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Real Madrid

Antonio Ruiz: «Por supuesto que Cristiano jugaría en nuestro equipo»

La temporada 1957-58 fue la última en la que el Real Madrid consiguió el doblete de Liga y Copa de Europa que hoy pueden alcanzar los de Zidane

Antonio Ruiz: «Por supuesto que Cristiano jugaría en nuestro equipo»
Antonio Ruiz: «Por supuesto que Cristiano jugaría en nuestro equipo»larazon

La temporada 1957-58 fue la última en la que el Real Madrid consiguió el doblete de Liga y Copa de Europa que hoy pueden alcanzar los de Zidane.

«Gento por la izquierda, Cristiano a la derecha, Puskas y Di Stéfano. A ver quién los para», fantasea Antonio Ruiz (Guadalupe, Murcia, 1937). Él era uno de los «obreros cualificados y especializados» que jugaban al lado de los grandes mitos de las Copas de Europa en blanco y negro del Real Madrid. Formó parte de la plantilla que en la temporada 57-58 consiguió el último doblete de Liga y Champions y recuerda como si fuera ayer los detalles de aquella final frente al Milan en el estadio Heysel . Tuvo que remontar el Madrid en la prórroga para ganar la «Tercera» y en una jugada en el último minuto se resume el espíritu que ha hecho grande al club blanco en la mejor competición europea. «Yo estaba sentado en el banquillo, un futbolista italiano cortó una jugada y, Alfredo (Di Stéfano), como no se podía estar quieto, le persiguió, y justo donde yo estaba se tiró al suelo, sacó la pelota a banda y cayó a nuestros pies. Le dije, “Alfredo, vamos, que queda poco”. Y estoy viendo su cara de sufrimiento mientras gritaba “¡no puedo más!”. Gracias a esos esfuerzos se sacaban esos partidos adelante. Eso era y es el Real Madrid».

–¿Tendría Cristiano Ronaldo un hueco como titular en aquellas alineaciones?

–Sí, claro, ¿cómo no iba a jugar Ronaldo? Un señor que ha batido los récords de goles en todas las competiciones por supuesto que jugaría en nuestro equipo. Sería en una posición o en otra, pero tendría que jugar».

–¿Es el Di Stéfano de ahora?

–No, éste es más goleador, la labor de Alfredo era muy diferente. Sería más Puskas, que era el único al que se permitía no correr. Recibía tres balones y dos eran gol. Pancho vino a Madrid con 31 años y estuvo hasta los 40. De nueve temporadas, cuatro fue máximo goleador y las otras cinco, porque no quiso. Te decía, toma, mételo tú. Tenía una inteligencia futbolística brutal, calidad técnica y visión de juego. Alfredo, en cambio era el más completo. En todas las cualidades necesarias en un jugador, él tenía una nota de 10. La diferencia es que uno hacía cien kilómetros y el otro, dos.

–¿Di Stéfano es el mejor con el que ha jugado en el Madrid?

–Alfredo y Pancho han sido dos monstruos, pero y si hablamos de Gento, de Luis del Sol, de Kopa, de Didí. Tuve la suerte de estar con esos jugadores, aunque no todos juntos. Rial, la velocidad de Paco... Eran unos extraterrestres. Los demás éramos obreros especializados y cualificados al lado de ellos. Sabíamos nuestra misión, porque Alfredo, que sería el que más ganaba, era el que más corría, así que los demás... Fue una filosofía que se introdujo en el equipo y a la que él ayudó mucho. Tenía un temperamento increíble, no es que no pudiera perder, es que no sabía. Y luego estaba la sabiduría de la presidencia. Para mí, el Madrid empezó a ser grande con don Santiago en los despachos y Alfredo en el césped. Los dos te enseñaban lo mismo: la entrega a muerte por su club.

A Antonio se le han multiplicado estos días las llamadas y los mensajes en su teléfono por la posibilidad que tienen los chicos de Zidane de igualar aquel doblete que se consiguió hace 59 años. A él lo que le extraña es que no se hubieran acordado de él unas semanas antes, por la eliminatoria ante el Atlético. Ruiz jugó el triple enfrentamiento frente a los rojiblancos en las semifinales de lo que luego sería la cuarta Copa de Europa. « Tuvimos que desempatar en Zaragoza, porque no había prórroga ni penaltis. En el Bernabéu ganamos 2-1, perdimos 1-0 en el Metropolitano y fuimos a Zaragoza. Aquí se lesionó Santisteban, en el Metropolitano se lesionó Mateos y en Zaragoza, Lesmes. En la final, a los cinco minutos, se lesionó Kopa».

–¿Cuánto ha cambiado el fútbol desde entonces?

–No lo sé, dicen algunos que todo está inventado... Se habla de sistemas, de tácticas, pero al final venimos a parar a lo mismo. Eso sí, entonces, si te lesionabas pero te podías mantener en pie, te quedabas en el campo. Por eso se hablaba del gol del cojo. Y no había televisiones, no conocíamos a los contrarios de nada, sólo al salir al campo. Nada que ver con lo de ahora.

–Las primas por ganar la Copa de Europa sí que se han modificado un poco...

–-El premio por la «Quinta» fueron 60.000 pesetas. Y dos años antes, cuando hicimos el doblete, serían unas 40.000, porque iba subiendo un poco.

Antonio Ruiz no sabe cuántos partidos jugó en Europa con el Real Madrid. Fueron trece y, el último, precisamente contra la Juventus en el Bernabéu. «Charles, que me sacaba dos metros, hizo una dejada de cabeza y marcó Sívori. Me rompí el brazo en ese partido. Me acerqué al banquillo y se lo dije a Miguel Muñoz. No se lo creía, me levanté la manga y casi se desmaya. El médico me redujo la fractura y me quería llevar a la clínica. Le dije que no, que yo seguía en el campo. Aguanté, pero de las 120.000 personas que estaban allí, más de 100.000 no se enteraron.

–¿Qué le parece este Real Madrid de Zidane?

–Los últimos partidos de la Liga me han recordado a nuestra forma de jugar. Ha habido una época en que iba más a cara descubierta y cualquier equipo nos hacía gol. Sin embargo, el partido de Vigo, el de Málaga... el Madrid perdía la pelota y se iba un poco hacia atrás, como nosotros, que hacíamos un bloque en campo propio cuando no teníamos el balón. El primero que bajaba era Alfredo. Se quedaban Gento y Puskas; todos los demás, a trabajar. Y al recuperar la pelota salíamos al ataque con velocidad. Estos últimos partidos me han recordado a eso.