado, pero derrota a la República Checa (2-0) y se pone líder de grupo

España resolvió el partido con un gol de Carlos Soler y otro de Sarabia y con muchas dudas que casi siempre resolvió Unai Simón. El portero hizo dos buenas paradas antes de que la Roja se pusiera por delante en el marcador. Primero en un remate desde fuera del área de Cerny y después en un tiro de Kuhcta, el hombre que marcó el segundo de los checos en Praga. Y con una jugada parecida en la que volvieron a coger la espalda de los centrales. Iñigo Martínez corrió con el delantero checo mientras preguntaba a Eric García dónde estaba.

La selección sufría en la salida de balón con la presión de la República Checa, que fue a buscarla arriba en lugar de esperar replegada como hizo una semana atrás. No estaban preparados los españoles para eso, Unai Simón y casi todos los defensas perdieron algún balón que no venía a cuento. Aunque luego el portero corrigiera esos errores.

La seguridad defensiva es una de las cuestiones que debe mejorar la selección. Siendo superior y dominando la pelota es frecuente que corra peligro y que Unai Simón tenga que hacerse notar.

España no se sentía cómoda en esos primeros tramos del partido. Tenía la posesión, pero le costaba llegar y las oportunidades más peligrosas eran de los checos. Hasta que Koke encontró un desmarque de Asensio por el costado derecho y el madridista, después de un buen control y un buen pase, regaló el gol a Carlos Soler. Fue el despertador que necesitaba España, que a partir de ahí se sintió mejor.

Asensio, que disfrutaba su primera titularidad en esta convocatoria, ofrecía una buena salida por el costado derecho para España. Cada pelota que tocaba salía mejorada, era una fuente de peligro para el rival. Demostró su buen manejo del balón, en un control desde la banda, y provocó una falta al borde del área que el árbitro no vio. Estaba dispuesto a aprovechar la oportunidad que le ofrecía el seleccionador, pero sobre todo estaba dispuesto a divertirse. Se siente más cómodo en la Roja que con el Real Madrid. Se atreve a hacer más cosas porque se considera más importante y el seleccionador le da la libertad y la confianza para hacerlo.

Siempre tiene una idea para mejorar el juego de su equipo. Sin complejos, sin dudas. Ofrece soluciones incluso en posiciones extrañas, porque Luis Enrique lo situó como delantero centro cuando se marchó Morata. Tenía que hacer lo mismo que él, trabajar en defensa y ofrecerse siempre para que sus compañeros tuvieran una posibilidad de pase. No le cuesta hacer eso, le gusta participar y sentirse importante. Y en la selección lo es.

Aunque los cambios demostraron quiénes son los titulares en la Roja. Se vio cuando entraron Gavi y Sarabia, dos de los jugadores más en forma y dos de los futbolistas en los que más confía Luis Enrique. Entre los dos generaron el segundo gol de España. Arrancó Gavi en el centro del campo y lo terminó Sarabia en el área pequeña después de un toque de clase de Dani Olmo y un pase de Ferran Torres.

Gavi le da a España la personalidad y el ritmo que no le da ningún otro futbolista. Se atrevió incluso a rematar, buscando el gol que tranquilizara definitivamente a la selección. No lo consiguió, pero para eso metió Luis Enrique en el campo a Busquets. No se ha permitido jugar ningún partido completo sin el capitán, al que siempre ha dado unos minutos cuando el partido estaba complicado. Lo puso al lado de Rodri. Una rareza para el seleccionador, que no acostumbra a poner dos mediocentros defensivos en el campo.

España vivió sin sobresaltos la segunda mitad, pero nada es suficiente para Luis Enrique, que se toma en serio la Liga de Naciones. La selección suma su segunda victoria consecutiva y se pone en cabeza del grupo. A la vuelta de las vacaciones le quedan dos partidos para meterse en la Final Four. Dos partidos que ayudarán a Luis Enrique a elegir la lista definitiva de jugadores para el Mundial. Algunos ya se han ganado el puesto para Catar.