Madrid
Al ritmo de Jesé
Llegó Osasuna al Bernabéu con el plan de que pasasen las menos cosas posibles. Ni en el área de Casillas ni en la suya, daba igual, que lo importante era mantener la esperanza hasta Pamplona, a la vuelta de la Copa. Pero es imposible que en un duelo contra el Madrid no te pasen cosas, porque aunque tenga unos primeros 45 minutos sin prisas, te hace un gol, porque si sigues intentando que no pase nada, antes o después, la bestia despierta, empieza a jugar, te encierra en el área y tu misión es resistir y recibir los menos tantos posibles. Osasuna se llevó otro, pero, a diferencia de la primera mitad, se fue con la sensación de que podían haber sido más si los delanteros blancos hubiesen tenido un poco más de fortuna.
En la primera parte al equipo de Ancelotti le faltó intensidad, como si supiese que tenía todo el tiempo del mundo para ganar el partido, que antes o después caería de su lado. Quizá es un equipo que está pensando en que el mes de enero va a ser largo y decisivo y no conviene hacer esfuerzos de más. No estaba incómodo en el partido, porque Osasuna no representaba ningún peligro. Los de Javi Gracia, casi logran su objetivo de unos primeros 45 minutos nulos, pero ahí estaba Jesé, un jugador revolucionario. Ahora mismo sólo puede ser detenido por una lesión, un calambre, como le sucedería en la segunda mitad, que le obligó a retirarse. El canterano fue protagonista del partido siempre. Primero en el penalti que señaló Pérez Montero y después anuló ante el asombro de futbolistas y público, que no entendían nada. Porque el árbitro se equivocó al pitar penalti en una jugada que no lo era. Riesgo viene de frente, despeja el balón y después cae el delantero. Le corrigieron por el auricular y se equivocó de nuevo al sacar una tarjeta amarilla a Jesé, se supone que por simular el penalti que antes había pitado el árbitro. Un lío inexplicable.
Fue a Jesé a quien le hicieron la falta que sacó Modric y convirtió en gol Benzema, el segundo consecutivo de un jugador en el que cree Ancelotti y que ya ha convencido a los más críticos del Santiago Bernabéu. Hace goles y cuando se retrasa un poco y ayuda a combinar, como en la segunda mitad, el Madrid parece otro. Benzema es la pausa, a veces tanta que desespera y Jesé es lo contrario: el nervio, el impulso, un hambre feroz. No es que tenga prisa y ganas por hacerse un hueco en el equipo titular, sino que es su carácter. Es eso lo que marca el destino de cualquiera. Y el de Jesé le lleva camino de la titularidad. Fue él quien metió el segundo tanto del partido y tuvo que retirarse lesionado tras una volea a ningún sitio.
El Bernabéu se olvidó de sus peleas de a ver quién anima más y se unió para aplaudir al canterano. Pocos jugadores de la cantera han ilusionado con tantos hechos a la afición madridista. Hizo un gol en Mestalla, fue determinante contra el Celta y ayer marcó su primer tanto oficial en el Bernabéu con el Madrid. Está en su momento. Si llega un balón claro a su banda, desequilibra sin duda al defensa. Fue cuando más se pegó a la banda cuando mejor jugó. Es el niño bonito del estadio porque se lo ha ganado. El joven al que Cristiano le da el balón para que sea protagonista. Su lesión dejó un poso de amargura cuando más alegre estaba el equipo de Ancelotti.
Le costó entrar en el partido lo que le costó a Bale acercarse al área y sentirse a gusto. Durante la primera mitad, el galés bajó mucho a entrar en contacto con el balón porque no le llegaba. El Madrid no cogía el ritmo. Osasuna estaba muy ordenado atrás y los delanteros no mezclaban bien. No se encontraban con la facilidad que lo hacen otros días.
Sí lo hicieron en la segunda mitad, cuando Modric dio un paso adelante y Benzema uno atrás. Fue entonces cuando se despejó el panorama y el equipo encontró por momentos el fútbol alegre que lució durante muchos minutos el año pasado. Bale empezó a retar a Damiá con éxito. El galés se animó con el paso de los minutos y dejó un par de detalles que valieron la noche: un regate con la cintura en el área, que volvió loco a su marcador, y un regate de tacón en el centro del campo para comenzar su arrancada. Es un jugador veloz, pero preciso en el pase. Con él enchufado, Cristiano Ronaldo busca con más determinación el área, parece más contento. Sin embargo, por azar, el portugués le quitó el tercer tanto del Madrid, el que ya hubiese decantado una eliminatoria que parece casi cerrada. Tiró Bale, el portero superado, pero el balón lo desvió el cuerpo del portugués. Ambos se abrazaron después. Estamos entre amigos.
-- Ficha técnica:
2.- Real Madrid: Casillas, Arbeloa, Pepe, Ramos, Marcelo; Illarramendi (Casemiro, min. 87), Modric; Bale, Jesé (Isco, min. 70), Cristiano; y Benzema (Morata, min. 80).
0.- Osasuna: Riesgo; Oier, Miguel Flaño, Arribas, Damiá; Silva (Puñal, min. 58), Loe; Cejudo (Bertrán, min. 79), De las Cuevas (José García, min. 68), Roberto Torres; y Oriol Riera.
Goles: 1-0, min. 17: Benzema; 2-0, min. 59: Jesé;
Árbitro: Pérez Montero (Comité Andaluz). Mostró cartulina amarilla a Jesé (min. 16) por parte del Real Madrid y a Oier (min. 17) y Marc Bertrán (min. 82) por parte de Osasuna.
Incidencias: Partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 65.000 espectadores.