Un derechazo lejano en el minuto 29 de Pablo Barrios y que rebotó decisivamente en Daichi Kamada, en la única ocasión y el único tiro entre los tres palos del Atlético de Madrid en el primer tiempo, dio ventaja al conjunto rojiblanco en el partido de la Champions con el Lazio en el Olímpico de Roma , sin embargo, un tanto en el último suspiro del guardameta del Lazio, Ivan Provedel, arruinó por completo la noche de un Atlético de Madrid que vio cómo todo su oficio, su rigor defensivo y el gran planteamiento del 'Cholo' sucumbió ante la épica del fútbol, esa que siempre guarda un hueco para la Liga de Campeones y que recompensó a un Lazio que no mereció la derrota (1-1).

Cuando todo estaba decidido, cuando los asientos del Olímpico empezaron a vaciarse, Provedel inició la carrera desde el centro del campo para fundirse pocos segundos después con un grito unánime de alegría que inundó Roma, un sonido estremecedor a la altura de lo que significa rescatar un punto en el primer partido de Liga de Campeones tras tres años de ausencia. Un Olímpico que terminó como inició, con una sentida ovación. La primera, eso sí, a Simeone, agradecido por aquel 'Scudetto' del año 2000. Desde el fin de la misma, el protagonismo rojiblanco desapareció de Roma hasta bien entrada la primera mitad. Y volvió a aparecer más por una casualidad que por acierto propio.

El equipo italiano había dominado más, pero sus oportunidades se han limitado a un lanzamiento de falta de Zaccagni, repelido por Jan Oblak, y una volea fuera de Luis Alberto. Ambas, antes del 0-1 de Barrios. En la segunda parte la dinámica fue parecida, pero el Atlético llegaba al final del partido con el tanto a favor y parecía decidido hasta que pasó lo que pasó. En la última jugada, Provedel, portero de la Lazio, que había ido a rematar, lo logró.

Eso hizo que los atléticos se echasen la mano a la cabeza y se ha hecho viral este vídeo de un influencer en las redes sociales.

Un remate de delantero centro, llegando al área pequeña con decisión, pegando un gran salto y poniendo el balón lejos de Oblak, el portero rojiblanco. Un tanto inapelable, que entristece al Atlético. Los de Simeone querían empezar con el mejor pie la competición y en el últimos supiró, se torció.